Fotografía: Arjona
La indignidad es directamente proporcional al número de mentiras que se digan e injusticias que se cometan, y este Gobierno ha dicho muchas mentiras y cometido muchas injusticias, por tanto, poca dignidad le queda
Ni nos respetan ni se respetan
El actual gobierno español nos miente diariamente y, aprovechando el estado de alarma, nos recorta libertades básicas que ya veremos si se recuperan o no cuando esto pase. El Gobierno no respeta a los ciudadanos y menos aún a los que somos taurinos, ya sea profesionales o simplemente aficionados.
Hemos sido discriminados en todo lo discriminable. Con motivo de la pandemia, representantes de los distintos colectivos taurinos, liderados por la Fundación del Toro de Lidia (FTL), se reunieron el 22 de abril con representantes del Ministerio de Cultura -el señor ministro no se dignó a atenderles-, quienes les dijeron buenas y esperanzadoras palabras, pero huecas, o mejor dicho, palabras falsas. Les prometieron que estudiarían un documento muy bien elaborado que los taurinos presentaron pero lo cierto es que cuando el ministro compareció para anunciar ayudas a la Cultura se olvidó del toreo, lo cual motivó las críticas de los colectivos taurinos. Añadan a eso que los profesionales del toro se han encontrado con la negativa cuando han solicitado acogerse a una ayuda de 800 euros. Y añadan también que en todos los lugares donde se deben concentrar personas se exige una distancia de dos metros entre unos y otros, sin embargo para los festejos en la plaza de toros han exigido tres metros.
Si quieren más evidencias, en el Consejo de Ministros del 19 de mayo, el Ministerio de Cultura aprobó más ayudas, por valor de 7.283.830 de euros, a distintos colectivos e ignoró, por enésima vez, a la tauromaquia. ¿Necesitamos más discriminaciones para darnos cuenta de que no nos respetan? Nos han marginado de forma totalmente injusta. Esto es una prevaricación sin precedentes. Si he de ser sincero, nunca creí que con este Gobierno los taurinos recibirían un solo céntimo de ayuda para paliar la crisis tan enorme provocada por el virus, pero tampoco pensé que nos faltarían al respeto y nos despreciarían tanto como lo están haciendo.
Si faltaba algo para completar la discriminación y para demostrar cuánto deprecia el Gobierno a los taurinos, el 14 de mayo, cuando la despensa de muchas familias taurinas está totalmente vacía, el vicepresidente Pablo Iglesias aprovechó su comparecencia en el Senado para lanzar un ataque sin precedentes a la tauromaquia, sin otro fundamento más allá de su capricho y de sus gustos particulares. Por el cargo que ocupa debería saber que la tauromaquia es Patrimonio Cultural Inmaterial de España, aprobado en el parlamento el 6 de noviembre de 2013, y que hay sentencias del Tribunal Constitucional según las cuales los parlamentos autonómicos no pueden abolir el toreo ni establecer modificaciones sustanciales al desarrollo de la corrida. Y desde luego debería tener un mínimo de respeto a la legalidad vigente, si bien, pedir eso a Pablo Iglesias es pedir un imposible. Dicho ataque tuvo inmediata respuesta del presidente de la FTL, Victorino Martín. También le respondió el presidente de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, y la eurodiputada por el Partido Popular, Isabel Benjumea, así como diversos profesionales, entre ellos Emilio de Justo, ejemplo de mesura, prudencia y respeto.
Cualquier persona que mínimamente se respete a sí misma no mentiría como nos mienten. Oigo con frecuencia decir que Nadia Calviño tiene una gran formación, que es muy apreciada en Europa, que se lleva a matar con Pablo Iglesias, que ha estado varias veces a punto de dimitir. Puede ser verdad todo ello, pero hay algo evidente: ¡No ha dimitido! Será que le tiene demasiado apego al sillón ministerial, porque hay que tener mucho estómago para continuar perteneciendo a un Gobierno que hace lo que hace. Y no me refiero a los muchos errores que ha cometido en la gestión de la pandemia, me refiero a las vulneraciones de la ley que día a día están cometiendo y que nos acercan más a Venezuela que a cualquier país democrático del mundo. Luego, señora Calviño, tendrá usted mucha formación, pero acepta degradar su dignidad.
Recordemos diariamente al Gobierno y a la sociedad que la premisa fundamental para que las relaciones humanas sean correctas es el respeto, que es el sostén de la libertad y que no vamos a consentir que nos la arrebaten
Nos han mentido infinidad de veces, gobiernan a favor de unos y en contra de otros, lo cual es prevaricar, y están llevando a España al desastre económico, político y social. Solo con lo que han mentido y con la discriminación negativa hacia el colectivo taurino es más que suficiente para pensar que se han perdido el respeto a sí mismos. La indignidad es directamente proporcional al número de mentiras que se digan e injusticias que se cometan, y este Gobierno ha dicho muchas mentiras y cometido muchas injusticias, por tanto, poca dignidad le queda.
Nuestro Gobierno no respeta lo más mínimo a los taurinos y, lo que es más grave, no se respeta a sí mismo. Ya no puede perder nada más de verdadero valor. La Constitución dice que todos los españoles somos iguales ante la ley, pero este Gobierno ha excluido de ello a los taurinos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario