Cuatro triunfadores en Bilbao : Ponce, Juli, Urdiales y Roca Rey. Y defectos que se analizan en este artículo y reformas que hay que hacer en la preocupante feria de Vista Alegre desde hace unos años.
Cuatro triunfadores en el Bocho bizcochable
Triunfadores claros en Bilbao ha habido cuatro Ponce, Juli, Urdiales y Roca Rey, los dos últimos en un coso bilbaíno bizcochable, expresión que sólo se la he oído a Pepe Ordóñez para públicos generosos. También se refería –y siempre me quedaba sorprendido- a su hermano Antonio, el gran Antonio, como Ordóñez, como si los demás que llevaban el apellido no lo fueran tanto. Desde luego, como toreros no.
Bocho bizcochable, sí, pero con cuatro triunfadores claros. Para mí, y por este orden, Enrique Ponce, que hizo dos faenas muy destacadas. El Juli, el del faenón para recordar. Urdiales, el de la aparición triunfal. Y Roca Rey, más prometedor que clamoroso. ¿Y si usted fuera jurado de los premios, a quién habría votado como triunfador de la feria?, le pregunto –porque me gusta mucho preguntar , así se aprende o al menos se clarifican las ideas- a un enorme aficionado que conozco, abonado toda la vida a Las Ventas y con más de 90 años y cuyas opiniones siempre las he encontrado excelentes, vecino mío del barrio madrileño de Malasaña. ¿A quién?. A Ponce, porque hizo dos obras de arte.
¿Y tú? Me repregunta y le digo: si sólo se pudiera votar a uno, a Ponce, pero es que los tres llegaron a la meta sobre la raya, con poca diferencia, cada uno en sus méritos. Habría intentado convencer a los jurados para dar el premio a los tres. También el Juli hizo méritos sobrados en el faenón, pero sólo en un toro. Y Urdiales, el de la sorpresa, lo redondeó nada más que en el 4º y ni él se lo creyó y menos que le iban a dar las dos orejas.
Lo de Urdiales no es, como me ha dicho algún malintencionado, una nueva versión del “Siente un pobre a su mesa”, lo que ocurre que ahora hay que ver que le den muchos toros, que lo dudo, y que repita lo que hizo, para los que ha sido necesario esperar diez años. En lo que no estoy de acuerdo es que haya sido el triunfador “con diferencia” en su Bocho bizcochable -con todo y todos a favor- como han dicho algunos críticos muy destacados, que les llega la influencia quizá de Curro y Viti por lo que opinan del riojano. O por lo que sea, que no me meto. Cada uno opina lo que quiere y es esclavo de sus palabras.
Por lo demás, me ratifico en mi anterior artículo “Bibao, si no te veo, no te creo” y hay que añadir algunas notas sobre la gran -¿gran?- afición de Bilbao, con pobre entrada la del sábado, fin de semana, Semana Grande, fiesta, buen tiempo etc, con todo a favor, estando Castella, el vigente triunfador de la temporada y Perera, el gran triunfador de la temporada anterior en España y absoluto triunfador de la Semana Grande 2014. No creo que Urdiales llevara mucha gente.
Y lo del domingo, con los victorinos, que han perdido totalmente su carisma taquillero, y un muy buen cartel, Rafaelillo, Escribano y Ureña, ninguno de los tres entre los desesperados, para preocupar. Bueno, para preocupar 7 de las 9 tardes. ¿Bajamos los precios, hacemos algo, reforzamos los carteles, cuidamos el trapío de todas, de todas, las ganaderías etc.etc? Y no me vale que hiciera buen tiempo y que la playa esté cerca y que se jugaran tres partidos de fútbol coincidentes con los días de la Aste Nagusia.
Ni retrasando las fechas para que volvieran de las vacaciones.
Es para estar realmente preocupados. Termina la feria de Bilbao y en los últimos años siento algo de tristeza, lo contrario que en Pamplona y Madrid, tan pimpantes. La navarra porque está a tope de público y la otra porque sigue siendo el rompeolas, muro y ejemplo para todas las plazas y aficiones. Algunas tardes, la peor Vista Alegre que recuerdo.
Plaza nada dura ya, salvo para algunas figuras. Muy generosa en los avisos, que los envían a los 11 minutos muy largos, 12 y hasta 13 rozando los 14… según la pantalla de la tele. Muy buenas transmisiones técnicas de Canal Menos -¡y que sigan muchos años, por Dios!, nos harían polvo si desaparecieran- pero penosos los comentarios, especialmente de Caballero, y también de Casas tan redondamente triunfalista. Los demás del callejón de amigos y del palco de invitados siempre agradecidos por la entrada y la merienda, supongo, salvo poquísimas excepciones con criterio, amén, amén, amén tanto entrevistados como entrevistadores. ¿Qué van a decir por ejemplo, los toreros que ni los conocemos o que apenas torean?. Ridículo.
Y Matías González como alma en pena, que ya tiene la frase hecha y popular de Aznar a Felipe : ¡váyase señor González! ( y lo escribe uno que durante años, ahí están mis artículos, lo ha defendido, y sabe que el prestigio sobrevalorado de esta plaza se debe a él en alguna parte no desdeñable). Estuvo regalando y se pone duro con El Juli. Es como la que se acuesta con todos los feos y después se pone estrecha con el más guapo. Matías, en tu tiempo de aquí a la próxima serie bilbaína, compara la mayoría de tus orejitas con la de El Juli. Y vete. Decide irte. No lo estropees más. Hiciste muchas cosas buenas durante tanto tiempo en el palco.
Larguísimos la mayor parte de los festejos, pasando muchos de las dos horas y media y llegando alguno a las tres horas menos cuarto. Ni debe ser ni puede repetirse esta moda , una plaga ya en todas las plazas.
Aficionados pañueleros, al pañuelo no a los toros, prácticamente nunca, nunca, en mayoría pero muy gritones. Y tertulianos. Adiós a la Feria de las Tertulias y los Actos Culturales. Muchas opiniones y presentación de libros, lo que es magnífico, pero hay que ir más a la plaza, para que sea rentable y ejemplo para los antitaurinos.
Bocho bizcochable: dános más alegrías, aunque cuatro en el 2015 fueron grandes : Ponce: Juli, Urdiales y Roca Rey (por este orden, en mi modesta opinión).
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