"...Mucha suerte, Diego Silveti, es un deseo que me sale del alma como pueda deseársela a todo el que se viste de luces pero, desde que compartí amistad con su señor padre, un artista en la élite, aquello me dejo marcado para siempre. Que Dios te siga bendiciendo, torero..."
Éxito de Diego Silveti en su reaparición en Juriquilla
Pla Ventura
Toros de Lidia/28 octubre, 2023
Diego Silveti, ha tenido que soportar, como si de una maldición se tratare, una durísima lesión que le ha mantenido alejado de los ruedos durante más de seis meses, por ese motivo, en México, artísticamente dicho, su silencio era sepulcral. Pero ayer tuvo lugar su reaparición en Juriquilla tras dicho calvario y, una vez más, el hijo del “Rey David” volvió a saborear las miles del triunfo puesto que su calidad artística así lo demanda.
Como el propio diestro confesara, tras todo lo penado ante dicha lesión ha comprendido mejor que nunca a su padre, el inolvidable David Silveti que, pese a ser un artista cabal como pocos, pasó más tiempo en los nosocomios que en las plazas de toros pero, todavía le bastó y sobró tiempo para ser considerado, como antes apunté, “El Rey David”. Su vástago, Diego Silveti, sigue su camino artísticamente hablando y, su tarea no es nada sencilla porque, amigos, tener un padre de aquella magnitud y no morir en el empeño por tratar de estar a su altura, ello tiene un mérito increíble.
Me cupo el honor de verle aquella tarde lluviosa de hace muchos años en Madrid en que, pese a la meteorología, Diego Silveti cortó una oreja de clamor y tuvo mucho mérito porque en la referida tarde era para irnos todos a refugiarnos del vendaval y del diluvio. Más tarde he podido verle en muchas de sus actuaciones en México por la televisión y quedé prendado de la calidad de su arte, recordando, entre otras muchas actuaciones, el día que cortó un rabo en La México, en una actuación inolvidable.
Quiera Dios que no tenga que pasar por otro trance como el descrito porque, como Silveti confesó, es mucho más “placentera” una cornada que una lesión y, de aquello supo más que nadie en el mundo su señor padre que, dentro de pocos días se cumplirán los veinte años en que entregó su alma a Dios al más puro estilo Juan Belmonte. Diego Silveti, para los neófitos en materia, hay que decir que tiene un don especial que se llama personalidad, algo tan difícil de encontrar en los toreros porque, en su gran mayoría, son calcados los unos de los otros y, sin desdeñar a nadie, hay que resaltar a los que tienen mucho que decir y Diego Silveti es uno de ellos.
En mi modesta opinión, Diego Silveti, figura del toreo en México, hizo muy bien en no venir a España en estos últimos años porque, aquello de ser una gran figura en el país azteca para llegar a nuestro país y que te ofrezcan lo que no quiere nadie, no es una decisión acertada, por ello, Silveti se quedó en México y, a diario, sigue saboreando el dulce sabor del triunfo. Quiera Dios que le sigan respetando los toros y, ante todo que no sufra esas terribles lesiones que acabaron con la carrera y la vida de su inolvidable padre.
Mucha suerte, Diego Silveti, es un deseo que me sale del alma como pueda deseársela a todo el que se viste de luces pero, desde que compartí amistad con su señor padre, un artista en la élite, aquello me dejo marcado para siempre. Que Dios te siga bendiciendo, torero.
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