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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

martes, 26 de mayo de 2020

En la corrida más grande / por Jorge Arturo Díaz Reyes

Paseíllo en Ronda. Foto: A.L., https://elpais.com/cultura

¿Y por qué no matar un toro ritualmente, artísticamente si se le asesina y despedaza por miríadas para devorarlo? 

En la corrida más grande

Jorge Arturo Díaz Reyes
Cronicatoro / Cali mayo 26 de 2020
¿Cuándo dejamos de ser monos habilidosos (técnicos) y nos convertimos en hombres? Cuando hicimos arte, no antes. Las primeras muescas en el hacha de piedra, las primeras manos tiznadas en la roca, los primeros tintes en el rostro, las primeras danzas con toros… expresiones del yo autoconsciente, del sentimiento, de la emoción vertidos libres de lo utilitario animal. Fue cuando adquirimos la facultad estética.

Todo humano es artista y todo arte es humano. Es la  marca específica. De lo sublime a lo terrible. El bebé que tararea, o… por ejemplo, Dalí faroleando ser capaz de sacrificar la humanidad entera a cambio del éxtasis artístico que le produciría el hongo atómico. ¿Por qué no? --dejaba flotando --si se justifica igual amenaza con pretextos más brutos, más inhumanos, más feos.

¿Y por qué no matar un toro ritualmente, artísticamente si se le asesina y despedaza por miríadas para devorarlo? “Nadie tiene derecho de propiedad sobre la Belleza o la Verdad, son creaciones en las que todos participamos”, reclamaba Henry Miller, con razón creo.

Todos artistas, todos humanos. Cada cual apropia percepciones, las procesa en su mundo interno y las exterioriza. Obrando su realidad imaginada, su arte. Veraz y verosímil en sí, para sí.

En la corrida más grande que se dio en Ronda la vieja,
cinco toros de azabache con divisa verde y negra…

¿Es bello? --¡Mentira! --Podría decir un enterado. La divisa verdinegra es de Miura, y solo para Madrid. En Ronda, hubiese usado la verde y roja. Encima… ¿Una corrida de cinco toros?... ¿Todos azabaches, de una ganadería cuya característica original es la policromía?... ¿Y cómo iba a ser esa corrida la más grande que se vio en la plaza cuna del toreo y escenario de su historia? Las tuvo que ver mucho más grandes...

Bueno, quizá todo eso sea real, pero también que para el poeta su obra es otra realidad construida. Y leyéndola, releyéndola, recitándola, oyéndola nos podemos adentrar en ella conmovidos, creyentes, humanos. El arte no se miente, si lo es.

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