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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

martes, 2 de enero de 2024

Real Madrid. Resumen galérnico de 2023 / por Jesús Bengoechea

¿Quién nos puede decir que no estamos legitimados para creer que fueron más años que diecisiete, más millones que ocho, más personas que Negreira? Cuando no hay justicia, la justicia se hace en las mentes y los corazones de la gente, y 2023 no es solo el año del descubrimiento del negreirato. Es, por encima de eso, el año de la impunidad del negreirato.

Resumen galérnico de 2023

Jesús Bengoechea
La Galerna/31 diciembre, 2023
Lo más grave que ha sucedido en 2023 no sucedió en 2023. En el año que termina simplemente supimos de ello, pero estuvo sucediendo antes, y no solo por un año, sino por un año y otro año y otro año y otro año y otro año y otro año y otro año y otro año y otro año y otro año y otro año y otro año y otro año y otro año y otro año y otro año y otro año.

He contado diecisiete, pueden comprobar si me he equivocado. Si puse menos, es importante que me informen para corregir. Si puse más, el error no es tan grave: todo el mundo sabe que los diecisiete años pueden ser la punta del iceberg, como lo pueden ser los pagos en A, que es de lo que hablamos aquí. En A son unos ocho millones de euros. En B -que es como hacen las cosas los timadores no del todo ineptos, o no del todo convencidos de su carta blanca-, el importe puede ser muy superior y con destinatarios más diversificados que sólo Negreira (de él hablamos, claro).


El año de la revelación Negreira

¿Quién nos puede decir que no estamos legitimados para creer que fueron más años que diecisiete, más millones que ocho, más personas que Negreira? Cuando no hay justicia, la justicia se hace en las mentes y los corazones de la gente, y 2023 no es solo el año del descubrimiento del negreirato. Es, por encima de eso, el año de la impunidad del negreirato.

Constatado que el Barcelona pagó al vicepresidente de los árbitros durante casi dos décadas (mínimo), refrendado por el propio Negreira ante Hacienda que lo hizo para que el Barcelona disfrutase de arbitrajes “neutrales”, comprobado que merced a los tejemanejes de Albert Soler (hombre bisagra entre el gobierno de España y el FC Barcelona) estos crímenes van a quedar impunes, el descubrimiento de estos delitos sólo sirve para hacernos una mala sangre que se prolongará hasta el último día de cada una de las vidas de cada uno de los amantes de un fútbol limpio, de cada uno de los que ingenuamente pensaron que lo era. Otros sospechábamos que no lo era, pero no por ello es menos lacerante la muerte de nuestra ingenuidad. Ese reducto de fe en la higiene de las cosas duele, al romperse, tanto como el universo de inocencia del que cree sin reservas.


En el fútbol español no manda gente del Barça: manda el Barça

Sabemos, sí, que el Barcelona pagó al número dos de los árbitros para aquello para lo cual se paga a un árbitro, sea jefe o no: para robar los partidos. Saberlo, no obstante, no nos sirve para nada, porque la cosa ha prescrito, y acabará a buen seguro en manos de un jurado popular barcelonés de cuya (casi segura) mayoritaria filiación culé ya se jacta la prensa afín.

Lo de que pudiera haber justicia deportiva ya lo abortó -dejando prescribir el delito- el mencionado Soler, tras cuya ominosa acción corrieron a refugiarse un sinfín de interesados en barrer la mierda bajo la alfombra: Tebas, los medios subsidiados por Tebas medios subsidiados por Tebas, el socio de Tebas y a la vez de Laporta y el socio de dicho socio que está al frente de Mediapro, empresa que a su vez suministra el servicio de videoarbitraje a los colegiados, pese al clamoroso conflicto de intereses de dirigir Mediapro y pertenecer al consejo de administración de Barça Studios, filial (sí) del Barça. El escándalo no consiste en que el fútbol español lo maneje gente que es del Barça (lo cual ya sería grave). El escándalo consiste en que lo maneja gente que ES EL BARÇA. Es decir: gente que está en nómina azulgrana, o en el consejo de administración, o en la relación de avalistas, o en la lista de palanqueros ficticios que el propio Tebas da por buenos para que el Barça se beneficie. Es un cotarro que sería fascinante como premisa para una serie de crímenes de cuello blanco (o mejor blaugrana). Desgraciadamente, no es una serie.


“Oiga, usted está haciendo un resumen de 2023 y Negreira no está en activo desde hace tiempo, no lo está desde luego en 2023”. 

