El Festival del pasado sábado, 3 de marzo, en Las Rozas, de homenaje a “Morenito de Maracay”, que tras cuarenta años en el toreo activo decía adiós a los ruedos españoles, fue un éxito en todos los sentidos.
El homenaje a Morenito de Maracay,
el triunfo del toreo y la solidaridad
Juan Miguel Núñez Batlles
Ateneo, 5 de marzo de 2018
Una tarde redonda, pese a que faltó gente. Pero esta es una circunstancia que atañe al toreo en general, y así y todo, la coqueta, funcional y muy cómoda plaza de Las Rozas registró casi tres cuartos de entrada. Además con Televisión Castilla-La Mancha transmitiendo en directo, que es otro importante plus de asistencia de público, si tenemos en cuenta asimismo que la tarde, metida en lluvia y frío, invitaba poco a salir de casa.
Quede claro, pues, que la organización y los toreros actuantes deben sentirse orgullosos de su aportación solidaria al esplendor que finalmente tuvo el homenaje que José Nelo “Morenito de Maracay” se merecía.
Tiraba del carro de este delicioso y generoso acontecimiento nada menos que Enrique Ponce, a quien hay que dar la enhorabuena, como a “Morenito”, el homenajeado. A ambos, ya digo, de una manera muy especial.
Igualmente a los empresarios César e Iñaki, de Campos Taurinos.
Como también hubo otro nombre entrebastidores, que a estas horas debe sentirse feliz por lo realizado y conseguido, el otrora matador de toros, que la última fase de su carrera en los ruedos la hizo como banderillero, Luis Miguel Calvo, el célebre “Juncal”. Luis Miguel estuvo muy pendiente de todo.
Y en este capítulo, no puede faltar asimismo la figura del apoderado de Ponce, el maestro Victoriano Valencia, hombre de tan buen sentimiento como brillante oficio.
Qué grande y hermoso es el toreo con personajes así.
Y a partir de ahí, la parte artística.
Los ganaderos. Como antiguamente, hicieron su generosa aportación donando los novillos. Señorío se llama eso.
Saltaron al ruedo, por este orden, astados de Albarreal, Las Ramblas, Domingo Hernández, La Palmosilla, Zacarías Moreno, Fernando Peña y Garcigrande. Premiados con la vuelta al ruedo, el de Las Ramblas y el de Garcigrande. Estos y los otros cinco astados, además, muy bien presentados y muy toreables en lineas generales.
Los toreros, muy dispuestos y muy inspirados.
Las primeras dos orejas las cortó el homenajeado, “Morenito de Maracay”, que abría cartel. Se le vio resuelto y capaz. Y es que quien tuvo, retuvo. Colocó un par de banderillas al quiebro como en sus mejores tiempos. Y en la vuelta al ruedo triunfal enarboló la bandera de su querida Venezuela, recuerdo de tantas tardes de gloria que ha tenido en España y allá, sus dos patrias del alma.
Ponce estuvo colosal, dictando una auténtica lección de técnica, poderío y torería. Qué calidad el toreo de Ponce. Cortó el primer rabo de la tarde.
Javier Conde hizo una entonada faena, con retazos de su singular estilo, y paseó dos orejas.
“El Fandi”, torbellino de toreo en los tres tercios. Se llevó los máximos trofeos.
López Simón se mostró muy seguro y con mucha torería en un trasteo de gran quietud y mando.También dos orejas y rabo.
“Posada de Maravillas” causó gratísima impresión, por disposición y galanura, tanto con el capote como con la muleta. Su triunfo, también de dos orejas y rabo, fue una especie de llamada a empresas mayores, grito de rebelión para que le abran las puertas de Madrid en San Isidro.
Y el novillero Daniel Barbero, elegante y con muy buena disposición. El temple es una de sus armas fundamentales. Casi nada ahí.
Y al final la estampa del grupo de toreros llevando en volandas a “Morenito de Maracay”, que salió así por la Puerta Grande.
Puerta Grande también de la vida para José Nelo, el hombre, que gracias a la generosidad de todos ahora tiene por delante una nueva etapa con otros proyectos tan ilusionantes como los del toreo.
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