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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

martes, 2 de enero de 2024

Sigamos soñando / por Pla Ventura

 

"..Siempre habrá un mañana mejor, es la esperanza de todos, de ahí los sueños de los que hablo, en honor a la verdad, lo único que les mantiene vivos e ilusionados a la gran mayoría de los diestros del escalafón. Ya lo dijo don Pedro Calderón de la Barca, la vida es sueño y los sueños, sueños son. Y a tal axioma nos aferramos todos, no queda otra opción.."

Sigamos soñando
Pla Ventura
Toros de Lidia/2 enero, 2024
Fenecido este año en curso que ha tocado a su fin, por cierto, un ciclo calamitoso en lo político, en lo social, en la economía y en tantos asuntos que nos han quitado el humor, para nuestra desdicha, el mundo de los toros no ha escapado de los mismos males con los que se ha azotado a nuestra sociedad y tiene su lógica porque siempre se dijo que los toros son el fiel reflejo de todo aquello que ocurre en España y, lo que hemos vivido no nos hace albergar muchas esperanzas.

Si del toreo hablamos, más concretamente de sus protagonistas, al noventa y cinco por ciento de los diestros, de cara al año venidero el que estamos a punto de estrenar, no nos queda otra opción que alimentar nuestra existencia con los sueños que, en definitiva no son otra cosa que la esperanza de que habrá un mañana mejor, justamente una mejoría que la necesitan tantos hombres válidos en el toreo que, a diario no encuentran la manera de mitigar el hambre y el frío, dicho en metáfora, pero que es una realidad que aplasta.

Lo que hemos vivido en este año que queremos despedir cuanto antes, ha sido de una turbulencia dantesca. Ahí han quedado como ejemplos los sinsabores sufridos por muchos diestros que, sin motivo ni razón veían como se ensombrecían sus éxitos como si de fracasos se tratare. Los toreros, en realidad, piden poco, muy poco; si acaso que se valoren sus triunfos que, en definitiva debería ser lo normal. Pues eso que parece tan aparente, triunfar, para muchos diestros se ha tornado un pecado mortal, hasta el punto de haberles ninguneado sin motivo alguno.

Siempre habrá un mañana mejor, es la esperanza de todos, de ahí los sueños de los que hablo, en honor a la verdad, lo único que les mantiene vivos e ilusionados a la gran mayoría de los diestros del escalafón. Ya lo dijo don Pedro Calderón de la Barca, la vida es sueño y los sueños, sueños son. Y a tal axioma nos aferramos todos, no queda otra opción. Y démosle gracias a Dios que soñar sigue siendo gratis y, cuidado, no lo digamos muy alto que ese descerebrado e inepto llamado Pedro Sánchez, si se entera de que muchos españoles somos felices con nuestros sueños, se reúne con Yolanda Díaz y nos encasqueta un impuesto por ello.

No corren buenos tiempos para el toreo, yo diría que todo lo contrario porque, los toros, pese a la crisis que hemos sufrido en los últimos años, este espectáculo podría sobrevivir si nos dejaran en paz; es decir, si nadie mancillara lo que nos une a millones de españoles que, en pleno ejercicio de nuestra libertad de elección, hemos elegido la fiesta de los toros como algo tan singular y nuestro, además de estar amparado por la ley, sin hacerle daño a nadie hemos sido felices durante varios siglos.

Con semejante simpleza hemos vivido varios siglos y, desde hace pocas fechas, digamos desde que entró en política ese reptil llamado Zapatero, alentó a las fuerzas políticas, a los animalistas y a todos los mal nacidos de este país para que, todos juntos atentaran, aunque fuera de soslayo, contra la fiesta de los toros de ahí que, además de acabar con la fiesta en Cataluña, han sido muchos los pueblos que se han visto azotados por este maleficio propiciado por una serie de hijos de puta que, sin más anhelo que hacer daño, así lo han hecho en innumerables plazas de toros. Veremos si los indeseables, por cerdos, como son los de Bildu que, gracias a las bendiciones de Pedro Sánchez, a partir de ahora gobernarán Navarra. ¿Tendrán cojones para prohibir los toros en Pamplona como lo hiciera en su día, aquella guarra llamada Ana González en Gijón? La pregunta queda en el aire y, cuidado que no he dicho ninguna barbaridad, con gentuzas como las que conocemos en el gobierno y en distintos puntos de España todo es posible.

Soñemos, como digo, para que reine la cordura que, en realidad, ya es mucho soñar porque si desde las altas esferas del poder en las que nos teníamos que sentir protegidos, las mismas a lo único que aspiran es a la destrucción. Está clarísimo, si han destruido todos los estamentos que regían y daban lustre a nuestro país, contra la fiesta de los toros lo podemos esperar todo.

-Valga el apunte sobre Curro Diaz, obra de nuestro colaborador Héctor de Castro

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