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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

martes, 29 de noviembre de 2016

HABLAMOS CON ALBERTO LOPERA, LA VOZ DEL TORO EN COLOMBIA




"...Y llega Rincón

En los 90 llega el boom de un joven hijo de un fotógrafo taurino que se crió en ese ambiente. Desde niño tuvo condiciones increíbles. Bogotá era de los Lozano que la heredaron de los Dominguines..." 


HABLAMOS CON ALBERTO LOPERA, LA VOZ DEL TORO EN COLOMBIA

La voz del toreo en Colombia es la de Don Alberto Lopera. Hoy conocemos en profundidad el pasado, presente y futuro del toreo allí. Un gustazo aprender de una persona instruida, una auténtica enciclopedia del toreo. 

Primero, novillero

Fui novillero profesional en Colombia a finales de los años cincuenta. Toreé varios festejos en la parte seria del bombero torero. Luego actué en un buen número de novilladas sin caballos, viajé a Panamá y de allí a España dos temporadas (1960-1961) actuando en cuatro novilladas y sabiendo que esto era muy difícil. Volví a Colombia comprendiendo las dificultades para triunfar pese a haber ido preparado.

Los puestos en las novilladas de España estaban copados por novilleros de empuje como Paco Camino, Manuel Benítez, Perucha, Tomás Sánchez Jiménez... Me regresé a Colombia y comencé mi labor de comentarista en RCN.

Nacen "Los Toros"

En RCN, a raíz de esos comentarios, empecé a dirigir un programa de toros en 1966 "Los Toros". Es el único programa taurino a nivel nacional que hay en estos momentos. Desde 1968 comencé a narrar las corridas por la misma emisora en Colombia. 

Las narraciones siempre han sido muy especializadas y la gente suele ir a las corridas con el transistor en la oreja. Crecieron las ferias en los setenta, con la radio presente, en una época en la que vinieron toreros muy importantes como Ángel Teruel, Camino, El Viti o Diego Puerta.

Hablamos del boom de las ferias de Colombia con la radio de testigo importante

La afición creció muchísimo en especial en ferias como la de Cali que llegaron a tener una afición comparable a Madrid o Pamplona. Desde enero, cuando salían a la venta las entradas, se agotaban para las corridas del diciembre siguiente. La empresa, así, trabajaba con un valor económico grande y se traían a figurones del toreo.

Manizales también creció bajo la batuta de Chopera y la feria de La Candelaria de Medellín. La temporada de Bogotá tuvo influencia grande en la radio porque no solo todas las radiales acudían sino que también desde otros países para pedirnos la señal para Perú, Ecuador y ciudades de Venezuela.

Hicimos la corresponsalía de medios españoles. Trabajé para COPE con Pedro Javier Cáceres, tras el boom de Rincón vinieron grandes profesionales con los que alterné como Mariví Romero tres años, Fernando Fernández Román, el citado Pedro Javier o Federico Sánchez Aguilar. Todos ellos fueron muy bien recibidos en Colombia y pudieron darse cuenta de la calidad de la radio aquí.

¿Las ferias nacen de la mano de la radio?

No necesariamente, se refuerzan. La feria inicial fue Manizales y por aquel entonces se trajo a un narrador que no era ni conocido ni narraba toros porque en España no se narran. Era Pepe Bermejo de la Fuente, narrador deportivo. Con su acento, su pronunciación y siendo un buen aficionado cogió fuerza la radio en las ferias. No las ferias aparecieron por la radio pero sí les dio fuerza.

¿Por qué se apuesta por los toros en la radio?

Las ferias taurinas son a finales de año: diciembre, enero y febrero. Son los tres meses en los que hay un receso del campeonato de fútbol. En el vacío de esos meses de grandes eventos deportivos la radio acapara la sintonía y como tal una gran parte del publicitario radial y que las empresas invierten generalmente en las grandes como son RCN y Caracol.

Las ferias y la radio de la mano.

Las ferias se inician con la de Manizales en 1956, antes había corridas esporádicas. Los toreros venían en fechas diferentes, cuando podían. La fiesta en Colombia fue firme desde finales del siglo XIX. Sobre 1891 llegan las primeras cuadrillas organizadas de toreros españoles. Eran toreros sin fuerza y se lidiaban ganaderías criollas. 

En el siglo XX comenzó a haber plazas y así empezaron a venir toreros de cierta importancia en corridas esporádicas. Hasta 1923 no había ganaderías y es en ese año cuando se funda la primera de toros bravos que es Mondoñedo que construyó una plaza de toros en Bogotá para lidiarlos, la Santamaría. 

Mientras, nacía la afición en Medellín y en 1945 inaugura La Macarena con el animo de poder ver a Manolete.

En el año 1952 Manizales, con motivo de su centenario, hizo una plaza. A los dos años de inaugurar se hace la primera feria en Colombia. Antes no había ferias y sí corridas. 

