17/04/2023.- El presidente del FC Barcelona, Joan Laporta, durante la comparecencia que protagonizó para informar de los resultados de la investigación interna llevada a cabo por la entidad azulgrana en relación al caso Negreira. EFE/Alejandro Garcia
"...Como era de esperar, a las imputaciones de Bartomeu, Rosell y el propio club se ha sumado hoy la de Laporta, que no sólo pagó, como el resto, sino que cuadriplicó incluso la soldada de Negreira..."
Aguirre, la cólera de Dios
Si a estas horas, y con la que está cayendo, los propagandistas de Laporta no le han sacado aún al juez Aguirre ningún esqueleto del armario es porque su señoría no los tiene. Y si, tras la imputación de Laporta y las nuevas filtraciones del auto del juez, que son las más graves hasta la fecha y que acusan ya directamente a los árbitros, el resumen de los juglares del laportismo es el lugar común de la persecución, es que realmente tienen un problema que va más allá de lo estrictamente legal y que afecta a la salud de una parte del cuerpo en concreto, la que está más arriba, eso que Santa Teresa denominaba como la "loca de la casa". Como era de esperar, a las imputaciones de Bartomeu, Rosell y el propio club se ha sumado hoy la de Laporta, que no sólo pagó, como el resto, sino que cuadriplicó incluso la soldada de Negreira. Esto, si se me apura, se daba por hecho. Quiero decir que está acreditado que Laporta pagó y que si el actual presidente culé estaba ocasionalmente fuera del grupo de investigados era, al parecer, por una cuestión de plazos que el juez ha sabido y ha querido esquivar.
Pero es que lo que hoy hemos conocido del auto del juez es demoledor. Dice, por ejemplo, que "los pagos produjeron los efectos arbitrales deseados", añade que debió producirse "una desigualdad en el trato con otros equipos" y concluye que se puede hablar de "corrupción sistémica arbitral, lo cual no significa que todos los árbitros fueran corruptos pero sí un grupo de ellos". Conociendo como ya vamos conociendo al señor Aguirre, no me cabe la menor duda de que el próximo paso que dé consistirá en imputar a árbitros con nombres y apellidos concretos, y no hace falta ser muy imaginativo para saber por dónde van a ir los tiros. Aguirre no se corta y dice que "las facturas presentadas por Enríquez Negreira y por su hijo podrían calificarse como una pura invención", añade que "cada pago efectuado por el Barcelona a Enríquez Negreira constituiría un delito de cohecho", sigue diciendo que "deberían imputársele tantos delitos de cohecho como actos de pago efectuados" y sugiere (y ya sabemos qué pasa cuando sugiere este juez) que "tales árbitros podrían ser acusados de un delito".
Si, después del espectáculo al que estamos asistiendo, perdemos siquiera medio segundo de nuestro tiempo en hablar de aquellos que, supongo que por puro interés, continúan defendiendo este escándalo, equivocaremos el tiro. Los propagandistas de Laporta son eso, propagandistas. Viven para y por la propaganda. El problema hace tiempo que dejó de ser del Fútbol Club Barcelona, club quebrado en lo económico y con la imagen por lo suelos, el problema es del fútbol español, el problema es del resto de clubes implicados, el problema más inmediato es ahora mismo de otro club histórico, del Athletic Club, que visita Montjuic el próximo domingo: ¿Qué debe hacer Jon Uriarte? ¿Acudirá al palco? Uriarte es un hombre joven, tiene sólo 45 años. Es un empresario de éxito, un innovador, alguien a quien define su capacidad para emprender.
¿Será valiente Uriarte y dejará colgado al Barça en señal de protesta por lo que constituye, y desde hace tiempo además, un escándalo mundial? ¿O será cobarde?
Porque aquí, que se sepa, el único que ha dado hasta ahora un paso al frente ha sido Pepe Castro y su Sevilla. Hoy me decían que la comida oficial de las directivas de Barça y Real Madrid del sábado 28 seguía en pie: ¿En serio va a tener el cuajo el Real Madrid de irse a comer un bacalao al pil pil o un chuletón con esta junta directiva?
Maquina
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