la suerte suprema

la suerte suprema
Pepe Bienvenida / La suerte suprema

viernes, 7 de febrero de 2020

El ‘día del toro’ de Buenamadre volverá a tener carteles / por Paco Cañamero



Me emociona volver a sentir los olés en la vieja y berroqueña placita de la Ermita de los Remedios, por tierras de Buenamadre, en lo que debe ser un acontecimiento se mire por donde se mire. Porque ese lugar que, durante tantos años, acogió un festival de postín ha sido un icono taurino del Campo Charro y la fecha más esperada para la gente. 


El ‘día del toro’ de Buenamadre volverá a tener carteles

Paco Cañamero
Glorieta Digital / 1 Febrero 2020
Qué hermoso es respirar una bocanada de aire fresco en el mundo del toro y ver proyectos que huelen a pan nuevo recién salido del horno. Surge este artículo  como gracias a la feliz idea de la Federación de Peñas Taurinas de Salamanca y Provincia Helmántica de recuperar una serie de placitas históricas levantadas al pie de las ermitas. Y es que hoy me descubro ante estos aficionados charros que en su amor a la Tauromaquia han demostrado, en estos tiempos que soplan vientos tan poco halagüeños, que la crisis se combate con ideas y a los enemigos se les rebate con las cosas bien hechas. Como este ejemplo de rescatar del pozo del olvido estos cosos tan pintorescos, los mismos que atesoran una un riquísima historia y han sido una de las raíces de nuestra Fiestas, con esas romerías que rendían culto a la Tauromaquia. Desde la misa matinal hasta el festejo taurino y por medio baile y siempre buenas viandas.


Tarde grande en La Ermita de los Remedios. Nada menos que El Viti y Camino torearon ese año (completaron el cartel Andrés Vázquez, Paco Pallarés y José Luis Barrero). A la izquierda de la foto aparece el señor Primi, personaje aragonés instalado en Salamanca que llenó toda una época. Entre los dos maestros, el señor Prudencio García Encinas, afamado veedor de toros; a la izquierda de Camino, el banderillero Valentín Cano ‘Jerte’ y delante el gran peón Antonio Labrador ‘Pinturas’

Me emociona volver a sentir los olés en la vieja y berroqueña placita de la Ermita de los Remedios, por tierras de Buenamadre, en lo que debe ser un acontecimiento se mire por donde se mire. Porque ese lugar que, durante tantos años, acogió un festival de postín ha sido un icono taurino del Campo Charro y la fecha más esperada para la gente. De hecho en la zona se le conoce como el día del toro. Aquel día del toro que siempre tuvo el festival taurino de la tarde –con reses propiedad de algunos de muchos ganaderos cofrades- y donde era frecuente ver a toreros de campanillas, junto a ilusiones locales, invitados por alguno de los muchos ganaderos miembros de la cofradía y organizadores del festejo.

A uno esa noticia le eriza el vello de emoción. Porque aquel fue el banderín de enganche de la afición para mucha gente, entres ellos quien les escribe después de ver allí sus primeros festejos siendo un chavalín y a diestros que compartieron cartel con otros grandiosos que dieron tanta categoría al ‘día del toro’ en la Ermita de Buenamadre. Porque ese ha sido un día grandioso para el toreo charro y no hay más que ver carteles, ya de color sepia, por el paso del tiempo, que tiene inscritos los nombres de Jumillano (muchos años parte activa del festejo por vinculación y vencindad), Victoriano Posada, Julio Aparicio, Antonio Bienvenida, Antoñete, El Viti, Paco Camino, Paquito Pallarés, Juan José, El Niño de la Capea, Julio Robles, Roberto Domínguez, El Yiyo… Y otros muchos que allí escribieron páginas de oro en su biografía, ejemplo de los venezolanos hermanos Girón, que precisamente, cuando actuaron por primera vez en España, lo hicieron en el escenario de ese coso, donde se hicieron aplaudir con su toreo valiente y espectacular. César, poco después rompió a figura tras una sucesión de triunfos en Barcelona para acabar siendo uno de los ídolos de la Tauromaquia. Y su hermano Curro le fue a la zaga.

Juan José, en tarde de triunfo en el tradicional
 festival de Las Emita de los Remedios

Junto a las figuras, que mataban un novillo y les servía de entrenamiento en esos inicios de temporada, fueron los toreros de la zona quien mayor protagonismo alcanzaron. De hecho quienes mayor número de paseíllos sumaron han sido, por este orden, Juan José, Julio Robles y Paquito Pallarés (nunca faltó hasta su fatídico accidente, siempre arropado por sus numerosos seguidores). De los diestros de la zona recuerdo una actuación pletórica de Luis Miguel Moro, de Vitigudino, el mismo año que tomó la alternativa donde paseó hasta las criadillas de un bravo torete de Antonio Casasola, frente al que bordó el toreo.

Ahora vuelve un festival que nunca debió perderse, porque es como otra encina del Campo Charro y esa es máxima alegría. Si los chavales de mi época ahí tuvimos un magnífico punto de arranque para ser aficionados, los nuevos volverán a tenerlo gracias a este proyecto tan magnífico que todos debemos aplaudir y apoyar. El nuevo capítulo comienza en una clase práctica de la Escuela de Taurina de Salamanca, un tipo de festejos ideal y que economiza un montón de gastos que harían insalvable su recuperación. Por esa razón es el mejor espectáculo para poder comenzar otra nueva etapa, la que será banderín de enganche a la Fiesta de muchos jóvenes. Y enhorabuena a la Federación de Peñas Taurinas Helmántica, porque a la crisis se combate con ideas y a los enemigos se les rebate con las cosas bien hechas.

Penúltimo festejo celebrado en la plaza de Los Remedios.

No hay comentarios:

Publicar un comentario