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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

martes, 20 de agosto de 2013

Ponce marcó una abismal diferencia con El Juli, injustamente a hombros- 3ª de las Corridas Generales en Bilbao / Por José Antonio del Moral

Enrique Ponce sale a pie de la plaza

"...Brindis al público y empezó la sin par sinfonía del valenciano. Enorme con la derecha. Relajado, templado, elegante, armonioso, privilegiado administrador, sensacional hasta ligar con un largo de pecho. Naturales verdaderamente naturales tirando del ya algo apagado animal. Y arranca la banda con el pasodoble Martín Agüero. No hay pieza que mejor encaje con lo que estábamos viendo..."

3ª de las Corridas Generales en Bilbao
Ponce marcó una abismal diferencia con El Juli, injustamente a hombros


José Antonio del Moral
Bilbao. Plaza de Vista Alegre. Lunes 19 de agosto de 2013. 
Tercera de feria. Tarde nublada con brisa y casi tres cuartos de entrada. 
Seis toros de Garcigrande, bien presentados y de juego desigual con predominio de los nobles. Pésimo por todo el primero. Muy manejable aunque sin clase el segundo. Lo mismo que el segundo aunque con más transmisión el tercero. Con poca fuerza pero con mucha clase el cuarto pese a rajarse al final. Muy manejable el manso en varas quinto. Muy noble aunque sin continuidad el sexto. Salvo el primer toro, una buena corrida. 
Enrique Ponce (celeste y oro): Media muy caída y descabello, silencio tras algunos pitos injustos. Estocada desprendida, oreja, petición de otra y dos vueltas al ruedo. 
El Juli (marino y plata): Estocada, oreja más otra regalada de don Matías. Pinchazo y estocada trasera recibiendo, ovación. 
Alejandro Talavante (verde botella y oro): Pinchazo, estocada y dos descabellos, leve petición y vuelta al ruedo. Tres pinchazos y estocada, silencio.

Primera gran cita de esta feria con tantos aconteceres por venir. Por el momento, vamos mejor que bien. Que siga así es lo que todos deseamos. Quienes todavía son primerísimas figuras del toreo, Enrique Ponce con 24 años en la cumbre que comparte con El Juli, joven veterano con 15 años de alternativa, competieron una vez más entre ambos y los dos con el sustituto del recientemente herido, Morante de la Puebla. Fue Alejandro Talavante, ausente en los carteles por desavenencias económicas y, por fortuna para él, finalmente rescatado sin que se sepa cuánto cobrará, si la cifra que pretendía u otra algo menor. Reclamado a última hora, imagino que entre ambas cantidades andará la cosa. En cualquier caso y, aunque haya tenido que rebajar sus ansiados emolumentos, ha hecho bien Alejandro en comparecer en Vista Alegre porque cualquier figura que se precie – él lo es aunque no al nivel de sus dos colegas de ayer – debe estar presente en esta feria. Nunca se sabe qué puede esperarle en Bilbao este año para bien o para mal, aunque Talavante tuvo más que ganar que perder en esta partida. Y eso es lo importante. Ponce y El Juli saben que lo que digo es cierto y por eso nunca declinaron venir.

Enrique Ponce está en un gran momento, como siempre al llegar la feria de Bilbao. A ver, ¿hay alguien que le haya visto desganado y sin sitio en Vista Alegre? Ayer venía de triunfar consecutivamente en todas sus anteriores corridas frente a toda clase de ganado. Su mayor especialidad que le convirtió en intratable e inigualable. Y actual El Juli no tanto por demasiado crispado en su quehacer artístico aunque su poderío continúa siendo indiscutible si bien aquí tendrá que despejar las suspicacias que ha despertado tras reaparecer de su muy grave cornada en la feria de Sevilla. Desde la gran faena que hizo aquella tarde en La Maestranza, no le hemos vuelto a ver igual de bien. Aquí, en Bilbao, despejaremos la incógnita aunque tendremos que sentenciar tras su segunda actuación de mañana, mano a mano con Manzanares. Al final, vivimos una injusticia de proporciones inadmisibles por premiar la presidencia con dos orejas una faena simplemente meritoria y vulgar de El Juli y solamente con una a la por todo colosal de Ponce que volvió a asombrar en su plaza favorita. Pareció que don Matías se había vuelto loco de remate.

Y, señores, con este mismo cartel – no digamos si hubiera comparecido Morante – hace dos años se habría agotado el papel. No se cubrieron los tres cuartos de entrada. Y mañana con Manzanares y El Juli …? También se notó la crisis en Bilbao y de qué modo.

Enrique Ponce salió vestido de celeste y oro. Un terno ciertamente juvenil quizá para dar la razón o la sinrazón a quien yo me sé. Suelto y echando las manos por delante salió el primer toro. Señal de flojera. Genio en varas. Mal presagio. Aguanta el segundo puyazo pero suenan los estribos. Ponce no deja a nadie que le toque en la brega. Si a caso, a Mariano de la Viña. Pasa aunque tardeando en banderillas. Bien los peones. Dos por bajo con la muleta y de pecho. Se frena el toro y lo abre al tercio. Tornillazos en los primeros redondos, se mete por dentro en el cuarto muletazo. Prueba al natural y pasa otro tanto. Se le queda aún más corto. Y se raja por completo. Nada más que hacer. Macheteo y a matar como buena o malamente se pueda. Algunos pitan tras un feo pinchazo y descabello. También en Bilbao tiene Ponce detractores. Silencio final.

