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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

viernes, 18 de noviembre de 2016

Cáritas debe pedir perdón / Por Paco Mora




"...Sepa Cáritas que el toreo es una disciplina de hombres honrados y que el dinero que de él dimana es ganado con peligro de la vida. Pidan perdón por la ofensa a la Fiesta, que ya era caritativa antes de que naciera Cáritas y ustedes decidieran ser militantes de la cristiana caridad..."


Cáritas debe pedir perdón

Se espera una explicación firme, seria y creíble de Cáritas sobre su desprecio a las aportaciones que provienen de la Fiesta de los Toros. Sencillamente porque ofende a millones de españoles que creen en la gran labor de Cáritas, compatible con cualquier aportación de dinero honrado que ayude a esa gran obra social de la Iglesia. Me acuso de haber sentido cierta congoja con ribetes de esperanza ante las colas en los comedores de Cáritas. ¡Qué hermosa labor, esa atención a la pobreza extrema!, he pensado siempre. Ahora, cuando Cáritas se ha negado a aceptar los resultados económicos de la venta de bolígrafos por parte de la juventud taurina de Salamanca como ayuda a su caritativa misión, he llegado a pensar si detrás de ese acto sublime de caridad y amor al semejante que significa el “dar de comer al hambriento”, no se habrán camuflado algunos elementos con afán de notoriedad a costa de semejante despropósito.

El toreo ha estado siempre dispuesto a colaborar en la ayuda de quienes más lo necesitan. Y lo viene haciendo desde hace muchos años, gracias a los toreros que se juegan su integridad física en festivales benéficos. En mi familia si hay un proyecto serio y respetable que merece ayuda es Cáritas, que ha quitado mucha hambre durante los años más duros de la crisis, y cuando hacemos la Declaración de la Renta, no existen dudas en ninguno de sus miembros para señalar la casilla de la aportación a la Iglesia. De ahora en adelante nos lo vamos a pensar, porque es probable que ese dinero, fruto de nuestro trabajo, Cáritas lo considere “dinero sucio” ya que somos aficionados a los toros.

Sepa Cáritas que el toreo es una disciplina de hombres honrados, y que el dinero que de él dimana es ganado con peligro de la vida. Y el que se recauda en las taquillas es equivalente al recaudado de cualquier otro espectáculo, trabajo o transacción comercial honesta. No olviden tampoco que el Cristo crucificado, no hizo nunca acepción de personas por sus aficiones, oficios, clase social o creencias. Es más, cuando se le acusó de ser amigo de “publicanos y pecadores”, dijo que precisamente era para esos que había venido y por ellos moriría en la cruz. También habló de “sepulcros blanqueados”, señores y señoras de Cáritas. Aplíquense el cuento y pidan perdón por la ofensa a la Fiesta de los Toros, que ya era caritativa antes de que naciera Cáritas, y ustedes decidieran ser militantes de la cristiana caridad.

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