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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

sábado, 17 de mayo de 2025

SAN ISIDRO - 7° de FERIA.- COLOSAL FAENA, AY, SIN ESPADA, DE FERNANDO ADRIÁN A UN GRAN "VICTORIANO" / por Juan Miguel Núñez Batlles


'..Bravo, bravisimo el toro, luciendo una clase extraordinaria, con nobleza y largo recorrido, ritmo y mucho ímpetu en cada arrancada. El toro sumaba a todas esas virtudes una facultad absolutamente pasional, de arrebato y entusiasmo en sucesivas e interminables arrancadas..'

'Frenoso', nº 95, Marzo-2020, 5º de la tarde de Victoriano del Ríoun gran toro, firme candidato al mejor de la Feria.

SAN ISIDRO - 7° de FERIA
COLOSAL FAENA, AY, SIN ESPADA, DE FERNANDO ADRIÁN A UN GRAN "VICTORIANO"

Por Juan Miguel Núñez Batlles
Un gran toro de Victoriano del Río y una gran faena al mismo de Fernando Adrián, qué extraordinario encuentro en Las Ventas.

Quizás habría que empezar hablando del toro, al fin y al cabo punto de partida del acontecimiento, aunque paralelamente es inexcusable destacar la actitud y aptitud de la mano ejecutora, el torero artífice.

Para uno y otro ahora en la memoria se agotan los calificativos.

Bravo, bravisimo el toro, luciendo una clase extraordinaria, con nobleza y largo recorrido, ritmo y mucho ímpetu en cada arrancada. El toro sumaba a todas esas virtudes una facultad absolutamente pasional, de arrebato y entusiasmo en sucesivas e interminables arrancadas.

Y enfrente, anda que no había que echar talento y arrestos para estar a la altura. Porque siempre se ha dicho que los buenos toros son los que descubren a los malos toreros. Mas fue el caso que Fernando Adrián lució como complemento ideal para esa magnífica conjunción de toro y torero, ambos de extraordinarias capacidades. Las de Adrián, hay que significar también, fueron la habilidad y la destreza, el mando y el poderío, el valor y el arrojo, el sentimiento, el arte, más arte y más de lo anterior en una deliciosa amalgama que se sintetiza en la palabra mágica que ensalza tantos atributos: la to-re-rí-a.

Y bien que resultó que "Frenoso", así se llamaba el animal, lo sorteara Adrián, para dar luz a tanta maestría y garbo.

Todo empezó con unos bonitos lances de recibo a la verónica. Un buen tercio de varas con el picador Alberto Sandoval como protagonista. Y en la muleta, desde el primer pase cambiado de rodillas, que salió trompicado de tanto ajuste, el toro vino ya siempre imantado al engaño. En lo fundamental, primero por la derecha, dos tandas de mano muy baja y poderosa, exigiendo al toro una barbaridad, no obstante, éste yendo a más. Al natural, más de lo mismo, el trazo firme y muy sentido. Todo con un extraordinario ajuste. Y entremedias, los obligados de pecho y muy oportunos adornos y remates como la arruzina, cambios de mano y pases encadenados del desdén y de la firma. Todavía unas bernadinas muy a modo. Qué maravilla de toreo, seguido por los desaforados gritos de contento del tendido. La plaza bocabajo, es decir, el público en pie tras cada remate. Cuando vino lo peor, lo mal que mató. Inconcebible que después de haber estado "ahí" jugándose la vida con tan ejemplar entereza, al final no sería capaz Adrián de aguantar y cruzar en la estocada. Duele mucho contarlo, pero es lo que hubo. Él verá si le va a interesar torear con tanta verdad y pureza para acabar afligiéndose en el momento de firmar la obra tan importante. Y porque la imperfección estuvo en el corazón, ojalá recapacite.

Después de todo, la vuelta al ruedo fue de auténtica apoteosis.

El primero de Adrián fue un muerto en vida, una babosa, con el que apenas pudo estar el hombre en cuatro detalles sueltos.


Y les ha venido bien "esto" de Adrián a los otros dos alternantes y a la ganadería anunciada. Puesto que ya no hay, no ha de haber espacio para la crítica a Manzanares y Aguado, aburridísimos los dos, sin ideas ni compromiso, y no valen disculpas por el ganado, que también, todo hay que decirlo, fue una auténtica birria. Manzanares al menos mató estupendamente a sus dos toros. Pero sólo eso. Y Aguado, por allí, pero sin vérsele.


FICHA DEL FESTEJO.- Cuatro toros de "El Puerto de San Lorenzo", dos de ellos -cuarto y sexto- con el hierro de "La Ventana del Puerto", y dos "remiendos" -tercero y quinto- de Victoriano del Río, desiguales de presencia los titulares, desrazados y sumamente deslucidos. El quinto, de Victoriano del Río, un gran toro, firme candidato al mejor de la Feria.

José María Manzanares: estocada arriba (ovación); y también buena estocada en todo lo alto y sin puntilla (silencio).

Fernando Adrián: dos pinchazos y estocada desprendida (silencio); y pinchazo, media y tres descabellos (aviso y clamorosa vuelta al ruedo).

Pablo Aguado: cinco pinchazos y dos descabellos (aviso y leves pitos); y pinchazo y descabello (siiencio).

En cuadrillas, Marcos Prieto se desmonteró tras banderillear al segundo.

Al finalizar el paseíllo se guardó un minuto de silencio para recordar a José Ortega Gómez "Gallito", muerto por un toro en la plaza de Talavera de la Reina hace 105 años.

La plaza registró lleno de "no hay billetes" en tarde primaveral.

2 comentarios:

  1. Creo que faltó la vuelta al ruedo del magnífico y bravo Frenoso; mi humilde opinión

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  2. Tal vez pudo ser indultado

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