El cuarto salió alegre y remató en tablas. Pero blandeó en su noble embestir al capote de Ponce que se aplicó a cuidarlo personalmente en la brega. Bravo y alegre en el caballo, pero se cayó tras el primer encuentro. Segundo puyacito al relance. Quite de prueba del maestro para comprobar la calidad del animal. La tenía. Vaya que la tuvo. Muy mal Jocho en banderillas. Bien Tejero. Estupendo de la Viña en la brega. Menos mal. 
Brindis al público y empezó la sin par sinfonía del valenciano. Enorme con la derecha. Relajado, templado, elegante, armonioso, privilegiado administrador, sensacional hasta ligar con un largo de pecho. Naturales verdaderamente naturales tirando del ya algo apagado animal. Y arranca la banda con el pasodoble Martín Agüero. No hay pieza que mejor encaje con lo que estábamos viendo. El tres en uno. Más naturales recreados, como esculpidos en mármol. Molinete, de pecho y un cambio eternamente perfumado. Ya rajado a tablas, Ponce siguió la composición cerca de ellas por redondos aún mejores que los mejores dados. Inenarrable ovación con la gente en pié. Y la poncina pegado a los tableros por tres veces seguidas. Abaniqueo y la locura se desata en los tendidos. Estoconazo algo desprendido haciendo muy bien la suerte. Pese a la petición clamorosa de las dos orejas, la presidencia solo concedió una. Inaudito atrevimiento de don Matías, casi siempre injusto administrador del entusiasmo general. Esta vez, el error tuvo proporciones siderales. !Qué petardo más grande, señor presidente¡

El Juli se puso su muy usado vestido de este año. Un negro y plata que estrenó en Sevilla el día fatídico. Enseguida se hizo el amo del segundo toro con el capote sin que el animal respondiera del todo al empeño. También blandeó este toro que fue muy aliviado en varas. Sin picar, ya estaba picado cuando tomó alegremente el segundo puyazo. Pero escarbó de seguido. Muy fácil Álvaro Montes en palos. El Juli brindó la faena. Veremos qué. Se dejó el toro y fue más largo de viajes que el primero. Tanteos gratos. Buenos redondos aunque desplazando al toro hacia las afueras en dos sucesivas tandas que ligó a los de pecho. Naturales no del todo templados citando y rematando muy agachado. Desarme. Está visto que a El Juli ya le importa muy poco la estética. Él a lo suyo. A poder. La tercera ronda la dio más reunido. Y los redondos siguientes, igual. Y como el toro duró, más de lo mismo por circulares con arrimón final y desplante al paso para recoger la espada de verdad. También lo mató de verdad. Primera oreja de la tarde ciertamente legítima y otra de regado de don Matías por el momento muy condescendiente. Increíble. Ni el toro ni la faena fueron de dos orejas.

Blandeó el quinto de salida y sacó genio en el caballo. Le pegaron fuerte en varas y quedó de seda. Despegadas chicuelinas, buena media y sabrosas verónicas de El Juli en el quite. La faena de Julián, bien iniciada, resultó sucia y desigual en trazo y trazas. Mucho mejor al natural que con la derecha aunque tampoco resultó impoluta por ese lado y terminada con cambios por la espalda y el arrimón que ahora prodiga. Nada que ver con lo de Ponce que pesó como una losa. Pinchazo y estocada recibiendo. De no haber hecho Ponce lo que hizo, seguro que le habrían pedido y quizá también reglado una tercera oreja.

El tercero metió la cara aunque echó las manos por delante. Bien Talavante en el recibo de capa. Peleó bravamente este toro en el caballo, pero perdió las manos al salir del primer puyazo y se defendió en el leve segundo. Vulgar quite por chicuelinas de Talavante. Y no menos vulgares pares de banderillas de sus peones. Se movió muy bien el toro en los estatuarios, el cambio y el de pecho con que inició la faena el extremeño. Largos naturales. Ligados redondos al de pecho un tanto acelerados. Se ensucia la faena en más naturales que aplauden los tendidos. Otras dos tandas diestras aceleradas y sin componer la figura para nada. E igualmente en los naturales que dio después. Sobraron las manoletinas tropezadas. Dado lo fácil que estaba don Matías, no cortó una oreja porque pinchó antes de agarrar una casi entera. Si la ya premiada faena de El Juli fue de pueblo, esta de Talavante fue de aldea.

La losa de la grandiosa faena Ponce pesó aún más con el sexto, ya visto sin apenas interés pese al buen juego que dio. Bravo y noble por el lado izquierdo aunque sin continuidad. La faena de Talavante forzosamente discontinua, solo brilló en unos naturales iniciales.
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