El de Chiva paseó el rabo del tercero tras una sensacional faena y el peruano cortó cuatro orejas en una tarde inolvidable para la afición ecuatoriana
Antología de Ponce, arrebato de Roca Rey en Latacunga
La coqueta plaza de San Isidro Labrador de Latacunga, repleta hasta la bandera, acogió a una afición que aguantó estoica la intensa lluvia que arreció minutos antes del festejo y durante el paseíllo. El estado del ruedo, encharcado, no fue impedimento para que los espadas echaran su mano a mano hacia adelante y Enrique Ponce lanceó con gusto a la verónica al abreplaza, un toro con romana pero bien hecho, rematando con dos pintureras medias. El arranque de faena contó con un cambio de mano excelente. Basó el valenciano su labor en el toreo al natural, llevando al de Huagrahuasi cosido en los vuelos. Inspiración en el toreo en redondo de Ponce, que sobre la mano derecha acabó obligando a un burel al que cuajó a placer. El público, rendido. Un pinchazo antes de la estocada desprendida dejó en un trofeo una faena de dos.
El segundo se lo pensó para aparecer por la puerta de chiqueros, pero en cuanto lo hizo se encontró con un arrebatado Roca Rey que le cuajó un intenso y variado recibo capotero. Saltilleras, gaoneras, tafalleras… afloraron en el quite del joven peruano, que no levantó el pie del acelerador. Desarrolló calidad y temple en su embestida el de Triana, que encontró sensacional réplica en un Roca Rey que lo toreó con donosura y despaciosidad en redondo mientras le aguantó el fuelle y más metido entre los pitones, improvisando con la arruina y con varios pases cambiados por la espalda cuando se le acabó el depósito de la casta. Mató de un estoconazo hasta las cintas y le fueron concedidas las dos orejas.
Lo vivido en el tercero de la función fue una antología poncista en toda regla. El maestro de Chiva domeñó la incierta embestida de un toro nada claro de Huagrahuasi para acabar cuajándolo a placer. Poco a poco, sin molestarlo, Ponce enseñó a embestir al astado de José Luis Cobo y una vez asentado, se dejó llevar. En el toreo al natural y sobre la mano diestra, en los cambios de mano, en el original cite del libro, en las poncinas, en el cartucho de pescado final muy de frente con el toro…. tal fue la lección de tauromaquia que el público llegó a pedir el indulto equivocadamente. Entró a matar Ponce finalmente, cobrando media estocada en la que se partió la tizona. Necesitó de un golpe de verduguillo y la gente pidió para él con mucha fuerza el rabo, que fue concedido. Grande Ponce en Latacunga, el mejor homenaje a la fiesta íntegra en Ecuador.
Cerró el festejo el ejemplar de menos clase del envío. No le importó tal condición a Roca Rey, que desde los estatuarios con los que principió el trasteo hasta las bernadinas con las que lo coronó, se jugó la vida sin trampa ni cartón. Valor sin alharacas del peruano, que se dejó llegar los pitones hasta la misma taleguilla y que alcanzó el cénit de su labor toreando al natural con la derecha de manera sensacional. Amarró de nuevo la estocada y cosechó dos trofeos más para su esportón. La salida a hombros de ambos diestros por la puerta grande fue vivida con pasión por la afición ecuatoriana.
Latacunga (Ecuador), viernes 25 de noviembre de 2016, 1ª de feria.
Toros de Huagrahuasi (1º, 3º y 4º) y Triana (2º), bien presentados y de buen juego en líneas generales salvo el 4º, el 3º premiado con la vuelta al ruedo.
Enrique Ponce, oreja y dos orejas y rabo.
Roca Rey, dos orejas y dos orejas.
Entrada: Lleno de No Hay Billetes.
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