"...lo realmente sangrante es comprobar como cientos de miles de personas, al morir un familiar, no es que lloren su pérdida que, por lógica, lo hacen; lloran por el desconsuelo de no poderle enterrar salvo la caridad cristiana de amigos y familiares que pagan el funeral. ¿Dónde queda ese gobierno progresista que dice defender a los pobres? Yo diré dónde están todos, en sus mansiones ejerciendo el comunismo que ellos predican; es decir, burlándose de la sociedad que les ha votado y tratándonos a todos como si fuésemos idiotas puesto que, mientras ellos viven de forma opípara, llegado el caso, cientos de miles de criaturas no pueden enterrar al ser querido..."
La crueldad de la muerte
Pla Ventura
Toros de Lidia/26 octubre, 2023
A nuestros políticos se les llena la boca hablando de progresismo, bienestar en todos los órdenes, -siempre mentiras- y que todos seamos igual de comunistas que ellos, algo que ya desearíamos todos sin distinción, el comunismo que ellos practican que, de ser posible nuestra vida sería muy distinta a la real en que vivimos. Pero, pese a todo, siempre hablan de los vivos, seguramente para envilecerles y quitarles el humor pero, se olvidan de lo más importante del mundo, los muertos.
Si los vivos sufrimos las locuras de nuestros políticos, nadie sabe lo que pasa con los muertos que, la crueldad es todavía más extrema al respecto. Aquello de morir es algo tan natural como la vida misma pero, de lo que no habla nadie es de las consecuencias de la muerte puesto que, el que menos sufre, sin duda, es el difunto ya que, en una mayoría de casos la muerte suele ser una liberación para las personas que sufren pero, ¿qué consecuencias quedan tras el óbito de un ser humano? Aquí viene el quid de la cuestión que no es tarea baladí, más bien todo lo contrario.
Digamos que, una gran mayoría de las gentes estamos protegidos ante la muerte, mejor dicho, ante las consecuencias que dejamos al morir a nuestros familiares. Una protección que viene dada por el seguro de defunción que, aunque no lo parezca es el seguro más importante que todo ser humano debe tener. Pese a ser así, todavía quedan cientos de miles de españoles que, por unas causas u otras no tienen esa cobertura ante sus familiares fallecidos que, dicho sea de paso, hay un dicho que dice cuando se le quiere poner precio elevado a cualquier cosa siempre decimos, eso es más caro que un entierro. Y aquí viene a colación el drama del que hablo. ¿Cómo es posible que enterrar a una persona valga diez mil euros siendo generosos y sin comprar un nicho en el campo santo? La cifra es de auténtico escándalo y, lo digo yo que lo he pagado y, como ha sido mi caso imagino a decenas de miles de personas en idéntica situación a la mía. Cuidado que, he hablado de un entierro sin nicho en el cementerio porque si queremos llevarle flores a nuestros muertos cada año por el uno de noviembre, la tragedia puede ser de época.
Conozco innumerables familias que se han tenido que empeñar en un préstamo para enterrar a un familiar; vamos, para comprar la caja e incinerarlo. Y de eso no hablan nuestros aberrantes políticos que, por supuesto, si de bienestar social hablan y se les llena la boca con ello, sin tener en cuenta la desgracia de una familia que ha perdido un ser querido que, es gravísimo pero, lo es todavía mucho más que no puedan darle “sepultura” a modo de urna por las cenizas recogidas tras el óbito.
Insisto que, nadie repara en lo que estoy contando; es más, nunca en mi vida he leído una sola línea al respecto y, el problema es de una gravedad extrema, especialmente para todos aquellos que carecen de ese seguro de muerte. ¿Qué hace el gobierno ante este hecho tan sangrante como dramático? Mirar hacia otro lado. No les queda otra. Si tuviéramos los datos del costo de todos los entierros que se llevan a cabo en España diariamente, entonces si enloqueceríamos por completo. Hablamos de decenas de millones lo que supone el costo de un funeral, empresas que hacen el agosto a diario con algo tan sagrado y monstruoso como es la muerte; empresas como aquella de Valladolid que, le vendían al familiar un féretro que decían estaba valorado en catorce mil euros y, tras las exequias le daban el cambiazo, metían al muerto en una caja de pino y se quedaban con el ataúd de caoba para que cayera otro primo.
Lo dicho es una anécdota cruel que, aquellos tipos deberían de pudrirse en una cárcel para siempre y, seguro que no la pisaron. Lo que me preocupa de verdad no es la muerte porque tenemos la certeza de que allí iremos todos; lo realmente sangrante es comprobar como cientos de miles de personas, al morir un familiar, no es que lloren su pérdida que, por lógica, lo hacen; lloran por el desconsuelo de no poderle enterrar salvo la caridad cristiana de amigos y familiares que pagan el funeral. ¿Dónde queda ese gobierno progresista que dice defender a los pobres? Yo diré dónde están todos, en sus mansiones ejerciendo el comunismo que ellos predican; es decir, burlándose de la sociedad que les ha votado y tratándonos a todos como si fuésemos idiotas puesto que, mientras ellos viven de forma opípara, llegado el caso, cientos de miles de criaturas no pueden enterrar al ser querido. Se les llena la boca de sandeces a nuestros políticos pensado que les creemos y, en casos como el que cito, nadie ha dicho jamás una palabra y el asunto es tan grave como poder comprarse una vivienda, otra quimera para la juventud de España que, pasan los años y la gran mayoría “mueren” en el intento.
Y lo más sangrante de la cuestión es que, desde que existe la democracia, jamás ningún gobierno se ocupó de este tema tan escabroso y delicado que, por supuesto, ante la muerte, todos lloramos a nuestros difuntos pero, ¿quién le llora al que tiene que asumir un coste elevadísimo para enterrar a un familiar que, en muchas ocasiones se carece de dinero para asumir dicho coste?.
No hay comentarios:
Publicar un comentario