Jude Bellingham
"...El Madrid tenía que ganar para vengar décadas de historia pútrida, la afrenta doble de Tenerife, las ligas posteriores que Gil y Gil ya detectó como “de Negreira”, los pagos cuadruplicados por Laporta, la continuidad 2.0 con el VAR de Clos y Undiano, investigado el primero por incrementos exponenciales de su patrimonio y que ahí sigue, trayendo la historia del oprobio hasta el umbral del presente..."
Barcelona 92
Jesús Bengoechea
La Galerna/28 octubre, 2023
Para Sergio
Ciudad y minuto: Barcelona 92. El momento en el cual marcó el gol de la victoria Jude Bellingham tuvo, en combinación con el lugar, un simbolismo brutal. Fue en la elección como ciudad olímpica de Barcelona 92 (no en este caso el minuto, sino el año) cuando el sistema decidió que había que evitar, por lo civil o por lo criminal, que el equipo rival del club futbolístico de la villa encadenara una liga tras otra de la mano de aquella atrevida Quinta. Optaron por la vía criminal. Negreira empezó a actuar, como peón de lo que Relaño ha remozado ahora con el término “villarato engrasado” . Enorme hallazgo.
El Madrid tenía que ganar para vengar décadas de historia pútrida, la afrenta doble de Tenerife, las ligas posteriores que Gil y Gil ya detectó como “de Negreira”, los pagos cuadruplicados por Laporta, la continuidad 2.0 con el VAR de Clos y Undiano, investigado el primero por incrementos exponenciales de su patrimonio y que ahí sigue, trayendo la historia del oprobio hasta el umbral del presente.
PODÉIS COMPRAR A NEGREIRA, PERO NO PODRÉIS COMPRAR LA GRANDEZA
Había que vengar todo eso, así como la impunidad y repugnante jactancia que lo acompañan. Aunque al principio del partido la célebre sangre en el ojo de Zamorano brillaba por su ausencia, las córneas se inyectaron en rojo tras el descanso. Entraron Modric y (sobre todo) Camavinga, y sobre su excelencia galopó el Madrid. Es curioso que un tipo que no quiere jugar como lateral izquierdo sea capaz de cambiar desde ahí el curso de los acontecimientos. Bien es cierto que desde el pivote es también determinante. Camavinga se puso a jugar y los niños abrieron paso al homo superior, como cantaba Bowie. Bellingham estuvo atento para reventar la escuadra desde su casa primero, y para rebañar un control en semifallo de Luka después. Esto es así, criaturas: podéis comprar a Negreira, pero no podréis comprar la grandeza.
Jagger y Wood se miraban azorados. Prestar tu icono a una panda de ladrones es un error fácilmente lamentable, pero no hay modo de escapar a la ignominia de hacerlo para una panda de ladrones perdedores.
Getty Images.
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