Cierto, pero sí lo está todo lo demás, incluyendo un CTA cuyas cabezas directivas vienen de esa época. Medina Cantalejo (número 1) es Negreira. Clos Gómez (responsable del VAR, ¿recuerdan aquello de Negreira de “puedo ayudaros con el VAR”?) es NegreiraUndiano Mallenco (número 3) es Negreira. Es inconcebible que esa gente siga ahí, y en 2023 llama la atención sobre todo lo que no ha sucedido, es decir, que nadie ha hecho en el CTA la limpia que, visto lo acontecido, y visto también el cariz de los arbitrajes actuales, habría tenido lugar en cualquier país medianamente civilizado.

CUANDO NO HAY JUSTICIA, LA JUSTICIA SE HACE EN LAS MENTES Y LOS CORAZONES DE LA GENTE, Y 2023 NO ES SOLO EL AÑO DEL DESCUBRIMIENTO DEL NEGREIRATO. ES, POR ENCIMA DE ESO, EL AÑO DE LA IMPUNIDAD DEL NEGREIRATO

Pero nadie parece mandar sobre la RFEF, hasta el punto en que sólo la agenda feminista del gobierno (en este caso con razón) logró descabalgar a su presidente de la poltrona. Lo de la fase 2.0 del negreirato que sufrimos ahora, en cambio, no le interesa a nadie. Se trata de seguir metiendo la mentada mierda bajo la alfombra. Esa es la imagen del fútbol español en 2023: un tsunami de mierda cada vez más nutrido y una alfombra de cuya superficie irregular nadie quiere darse por enterado. Para caminar sobre esa alfombra harán falta pronto aperos de alpinismo, pero todos se darán los buenos días con la mejor de sus sonrisas y continuarán caminando sobre montañas ingentes de detritus.


El Madrid, adalid de la libertad en Europa

En crudo contraste con toda esta podredumbre, aunque infelizmente inmerso en ella, está el Real Madrid.

2023 ha sido también el año en que el club blanco, de la mano de su presidente Florentino Pérez, ha sellado una conquista histórica no sólo para sí mismo, sino para el conjunto del fútbol europeo. Gracias al empeño personal de Florentino,  el TJUE ha dictaminado la condición de monopolio de la UEFA, que a partir de ahora deberá abstenerse de establecer sanción alguna sobre clubes que busquen organizar competiciones fuera de su disciplina.

A continuación, todo el mundo se ha puesto a debatir sobre la conveniencia de la Superliga con arreglo al formato de la misma presentado al mundo por el CEO de A22 Bern Reichart. Pero ya habrá tiempo de discutir eso y de captar el interés de los grandes clubes, siendo mi impresión personal que caerá por su propio peso.

Lo escandaloso, a mi juicio, es que el mundo del fútbol no se haya parado cinco minutos a agradecer al Real Madrid que se haya constituido en el ariete de los clubes frente a los modos tiránicos de la UEFA, y que además haya ganado la guerra (no la batalla: la guerra final). Ni siquiera los otros clubes involucrados en la demanda contra la UEFA, constituidores de la Superliga, se han dignado a hacerlo, por lo menos en público. En todo caso, la Superliga se hará en este formato o en otro; mañana o en diez años; pero lo que no admite vuelta atrás es el territorio de libertad ganado por el Real Madrid para todos, frente a la dictadura de reyezuelos como Ceferin. Ahora corresponde a los clubes decidir si quieren ser libres o gritar “Vivan las cadenas”.

Lo de menos, pues, es si esta Superliga saldrá adelante o no. Lo importante es que podrá concretarse éste o cualquier otro modelo que los clubes, dueños de su destino, juzguen como idóneo, sin aceptar imposiciones de un mero intermediario. Es un punto de inflexión sin precedentes en la historia de este deporte, y lo ha protagonizado el Real Madrid. El mismo Real Madrid que en 1955 creó la Copa de Europa y que en 1904, antes incluso de que existiera la Federación Española de fútbol, en pleno amateurismo, participó en la creación de la FIFA.