En 1958, cuando Manizales lleva tres ferias, los aficionados y ganaderos de Cali construyen una plaza para lidiar sus toros porque allí había cuatro ganaderías. Con la inauguración de la plaza se crea su feria. 

Para estas ferias hubo asesoría española de manos de los Dominguín, familia que dominaba el mundo taurino. Manejaban Bogotá, que daba temporada pero no feria como sigue siendo, dan toros cada domingo.

En ese auge de ferias se necesitaba un torero, llega Pepe Cáceres

A medida que cogen fuerza, sobre todo Manizales. Antes eran toreros españoles todos. Había banderilleros sueltos que aprendían de los españoles comprándoles también las cosas de segunda mano. Se requería un torero colombiano que moviera el patriotismo. Ahí hay dos toreros colombianos que están en España que empiezan a ser apoyados por la prensa. El diario TIEMPO de un gran aficionado, íntimo de los Dominguín, se lanza a apoyar a Joselillo de Colombia y Pepe Cáceres.

Joselillo toma su alternativa en Lorca a base de sacrificio, lucha, sufrimiento y en carteles pobres. Cáceres, apoyado por Andrés Gago, toma la alternativa de manera lujosa en 1956 de manos de Antonio Bienvenida. Tras ella vuelve a Colombia y alterna de tú a tú con Antonio Ordóñez y Luis Miguel Dominguín. 

Tras la alternativa entra en la casa Dominguín y se hace un sitio más importante en España en cuanto a categoría de carteles pese a que torea un número de solo 20-24 festejos. No tuvo, eso sí, un éxito arrollador en Madrid pero sí por fuera. 

A Joselillo le dieron entrada en las ferias colombianas y salieron nuevos novilleros como Óscar Cruz, Vázquez II, El Cali, Jairo Antonio Castro o Jorge Herrera que tenían un buen sitio en España y venían a ferias de Colombia.

Se formó la Unión de Toreros de Colombia y empezaron a exigir un torero de aquí en cada cartel dándoles así cupo para torear en las ferias.

Y llega Rincón

En los 90 llega el boom de un joven hijo de un fotógrafo taurino que se crió en ese ambiente. Desde niño tuvo condiciones increíbles. Bogotá era de los Lozano que la heredaron de los Dominguines. 

Apoderaban a César y le llevaron a España para varias novilladas siendo una muy importante en Zaragoza. Le dan la alternativa el 8 de diciembre en la Santamaría con 16 años con Antoñete de padrino y José María Manzanares de testigo. 

Llena la plaza y ante el éxito, junto al andar de tú a tú con los españoles, vuelve a España pero no le dan cuartel. Pasaron dos años hasta que en 1991 tuvo la suerte de entrar en San Isidro ya con Luis Álvarez pero en un cartel muy protestado. Molés decía, al analizarlo, que a la mesa le faltaba una pata ya que estaba muy completo con Curro Vázquez y Armillita pero que ¿quién era Rincón?.

César llegó con una preparación grande de Colombia y se hizo el amo ese día y al siguiente, haciendo lo que nadie haría, volvió para sustituir a Fernando Lozano saliendo a hombros. Todos saben la historia de su récord que será para muchos años para el mundo, salir cuatro veces a hombros en Las Ventas.

¿Un auténtico acontecimiento para Colombia?

No, aquí ya sabíamos quién era. Había triunfado con Capea, Dámaso, Manzanares y Ponce. Había ganado trofeos de ferias en Medellín, Bogotá o Cali pero no le reconocían en España. Cuando tuvo el boom en Madrid los periodistas que le habían visto aquí como Mariví, Román o Zabala dijeron que "¿pero de qué se extrañan?, los que le vimos en Colombia lo esperábamos". 

Un torero que daba distancia a los toros.. Ortega Cano lo sabía ya que había tenido manos a manos con él en Colombia. 

Su triunfo ayudó a que muchos aficionados que no iban a las plazas empezaran a acudir. En las ferias de 1992 se agotó el papel en todas las plazas porque era obligatoria su presencia. De España vinieron una pléyade de periodistas al igual que de México para verle. Fue un boom increíble. Pasarán otros cien años, recuerda que te dije que las primeras cuadrillas de toreros llegan en 1981, para que salga otro torero de su dimensión.

Se retira

Se produce una orfandad tremenda en la tauromaquia colombiana pese a que había matadores como Luis Bolívar a quién veían, equivocadamente, como su sucesor. Otros toreros como Pepe Manrique o Ramsés pero ninguno ha llegado a su dimensión. Esto es importante aclararlo, ha influido para la merma de la afición en las plazas colombianas. El boom de Cali que agotaba nada más acabar la feria anterior, ya no está. Las taquillas no son las mismas, los llenos no son iguales y el número de corridas tampoco.

Cali ha pasado de doce a seis, Medellín fue dejada por Chopera en doce y ahora son tres, los Lozano dejaron Bogotá en catorce y ahora son seis y Cartagena ha pasado de siete a una. 
Todo ha influido, no solo los antitaurinos. Ha influido eso, el envejecimiento de la afición, el costo de los boletos... pero también la falta de un torero como César Rincón que trajó un boom.

