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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

lunes, 6 de junio de 2016

De repente el Cholo se nos volvió gambeteador / por Juan Manuel Rodríguez



De repente el Cholo se nos volvió gambeteador

Hace ya nueve largos días y quinientas noches que dejamos a Diego Pablo Simeone pensando, y en esas seguimos. Al parecer, y según el diario de a bordo del Cholo con el que David Vinuesa nos va salpicando poco a poco en El Primer Palo, el "entorno" del argentino tiene claro que va a seguir; su hermana sabe que va a seguir, sus hijos saben que va a seguir, podrían saber que va a seguir incluso los propietarios del club y algunos jugadores participarían igualmente de la buena nueva, pero lo cierto es que, una semana y dos días después de ese período de reflexión que tan sorprendentemente abrió el propio Simeone nada más acabar la final de la Champions, no existe comunicación oficial al respecto ni nada que se le parezca ni remotamente. Luego, pese a los indicios, la pregunta sigue siendo la misma: ¿Va a seguir Simeone?

El silencio stampa del argentino puede ser debido a muchos motivos, el primero y más evidente que su reacción tras la derrota ante el Real Madrid no fuera improvisada y tuviera cimientos más sólidos: "Me preguntáis, y yo os respondo con el corazón", fue lo primero que dijo el Cholo al cerciorarse de que, una vez abierta la caja de Pandora, la rueda de prensa iba efectivamente por otros vericuetos muy distintos a los estrictamente futbolísticos. Puede que el 28 de mayo por la noche no estuviera contestando únicamente el corazón sino también la cabeza: ¿Cómo volver a convencer a unos jugadores de que te sigan a pies juntillas cuando acabas de estrellarte de nuevo en una gran final y en un momento histórico para el club? ¿Cuánto tardará el Atleti en volver a disputar una final de la Champions? ¿Otra temporada más compitiendo a codazos con Real Madrid y Barcelona?...

Es posible, aunque improbable, que el silencio de Simeone no tenga que ver con que no tenga tomada aún una decisión. El "entorno" del entrenador ya ha dado el "sí, quiero", pero el novio es el Cholo, y aún nos queda verle entrando en el altar del brazo de Enrique Cerezo. Puede que sea eso precisamente, que Simeone quiera hacer sufrir un poquito más a los propietarios, a quienes envió el primer mensaje durante la noche de autos. Puede que, como trató de explicar el viernes Monchi sobre su propia tocata y fuga del Sevilla, Simeone quiera alejarse durante algún tiempo del mundanal ruido. Es también posible que su hermetismo no esté directamente relacionado con ese ofertón del Inter de Milán que sobrevuela permanentemente sobre su cabeza. Muchos "puede" y demasiados "es posible" viniendo de un entrenador que si por algo se caracteriza es por sus mensajes cortitos y al pie. De repente el Cholo se nos volvió gambeteador.

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