la suerte suprema

la suerte suprema
Pepe Bienvenida / La suerte suprema

lunes, 12 de agosto de 2013

Silencio ¡se lidia! Bayona (Francia) “Un tranco más” / Por Pedro Javier Cáceres



Silencio ¡se lidia! Bayona (Francia) “Un tranco más”

Por Pedro Javier Cáceres
Madrid, 12/08/2013.-Una mala corrida, un excelente espectáculo.
Iván Fandiño, listo para alternar con el “poder”, solo debe “enseñar las uñas”, hablar, denunciar, fuera del ruedo; en la plaza ya lo hace.
Fuente Ymbro se lo tiene que “hacer pensar”: de éxito también “se muere”.

Bayona (Francia), 10 agosto 2013. Se programa un acontecimiento: Iván Fandiño en solitario con 6 toros de Fuente Ymbro.
¿Una mala corrida puede ser un buen espectáculo? Sí. ¿Por qué?
Porque el espectáculo es algo más que 150 minutos de toro y torero. Falló el toro, no el torero, pero a veces eso no es suficiente; lo fundamental es la autenticidad que debe sentir cualquier espectador de toros que sabe está expuesto a la incógnita del comportamiento de seres vivos (toro y torero), esa es la magia que atrae.
Autenticidad en no mangonear a priori. Cada cual, de los profesionales con su responsabilidad dentro de una discreta vigilancia por parte de los representantes del público: la Comisión (no profesionales, sí ciudadanos sin más intereses creados que la salvaguarda de la dignidad del espectáculo que se ofrece)
Autenticidad en la puesta en escena. Importante. Declaración de intenciones con marchamo de “denominación de origen”.
No por el “pingüi” de anunciar por megafonía actores en turno, no.
Ese anuncio, simplificado en toro, matador ¡y picador! lleva implícito el respeto por el espectáculo total (dentro de lo posible) y la importancia de no hurtar un tercio de tres dándole protagonismo de actor secundario, sí; pero no de “extra” o figuración.
Luego, en el desarrollo de la “suerte de varas”, mesura en la exigencia: “lo que pue se, pue se; lo demás es imposible”. Nada de pretender “tentaderos” impostados, que tanto gustan en Madrid.
Se marca, sutilmente, el área de contra querencia, si va el toro se le pica, si no se le busca. Pocos tiempos muertos. Si el picador lo hace bien se le premia, si no se le reprocha, no se le condena a la hoguera, más si el toro no está por la labor.

Autenticidad del público durante la lidia. Reacciones breves, puntuales, para bien o mal, según su desarrollo. Ni apasionada entrega, ni graciosa huida. Generosidad en la exigencia, antítesis de la intransigencia.
Más que sepulcral silencio (sincero, no tópico del típico), que lo hay; concentración en ver dejando ver. Sintiéndose parte activa, pero en su papel pasivo, del espectáculo. Un gozo para el foráneo harto de tantas jaulas de grillo en que se han convertido las plazas españolas (sálvese la que pueda).
Contado el respeto por la suerte de varas, corregido y aumentado con la de matar.

El toro. Valorado en continente y contenido, el comportamiento, su fuerza, su integridad, su respuesta a su condición de bravo, preocupa más que el envoltorio más o menos colesteroso. Sin “integrismos”. El toro en Bayona, no es más en cuanto a trapío que el que sale en cualquier plaza de España de similar categoría con las excepciones conocidas, por arriba y por abajo. Fuera ese tópico de los “afrancesados” taurinos españoles.
Gusta el toro que les valga a ellos, al público: por transmisión y emoción, aunque para el torero no sea bueno. Razón de más para calibrar su entrega y pericia.

Así, lo que en España hubiera sido un mal toro, el 1º, se llevó una ovación en el arrastre, y el torero hubiera cortado (de no pinchar) una oreja de las de verdad, no de ITV.
Prima la emoción, la sensación de riesgo, la superación del torero ante el peligro y las dificultades que el “arte y ensayo” con el toro becario o, incluso, el toreo de casi salón con la mona o el carrito de pintar la raya.
La corrida de Fuente Ymbro no fue ni buena ni mala. Defraudó por falta de autenticidad.
El ganadero se ha sacado de la manga un “palabro” que hará escuela: “le faltó vida”.
¡Coño, descastada!
Al público le sirvieron los más complicados, por genio, ritmo desigual, falta de humillar, carencia de finales, pero moviéndose con cierta agresividad en viajes inciertos.
Y el público en estos toros agradeció y premió con honores sinceros la ausencia de dudas, en su firmeza, desde el minuto 1 de Fandiño.
La verdad de la quietud, ni un paso atrás siquiera para coger impulso; la pureza en la ejecución desde la colocación al vaciado pasando por el embroque —esperando- sin un solo alivio; luego salían los muletazos la más de las veces bien otras no tanto porque el toro no era para hacer el torero bonito que sí la lidia, y eso en Francia cuenta.

Fandiño cortó 3 orejas (dos en el quinto), lidiadas — no me gusta el término sudadas, trabajadas o curradas-. Puerta Grande.
Autenticidad en el reconocimiento del triunfo.
No le hicieron falta, matando Fandiño los 6 toros, cortar 4 para salir en hombros como pretenden los estrechos de mente y competencia reguladores políticos de Andalucía. Las 3 orejas de ayer de Fandiño son como 12 de las que se cortan en Huelva y similares para que luego una vez colaborado con el remedo de corrida y hacer la pantomima indican, prohíben y, supongo, sancionan por salir en hombros con dos orejas en su haber o lo impiden en El Puerto.

Por todo ello una mala corrida puede ser un buen espectáculo, gran espectáculo. Y, para tal, el público, es fundamental.
Pasó en Bayona. No en Huelva, que después de cortar los artistas 5 orejas, todo el mundo hablaba de fraude, estafa, etc. O en Valencia. No cuadra.

Y autenticidad en el saber por todos que en Bayona (Francia taurina es extensa y diversa, y no siempre se atan los perros con longaniza por mucho que nos den el mitin los críticos y auto proclamados aficionados “afrancesados”) es dueña de su destino.
¿Qué es eso?
Pues que es posible que Fuente Ymbro descanse en próximas temporadas y que Fandiño cotice por encima de las más rutilantes figuras en próximas ediciones: en trato y en dinero. Respeto por lo hecho en el ruedo.
Y para ello no hace falta un comité de competición, leyes, reglamentos, mesas del toro, comisión de seguimiento, asociaciones abonados…etc.
Ni declaraciones BIC, ni estar en tal o cual ministerio.

Silencio ¡se lidia!, y si se puede se torea.
***

3 comentarios:

  1. ¡Sí, Señor Cáceres!. Coincido totalmente con usted. Corrida no apta para lucimientos tramposos, sí para torero honesto y entregado. Y el público: ¡qué maravilla! y qué envidia...
    Allá la Fiesta sí tiene futuro.

    ResponderEliminar
  2. !Sí, Señor Cáceres!. Estoy completamente de acuerdo con usted. Esa corrida no fue apta para toreros tramposos, sí para uno honesto, firme y entregado. Y ese público: qué maravilla, que afición genuina y enterada!. Qué envidia... Así, la Fiesta sí tiene futuro.

    ResponderEliminar
  3. Excelente comentario! Muy bien, Señor Cáceres. Con esos aficionados, larga vida tendrá la Fiesta en Francia.

    ResponderEliminar