¿Qué papel jugó durante los años del boom Pablo Escobar?

No tuvo nada que ver. No fue nunca aficionado a los toros. Aquí le vi como un aficionado más en un acorrida. El boom de los toros no tuvo que ver con el narcotráfico. Lo que sí hubo fue que en los ochenta, en pleno auge del narcotráfico, se importaron muchos toros bravos por personas vinculadas con el negocio. Hasta ahí, porque no se involucraron directamente en la afición o en apoderar a toreros.

Estamos cerca de la reinauguración de la Santamaría, ¿tiene solución?

Ella y las otras. Veo difícil que vuelva a tener la fiesta el auge que tuvo por los aspectos que hemos analizado. No diría que todo tenga que ver con los defensores de los animales pero influyen. La juventud es muy de Disney, de humanizar a los animales.

Disney puso a hablar a un ratón y a un gato. Esto nos ha llevado a extremismos tales como que hoy cueste más el corte de pelo de un animal como de una persona al igual que el caso de un hotel. Empresas que producían 70% para niños y 30% para animales, ahora lo hacen al revés. 

Anteriormente los nombres de los perros eran Neron, Dragón o Trotsky y ahora les ponen Lucas, Tomás y el apellido del dueño. Se ha despertado un amor impresionante hacia las mascotas. No se ve un canario en la jaula, lo miran feo. Eso ha influído a los jóvenes para no ir a los toros. 

Muchas veces el exceso de una suerte de varas mal hecha también ha quitado aficionados porque a los jóvenes les repugna ver la sangre. Todo eso, junto al coste de los toreros, de los toros y de las entradas influye que sea difícil volver a Colombia con el boom de finales de los 90.

Cuando estuvimos con el maestro Joselito nos dijo que a Cali le dañó el hecho de no contar con las figuras pensando en su fuerza propia sin ellas. Se contrata a toreros más medianos.

Estoy de acuerdo con él y eso ocurre y ha ocurrido. Bogotá con bombos y platillos anunció la reapertura y los aficionados esperaban que iban a venir los Manzanares, Ponce, José Tomás... no llegaron a un acuerdo económico. No ha habido los toros que querían las figuras y los carteles, salvo el primero, no van a llenar la plaza.

Billete grande y toro chico se cumplía. Hoy, billete chico y toro grande es imposible para traer a las figuras. Cuando se les da a los toreros lo que consideran que deben ganar y con toros de garantías vienen. Por eso viene Juli a Bogotá con Ernesto Gutiérrez, Juli y Morante en Manizales... Es de garantía y no son de Pamplona. Hay otras que no han dado garantías y cuando los empresarios dicen que solo tienen estas, no vienen.

Manizales sí mantiene ese toro más terciado, ¿por eso tiene la misma fuerza?

Se lidian tres corridas de Ernesto Gutiérrez, ganadería que está en Manizales. En los noventa era Ernesto González, que era de Cali y allí iban las figuras. Se mueren los ganaderos, pierden su manejo y esa es una de las razones para la caída.

Manizales ha conservado su categoría como feria, la cuidan. Tiene cooperación de las autoridades: municipios, alcalde, arzobispo... todos ayudan. Es capital de un Departamento importante y colaboran.

No ocurre eso en otras ciudades. Medellín no ayuda con un consejo de animalistas y que trata de impedir la feria. Bogotá cerró cinco años con Petro y el alcalde actual, si pudiera, lo cerraría si no es por el fallo de la Corte Constitucional. No hay apoyo oficial.
En Cali, ni para bien ni para mal pero se ha ido a menos.

Para acabar, me gustaría conocer su opinión sobre Mondoñedo que llama tanto la atención en España por las imágenes de bravura que llegan

Es la más antigua. Se fundó en 1923 y se refrescó hace doce años con toros de los Peralta. Así cambió el encaste de Buendía-Santa Coloma a Contreras. Es seria, saca el toro muy serio. Es un toro que requiere el carné, que acude a los caballos, que tiene las complicaciones de los toros bravos si lo son y de los mansos cuando salen descastados. Es una ganadería que no tiene continuidad, es corta su camada (una a tres corridas) y las figuras no se apañan con ellos. Cuando usted como empresario ofrece "Mondomiedo", no tragan. Se ve en el cartel de Bogotá.

Para el futuro, Juan de Castilla

Es uno de los muchachos en los que Colombia tiene cifradas sus esperanzas y por eso se hace matador en Medellín con Ponce viniendo a apadrinar en su única corrida aquí y con Roca Rey de testigo. Eso nos muestra la confianza y esperanza en él. Ojalá... 
Necesitamos que haga en España lo que hace en Colombia.

Para acabar, un torero y una faena

Es tan difícil... Llevo muchos años viendo toros y quedarme con uno me pone en un compromiso. He visto toreros y faenas muy buenas. Ahora mismo no te podría decir solo uno.
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Fotografías de archivo


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