LO ESCANDALOSO, A MI JUICIO, ES QUE EL MUNDO DEL FÚTBOL NO SE HAYA PARADO CINCO MINUTOS A AGRADECER AL REAL MADRID QUE SE HAYA CONSTITUIDO EN EL ARIETE DE LOS CLUBES FRENTE A LOS MODOS TIRÁNICOS DE LA UEFA, Y QUE ADEMÁS HAYA GANADO LA GUERRA (NO LA BATALLA: LA GUERRA FINAL) CONTRA LA MISMA

La obstinación del Real Madrid por estar a la vanguardia se ha plasmado en 2023 en la sentencia del Tribunal Europeo, y en el encabezamiento, ya libre de ataduras, de la iniciativa de la Superliga. Una de las razones para el establecimiento de la misma es la huida de la corrupción de Ceferin y adláteres. Como gran reto para el futuro queda el hacer compatible aspiración tan legitima con el tener por compañero de viaje al club que representa la quintaesencia de la corrupción, aka FC Barcelona. Este opinador desea con fuerza que se sumen públicamente otros clubes a la mayor brevedad, aunque sólo sea para hacer bulto y poder mirar a otro en el vagón.


El año en que (casi) se acabó el nuevo Bernabéu

Increíblemente, el debate está en si es bonito o no, cuando la estética debería ser secundaria hasta para arquitectos y expertos en urbanismo, con la condición de que sean lo suficientemente madridistas.

Lo fundamental del nuevo Bernabéu es que se convierta en el gran generador de ingresos para el que ha sido diseñado. El Madrid, que con Florentino Pérez también va a la vanguardia en lo ingenieril, ha ideado el hipogeo para que así sea, sin que los múltiples eventos que se esperan dañen el césped.

Los primeros grandes eventos -en particular conciertos de masivas estrellas de la música- ya están agendados. El reto es mayúsculo, puesto que el Madrid obtendrá un porcentaje muy alto de sus ingresos por medio de actividades que hasta el momento no han formado parte de su core activity, dado que son ajenas al fútbol. La alianza con Legends marca el camino en la que es sin duda la decisión de outsourcing más crucial y decisiva en la historia del club, y uno de las externalizaciones más interesantes de las que se tienen noticias en el mundo de los negocios en Europa.


Bellingham, un fichaje para marcar una época

2023 también ha sido, por supuesto, el año de la llegada de Jude Bellingham al Real Madrid. Pensábamos que era un paso más en la atinadísima política de atracción de talentos jóvenes: Vinicius, Rodrygo, Valverde, Militao, Camavinga, Tchouaméni, Brahim… Sin embargo, ni el más optimista auguraba que el inglés merecería un capítulo aparte, como han evidenciado sus primeros seis meses en el equipo. No es un hito más en esa política, sino la guinda de la misma.

Por un lado, hay que hablar con cautela de Bellingham. Por otra, es imposible hacerlo. El primero que no nos deja es él. Proyecta continuamente la idea de que es un hombre con una misión cuya magnitud no encaja en su genuina humildad. Los más conservadores se escandalizan ante las comparaciones con Zidane o el mismísimo Di Stéfano. Dejémoslo así: puede estropearse (cómo no y ojalá no) pero, si lo que hemos visto es indicativo de lo que vamos a ver, y si se queda el tiempo suficiente para ello, será Top3 de la historia del Real Madrid.


Una buena cosecha deportiva

La cosecha deportiva de 2023, sin ser excelente, ha sido satisfactoria. El que palidezca ante la dimensión antológica de la anterior campaña (liga + Catorce) no la convierte en floja.

Se conquistó la Copa del Rey. Es el menos importante de los tres títulos importantes, pero forma parte de ese trío. Los de Ancelotti prestigiaron la propia competición con el recorrido hasta la final, jalonado por emocionantes y meritorias remontadas ante Villarreal y Atlético de Madrid, así como por una goleada memorable (0-4) en el Camp Nou. Rodrygo fue a mi juicio el hombre de la competición, brillando también en la final con su doblete ante Osasuna

RASGARSE LAS VESTIDURAS POR NO GANAR LA LIGA HA DEJADO DE SER UNA OPCIÓN PLAUSIBLE. GANARLA, CUANDO SE LOGRE, UNA HEROICIDAD. EN 2024 TIENE PINTA DE QUE PUEDE CONSEGUIRSE: A PESAR DE LAS MUCHAS Y GRAVES LESIONES, EL EQUIPO, CON BELLINGHAM Y UN NUEVO ESQUEMA AL FRENTE, DA LA SENSACIÓN DE SER INCLUSO MÁS FUERTE QUE EL SISTEMA

