¿Cómo es que aquellos animalistas que dicen amar a los animales y la ecología, apuestan por la desaparición del Rey de Reyes, cuya presencia permite la existencia de millones de animales de miles de especies, pues el toro bravo es su guardián y el que garantiza esos espacios, auténticas reservas de nuestra flora y fauna?
El Toro Bravo
Williams Cárdenas
El Toro Bravo es un animal único, no hay otro como él, no sólo por su fortaleza y belleza imponente, sino por que no hay otro animal que se crezca ante los retos como se crece el toro bravo.
Esas virtudes lo han hecho ser para muchas civilizaciones pretéritas un auténtica deidad, a la que se han rendido culto y honores, llegando a ser símbolo de pueblos y religiones.
Todos los demás animales huyen al sentirse heridos, a diferencia del toro bravo que es capaz de luchar de manera incansable hasta la muerte. Esa bravura y fiereza son sublimes y de allí la admiración que le profesamos muchos seres humanos, que encontramos en esas virtudes auténticos valores ejemplares.
A raíz de la pandemia, estamos viendo impávidos como cientos de toros bravos están siendo llevados a morir al matadero, sin que se mueva un dedo para salvarlos. Todo lo contrario, se adoptan medidas que excluyen expresamente de las ayudas a las ganaderías de lidia.
Preferimos apelar respetuosamente, al sentido común de los hombres de bien:
– ¿Qué ocurre que no nos damos cuenta que si eliminamos al toro bravo y dejamos que desaparezca, desaparecerá con él la riqueza de la dehesa cuya biodiversidad protege, y lo que conllevaría esta pérdida?
– ¿Cómo es que aquellos animalistas que dicen amar a los animales y la ecología, apuestan por la desaparición del Rey de Reyes, cuya presencia permite la existencia de millones de animales de miles de especies, pues el toro bravo es su guardián y el que garantiza esos espacios, auténticas reservas de nuestra flora y fauna?
– ¿Es que acaso obviamos que si el toro bravo desaparece, esos espacios pasarán a tener otros destinos urbanos, o que simplemente serán solares desiertos y vacíos extinguiendo todo el rastro de vida animal en sus entornos?
– ¿Qué desvarío nos hace olvidar tantos siglos de historia, cultura, arte y progreso en el devenir de nuestros pueblos, muchos de ellos vinculados a la existencia del toro bravo?
– ¿Cómo es que no nos damos cuenta que con la eliminación del toro bravo desaparecería un referente de valores instalados en lo más íntimo y profundo del pueblo?
– ¿Cómo es que tampoco apreciemos que si el toro bravo desaparece, desaparecerán con el las fiestas populares, las tradiciones rurales y muchas formas de vivir y entender la vida del hombre del campo?
– ¿Qué extraña percepción se ha apoderado de nosotros como pueblo para permitir que aquellos que están llamados por ley a proteger y defender nuestro patrimonio cultural, ecológico y genético no cumplan con su deber?
Si no reflexionamos y rectificamos dando respuesta a todas estas interrogantes, habremos perdido parte de nuestra identidad más esencial.
Seremos otro pueblo cualquiera, dejaremos de ser el pueblo singular que somos, con lo que ello implica en la simplificación de nuestra autoestima. En resumen seremos más pobres como seres humanos.
@wcardenasrubio
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