Lo de José Enrique Colombo en España es sangrante / por Rafael Comino Delgado

'..Yo que sigo a Colombo, y todos los demás, ni siquiera pido suerte para él, lo único que pido es justicia, y estoy seguro de que los empresarios que le pongan en sus carteles verán como muy pronto les llevará cada vez más gente a sus plazas..'

Lo de José Enrique Colombo en España es sangrante

Rafael Comino Delgado

Que a Colombo no se le trate como figura del toreo en España es hiriente, sangrante, increíble. El sistema, por las razones que sea, aunque nos las podemos imaginar, e incluso poner nombres y apellidos a quien, de alguna manera, le cierra muchos caminos, cuando es un torero completísimo, que domina como muy pocos los tres tercios de la lidia. Es un torero que da espectáculo, que se entrega al máximo, que pisa terrenos inverosímiles, que puede con todo tipo de toros que le echen sobradamente, que cuando el toro lo permite sabe hacer el toreo bueno, y que tiene una de las espadas más seguras que hay en el escalafón, por lo que es rarísimo que se le vaya un toro, pues se tira a matar de verdad, con muchísima verdad, con muchísima entrega, tal y como demuestra siempre que se viste de torero, y ayer mismo pudimos verle en las Ventas de Madrid, donde el presidente le negó una oreja muy merecida, en mi opinión. A lo mejor el presidente no comprendió su labor en ninguno de sus toros. 

Bueno, pues a pesar de todo eso le dan muy pocos carteles, y casi siempre con corridas de las llamadas duras, de las que no quieren los que están en figuras, a algunos de los cuales solo les valen el cinco o seis por cierto de los toros que les salen, para hacer faena brillante, para emocionar, si es que llegan a emocionar de verdad alguna vez. Evidentemente no es un artista como Curro Romero, Paula, Finito, Morante, etc. pero, como decíamos, sabe hacer el toreo clásico, bueno, y logra emocionar de verdad al público en todas sus actuaciones, de una forma o de otra, pero siempre emociona, que es de lo que se trata, pues el toreo es emoción, y si los que están sentados en los tendidos no se emocionan, no se quedan con ganas volver al día siguiente, mal asunto; la fiesta se muere. Sin embargo, a pesar de todo ello jamás le he oído quejarse de nada, como debe ser. 

El torero de verdad, el torero macho, nunca debe quejarse, eso se queda para su apoderado o sus seguidores, si es que tienen razones para ello, él lo que tiene es que hablar con el capote, la muleta y la espada, siempre que se anuncie en un cartel, y demostrar que merece más de lo que le ofrecen, tirar para adelante, y algún día llegará en que será martillo. 

Yo que sigo a Colombo, y todos los demás, ni siquiera pido suerte para él, lo único que pido es justicia, y estoy seguro de que los empresarios que le pongan en sus carteles verán como muy pronto les llevará cada vez más gente a sus plazas.

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