La liga (en minúscula, por razones que se entenderán perfectamente en párrafos anteriores) no se pudo ganar porque el sistema no lo quiso, amén de por algunos errores propios. En pocas jornadas, dicho sistema propició escandalosos errores arbitrales que afianzaron a un Barça mediocre y sacaron al Madrid de la carrera. Todavía se supone que tenemos que creer que las líneas del gol de Asensio en el Camp Nou estuvieron bien tiradas por la basura de realización que se nos ofrece, realización que -como antes se dijo- está en manos de Clos Gómez tras la pantalla y Tatxo Benet como proveedor de las imágenes. Clos Gómez está siendo investigado por la Guardia Civil por multiplicar su patrimonio durante el negreirato; Tatxo Benet compagina sus labores al frente del vídeoarbitraje de todo el fútbol español con la de miembro del consejo de una filial del Barça. Todo muy normal.

Rasgarse las vestiduras por no ganar esta competición ha dejado de ser una opción plausible. Ganarla, cuando se logre, una heroicidad. En 2024 tiene pinta de que puede conseguirse: a pesar de las muchas y graves lesiones, el equipo, con Bellingham y un nuevo esquema al frente, da la sensación de ser incluso más fuerte que el sistema. Soñemos con que pueda llegar a imponerse a él, porque el sistema no va a deponer su actitud.

En Champions, el equipo dio la talla hasta que dejó de darla en semifinales ante el City. Mientras Barça o Atleti caían en fase de grupos, el Madrid, fiel a su norma (11 de 13 semifinales) se plantó allí tras algunas actuaciones de ensueño, como el 2-5 en Anfield. Aquella vuelta en Manchester (4-0) fue el gran lunar de 2023. Aún está por explicarse cómo los de Ancelotti pudieron facturar un partido tan indigno. Se puede perder contra el todopoderoso City, posterior campeón, siempre y cuando juegues de un modo medianamente reconocible, oponiendo alguna resistencia.

La gloria del baloncesto

Chus Mateo se convirtió en una de las grandes afirmaciones personales de 2023. Superar el síndrome de Rebeca que produce ponerse en los zapatos de un mito como Pablo Laso no es tarea fácil. Chus manejó sabiamente las piezas, aguantando ejemplarmente esa presión, e hizo al Madrid campeón de Europa. Llull se elevó en el último segundo de la final para recordarnos que ser precoz en el entierro es tan poco aconsejable como serlo en la eyaculación.

En lo que llevamos de nueva temporada, la sensación es que Juan Carlos Sánchez Lázaro ha logrado reunir una plantilla casi inmejorable, tanto cualitativa como cuantitativamente. Se ha reforzado la posición de base con el extraordinario Campazzo, y al poderío de torres como Tavares y Poirier se une la consolidación de una estrella como Mario Hezonja. No son los únicos grandes puntales. Puede ser uno de los mejores equipos con los que nunca ha contado la sección, lo que dispara las expectativas. Las estadísticas de victorias de este primer tercio de la temporada, absolutamente locas, dictan ese nivel de exigencia.

Como contrapunto negativo está la sección femenina, cuyo desempeño en 2023 no estuvo a la altura del prestigio del escudo. La desgraciada lesión de Caroline Weir no ha ayudado. El equipo no levanta cabeza desde la pérdida de la final de la Copa del Rey ante el Atleti, que ha tenido un efecto depresivo. La sección necesita el primer título de su historia como el comer, pero la distancia de juego con el Barça, y con otros grandes europeos, convierten la opción en muy remota. No falta quien aboga por la desaparición de la sección. No comparto esa postura. Hay que aguantar ahí. En qué términos o con qué estrategia, no lo sé. Como a cualquier otro aficionado, me falta el big picture.

Un gran año para La Galerna

Si se me permite finalizar con una nota egoísta, 2023 ha sido un gran año para La Galerna. El estallido del negreirato vino a demostrar, básicamente, que teníamos razón con nuestras sospechas sobre la limpieza del sistema, expuestas desde la creación de La Galerna en 2015. Nuestra línea editorial se ha visto respaldada por los acontecimientos. También es verdad que habríamos preferido no tener razón.

Por lo demás, hemos crecido en lectores y prestigio. La celebración de nuestra primera Gala de Premios, que fue un rotundo éxito, supuso un claro punto de inflexión. En 2024 daremos guerra en diferentes formatos. Si todo va bien, se afianzará la tradición de los Premios (habrá otra Gala en la primavera del año que principia) y brindaremos alguna que otra sorpresa.

Feliz 2024, galernautas.

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