El nombre de Alberto García va unido al de su empresa, Tauroemoción. Ambos nombres se proyectan en el mundo taurino, desde hace unos años, con vehemente frecuencia. Se puede afirmar que no pasa una semana sin que las noticias que generan ocupen los titulares de la información taurina. Y muchas semanas por partida doble o triple.
Esa proliferación se ha hecho más sensible, más notoria, desde que la pandemia se apoderó de todos los titulares de la información. Tauroemoción, Alberto García, de forma continuada, hacen de cuña para que los toros aparezcan entre esas noticias, casi todas sanitarias.
Es momento de agradecer a este hombre de altura, no solo de estatura, si no también de miras y vocación, cuanto está haciendo para que la Fiesta ocupe un hueco importante, que su influjo no se haya diluido mientras otras empresas han estado, y están, escondidas.
Ferias y plazas saben de que los toros siguen vivos gracias a este joven empresario, cuya experiencia va creciendo de manera exponencial, tanto como para que sea un candidato acreditado para gestionar una plaza de primera.
No voy a enumerar la cantidad de plazas que se ven favorecidas por el entusiasmo y la gestión de Alberto, cuyo esfuerzo llega ya incluso a otros paises, a quien hemos de considerar los aficionados como nuestro mejor aliado. Y no crean que lo hace con carteles confeccionados de cualquier manera, valga de ejemplo que una plaza como la de Alcázar de San Juan reúna este año una terna como Ferrera, De Justo y Roca Rey.
Su apuesta no se queda en organizar festejos, y hacerlo muy bien, también apostó por toreros como Emilio de Justo, a quien ha puesto, seguramente, en figura con su decidida apuesta por él en estos últimos años. Otra acción positiva que le debemos.
Sin lugar a dudas es un ejemplo a seguir. En los momentos tan difíciles que nos están tocando vivir es un seguro de bien hacer y mejor apostar.
No se si gana mucho dinero, pero estoy seguro que con la seriedad y rigor con los que trabaja, por lo menos será capaz de no tener pérdidas con los raquíticos aforos que tiene que jugar.
Yo he querido dejar plasmado el agradecimiento que le debemos por su ilusión e insistencia para no dejar caer la actividad casi ni una sola semana, a veces ni un solo día. Gracias Alberto.
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