Se llevó a cabo el festival del dos de mayo, se dieron dos corridas con enorme éxito y, si te he visto no me acuerdo. Ahí sigue la plaza cerrada a cal y canto y, lo que es peor, estamos “muriendo” de inhalación que no deja de ser una muerte dulce, pero sepelio al fin y al cabo. Nadie ha dicho esta boca es mía; a lo sumo, Martínez Almeida, en las declaraciones que hizo en Vistalegre hablaba de una gran feria de otoño pero, ¿qué ha pasado para que el verano quede en blanco? No lo entiende nadie y, lo que es peor, nadie ha dado una respuesta que pudiera convencernos.
Entiendo que la señora Díaz Ayuso estará muy ocupada en sus asuntos sobre la comunidad pero, para eso está Miguel Abellán como director del Centro de Estudios Taurinos de la Comunidad. ¿Qué papel desempeña este hombre? ¿Lo pusieron como florero por aquello de ser del partido Popular y darle un cargo con un sueldo sin que aporte la más mínima solución al problema? Ese mutismo que nos han endilgado nos tiene sobrecogidos a todos los aficionados que, por lógica, la plaza debería de estar dando festejos; con más o menos caché, nada importa. Claro que, lo del caché es anecdótico porque, como vimos, Sergio Serrano estuvo cumbre frente a los toros de Victorino Martín. Entonces, ¿en qué quedamos?
Por otra parte, hemos visto celebrarse decenas de corridas de toros en villas y aldeas con apenas quinientas personas porque no han entrado más y, Madrid, con ese monumental aforo de seis mil personas no puede dar toros. Que la plaza de toros de Las Ventas haya sido el hazmerreír de todo el mundo, el sacrilegio no puede ser mayor. ¿Será que la gente ya no tiene vergüenza y todo le resbala? Esa pudiera ser la respuesta a la pregunta que emitimos.
Como digo, Miguel Abellán, si tuviera un mínimo de dignidad ya habría dimitido del cargo que, como tal, se le recordará como el mudo, el hombre que cuando había problemas serios en dicha plaza como es el caso, no decía esta boca es mía. Si Abellán es el hombre puente entre la Comunidad y la empresa, ¿a qué espera este hombre para tomar medidas y aportar soluciones? No entendemos nada, hasta el menor atisbo de lógica se nos ha marchado por el desagüe de la alcantarilla. Si el llamado productor francés no es capaz de dar toros, la Comunidad debería de haberle restringido el contrato y dárselo a otra empresa nueva que, por cierto, las hay a montones.
¿Culpables? Unos y otros. Pero lo cierto y verdad es que Madrid se ha quedado sin toros, algo que no sospechaba nadie ni en una película de terror. Por otro lado, entendemos que dadas las circunstancias sanitarias de Bilbao y San Sebastián, no se hayan atrevido a montar sus ferias pero, en Madrid existen todos los requisitos adecuados para dar una temporada que, por otra parte, los tres festejos que se han dado han sido totalmente triunfales.
Tras los festejos celebrados, todos nos frotábamos las manos de alegría porque, lógicamente, entendíamos que Madrid sacaría su temporada adelante y, todo ha quedado en una maldita quimera rociada de la más horrible incertidumbre porque nadie nos ha dicho los motivos de la “defunción” de Las Ventas, una muerte que no queremos que sea eterna; como Lázaro, algún día que resucite pero, mientras tanto, vaya dosis de sinsabores e incertidumbres que nos estamos tragando. Y mientras el silencio nos desespera, el productor sigue contando milongas que, a estas alturas, no se las cree nadie; y si los responsables de la Comunidad se las creen es que son retrasados mentales.
Ahora, según hemos podido leer en la prensa se conocen los posibles carteles para la próxima feria de otoño pero, ello no exime a la Comunidad su irresponsabilidad de haber dejado a Madrid todo el año sin festejos taurinos. Si lo que han pretendido con dichos carteles es lavarnos la cara, lo que han logrado es embadurnarnos de barro mal oliente puesto que, insisto, Madrid no merecía esa felonía a la que ha sido sometida.
La actitud de los responsables de la plaza de toros de Madrid es más propia de los políticos de Podemos o sociatas que gentes que creíamos civilizados del partido Popular, lo que nos hace sospechar, para desdicha nuestra, es que todos los políticos son iguales que, sin lugar a dudas es la más horrible percepción que pudiera albergarnos. Nuestro gozo en un pozo y Madrid sin toros.
En la imagen, es curioso el cartel que tiene delante Miguel Abellán y que podemos leer: PP. Valor seguro. ¿Seguro de ineptitud querrá decir.
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