Los puyazos traseros y/o caídos estropean muchos toros / por Rafael Comino Delgado

'..Sin ir más lejos, en la novillada del pasado día 20 en las Ventas, al cuarto novillo se le puso un puyazo bastante trasero, con la mala suerte de que en dicho orificio cayó una banderilla, que profundizó hasta el pulmón. El novillo se echó a los pocos minutos de empezar la faena de muleta..'

Los puyazos traseros y/o caídos estropean muchos toros

Sí, porque suelen lesionar el aparato locomotor del toro, con lo cual alteran su forma de embestir, y en algunos casos pueden llegar al pulmón y ocasionar un neumotórax, con lo cual el toro se asfixia, y se para muy pronto.

Sin ir más lejos, en la novillada del pasado día 20 en las Ventas, al cuarto novillo se le puso un puyazo bastante trasero, con la mala suerte de que en dicho orificio cayó una banderilla, que profundizó hasta el pulmón. El novillo se echó a los pocos minutos de empezar la faena de muleta. los comentaristas de Telemadrid hablaron de que podían haberle afectado los puyazos, o quizá la banderilla en el mismo sitio del puyazo. Al poco tiempo el veterinario, don Julio Fernández, gran experto en toros de lidia, y en el daño que hacen los puyazos mal puestos y las banderillas muy traseras, les envió un mensaje, diciendo que la banderilla en sitio del puyazo habrá provocado un neumotórax, y por eso se había echado el novillo. Al día siguiente lo comentaristas de Telemadrid se refirieron a ello, y Federico Arnás dijo que, “demasiado puyazos se ponen traseros, y ello había que censurarlo”. Es la primera vez que oigo a un comentarista de TV decir esto en mucho tiempo. Espero que en lo sucesivo cuando un puyazo se ponga trasero los comentaristas lo censuren claramente.

Los puyazos deben ponerse en tercio posterior del morrillo, que corresponde con el espacio que hay entre la cuarta y séptima vértebras cervicales. Los puestos más atrás son traseros. Un puyazo en el centro mismo del hoyo de las agujas, que corresponde con la unión de la tercera con la cuarta vértebras dorsales, es un puyazo trasero, sin embargo, los profesionales y comentaristas suelen decir que es un puyazo perfecto. Quiero aclarar que esto no es que lo diga yo, lo dicen los más ilustres y expertos veterinarios, como los señores L. Barona, A. Cuesta, J.L. Prieto Garrido, J. Fernández, etc.

Esos puyazos traseros lesionan, casi siempre, la articulación de las manos del toro con la columna vertebral; es como si a nosotros nos picharan en la articulación del hombro, con lo que al moverlo nos dolería, y tendríamos dificultad para ese movimiento. Pues igual le pasa al toro, que le altera su movilidad, y como consecuencia su modo de embestir. Y ello en el mejor de los casos, porque esos puyazos traseros y/o caídos a veces llegan al pulmón, ocasionando un neumotórax, con lo que el toro no puede embestir, se asfixia, y se para enseguida. El veterinario don Julio Fernández me ha enseñado fotos de autopsias hechas a toros, en las que se ve muy bien como las puyas o banderillas han llegado hasta el pulmón ocasionando un neumotórax.

Bueno, pues estudios de diversos veterinarios, entre ellos algunos de los citados, han demostrado que solamente entre el 4 y 7 % de los puyazos, siendo muy optimistas, se colocan en su sitio correcto.

Creemos que, si se sigue picando tan rematadamente mal, la suerte de varas desparecerá porque no aporta casi nada positivo, sino mucho negativo.

Rafael Comino Delgado