Si Sánchez es corrupto también los árbitros tienen derecho a serlo / por Rafael Comino Delgado

Cuando salió a la luz el bochornoso, vergonzoso, escandaloso y punible caso Negreira-Barcelona, y ya con Rubiales fuera de la RFEF, pensamos que los árbitros cambiarían su modo de actuar y serían más ecuánimes, pero da la impresión de que ha sido todo lo contario, cada vez son más arbitrarios en su forma de pitar a algunos clubes. Y es que deberían haber intervenido UEFA y FIFA, pero resulta que estas dos entidades son, probablemente, de las más corruptas del mundo.

Si Sánchez es corrupto también los árbitros tienen derecho a serlo

Rafael Comino Delgado

Catedrático de la Universidad de Cádiz

Nadie duda en España y en el mundo de que Pedro Sánchez  es muy corrupto, que no cumple las leyes, que se gasta millonada de euros en enchufar a sus amigos y familiares, en asesores, en ministerios y cargos innecesarios, en comprar a medios de comunicación, en subvencionar a organizaciones que le son favorables, en pagar a un sujeto llamado Tezanos para que le haga encuestas que le dan como ganador, en viajes con el falcon; Sánchez  es un  gran mentiroso, lo que es una forma de corrupción, etc. Y no pasa nada, ahí sigue en la Moncloa, desde donde ha destruido la democracia española, y desde donde está destruyendo a España como nación, y en los próximos años acabará de destruirla. 

Ante esta situación me pregunto y les pregunto, ¿por qué los árbitros de futbol no van a tener también derecho a ser corruptos? Pues claro que lo tienen, y lo ejercen. Faltaría más. De las miles de pruebas que hay de ello, tenemos el arbitraje de De Burgos Bengoechea ayer en el Sevilla-Real Madrid. No voy a describir todas las acciones a favor de Madrid que no pitó, ni las que pitó a favor del Sevilla sin ser punibles, porque en artículos previos, publicados en este mismo medio, ya han sido descritas. Iré solo a lo más fuertes: 

Primero anula un gol al Madrid por un fuera de juego dudoso, a pesar de que sabemos que la línea la trazan por donde quieren, es decir que es algo que los que están en el VAR pueden modificar a capricho. 

Después anula otro al detener una jugada cuando el Real Madrid hacia un ataque con varios futbolistas, que acabó en gol (detiene la jugada, para atender a un jugador, cuando se da cuenta de que el Real Madrid podía marcar, y después de haberle dicho al jugador que se levantara). Para que se comprenda mejor lo que pasó, es como si en el último minuto de un partido el equipo que va perdiendo o empatando saca un corner y el árbitro pita el final del encuentro cuando el balón va por el aire, pero aún no ha llegado a donde están los futbolistas para intentar rematarlo. 

Más tarde no pita un penalti clarísimo de Navas a Vinicius. ¿Qué podía hacer más el Sr. Bengoechea para que el Real Madrid no ganara? Ya no podía hacer más, por tanto, el hombre cumplió con su cometido.  En algún medio he leído que De Burgos Bengoechea es de los peores árbitros de España, pero creo que ello habría que matizarlo, porque una cosa es cometer errores involuntarios y otra cometer errores intencionadamente, que es lo que ayer hizo De Burgos en Sevilla.¿Cuánto se llevó por ese arbitraje? Pues yo no lo sé, ni me interesa, pero debieron recompensarle adecuadamente.

Cuando salió a la luz el bochornoso, vergonzoso, escandaloso y punible caso Negreira-Barcelona, y ya con Rubiales fuera de la RFEF, pensamos que los árbitros cambiarían su modo de actuar y serían más ecuánimes, pero da la impresión de que ha sido todo lo contario, cada vez son más arbitrarios en su forma de pitar a algunos clubes. Y es que deberían haber intervenido UEFA y FIFA, pero resulta que estas dos entidades son, probablemente, de las más corruptas del mundo. Ahora saben los árbitros, y todos sabemos, que al final al Barcelona no le pasará nada, a Negreira tampoco, y al colectivo arbitral menos aun.

Dicho esto, hay que admitir, que luego el Real Madrid, en la segunda parte, no estuvo bien, pero el Sevilla tampoco es que hiciera su mejor partido. Ancelotti no estuvo afortunado en los cambios. Sacó a Modric  y Camavinga, pero los dos  estuvieron mal. Sacó a  Joselu por Rodrigo, y Joselu creo que no llegó a tocar el balón en los minutos que jugó, o lo tocó muy poco. Después de una tangana, en la que se vio envuelto Vinicius, le quitó y puso a Brahim, al que no da minutos, simplemente porque no le da la gana. No le gusta este jugador, que creemos aportaría mucho más que Rodrigo, jugador de gran clase pero que este año no aporta nada, y desde luego que Joselu, pues a su edad, el pobre hombre, ya ha dado todo lo que tenía, y le piden que sea el delantero centro del mejor Club del mundo. Eso es mucho pedir. El caso de Alaba merece un análisis aparte. No sé cuantos goles lleva este año en propia puerta, pero cuando no es esto, se deja coger la espalda por el contario con máxima facilidad. No está para jugar en el Madrid, aunque pone su voluntad, pero con ello no basta. 

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