Y lo hizo en un ambiente inédito con una plaza casi llena en los tendidos bajos y altos como en gradas, que daban un aspecto impresionante al coso, con mucha juventud, algo distraída eso sí, gritando muchos molestos "vivas" durante las lidias y saliendo en masa con bronca del resto del respetable antes que cayese el 5º novillo. Pero siempre será bienvenida esa juventud de la cual saldrán sin duda algunos buenos aficionados. Lo curioso es que hubo más público para ver novillos este miércoles que para presenciar los toros de Victorino el pasado domingo. Algo fallará.
Del festejo, El Juli del cartel de esta veraniega feria de Otoño, volvió a ser protagonista sin quererlo. Con la seria cogida de Álvaro Serrano, alumno de la escuela taurina de Navas del Rey, herido grave con dos cornadas en el muslo derecho en un quite al abreplaza, la final se convirtió en un mano a mano entre dos alumnos de la Fundación El Juli, que torearon como les enseñan en esa escuela, con técnica suficiente, pero con un fondo algo limitado.
El que más gustó fue el gran, por la talla, Mariscal Ruiz, que sacó una preciosa tanda templada por naturales al complicado 1º que hirió a Serrano. Al 3º le cortó la única oreja de la tarde, un tanto benévola, por una actuación completa pero que no rompió totalmente. Buenas series por ambos pitones y una entera trasera efectiva le permitieron obtener un cartílago y ser declarado triunfado del serial, sucediendo así al novillero algecireño Pepe Luis Cirugeda, de la escuela de Navas del Rey, triunfador de la pasada edición. Con el 5º, al que recibió a portagayola, Mariscal Ruiz tuvo más voluntad que sentimiento, y no acabó por entenderse con el eral.
Su compañero de Fundación, Sergio Rollón, un jovencísimo novillero de tan solo 16 años, no tuvo un buen lote (de Lorenzo Rodríguez Espioja) con un soso de poca transmisión, otro que blandeó y al que tuvo que mimar toreando a media altura y el cierraplaza burraco que resultó ser tardo. Salió a por todas con estilo tremendista y fue ovacionado tras sus dos últimos inicios de faenas, rodillas al piso, pero poco más, oyendo dos avisos tras un lio con la cruceta al último.
Aun así, como Mariscal Ruiz que pudo expresarse, se le nota también a Sergio Rollón facilidad frente a la cara del novillo como para seguir los pasos de otros alumnos que pisaron la misma Fundación del Juli. El ejemplo esta temporada de otro compañero de Fundación como lo fue Fernando Adrián, animará sin duda a estos jóvenes y a los que compitieron con ellos a seguir sea cual sea el resultado, en ese camino, tan duro y tan largo, que son los toros, para llevarles lo más lejos posible, sin nunca perder esperanza.
Aunque la tarde no fuese triunfal y pudo ser dramática con la cogida de Álvaro Serrano, damos la enhorabuena a estos serios chavales toreros, que en lo personal pueden estar muy orgullosos de haber convocado un miércoles de semana a 20.000 aficionados en la 1ª plaza del mundo en un festejo de feria. Un recuerdo para ellos imborrable y para nosotros un saludable paréntesis entre el listón alto que puso Borja Jiménez con los Victorinos el domingo pasado y el cierre de temporada mañana con un probable cartel de no hay billetes en el día sagrado de la Hispanidad.
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