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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

miércoles, 7 de julio de 2021

¿Pueblo Español? / por Eduardo García Serrano


 He ahí, no el síntoma, sino el certificado de defunción del Pueblo Español adjunto al certificado de nacimiento de este rebaño pastueño que vota, paga y calla y que jamás se subleva, que ante nada se rebela y que acepta sin rechistar el látigo y el expolio, la injusticia y el abuso porque están legitimados por las urnas.

¿Pueblo Español?

Eduardo García Serrano
El Correo de España / 7 Julio 2021
Si metiéramos en una batidora al pueblo español, el engrudo resultante nos daría biotipos como Zapatero y Rajoy, como Sánchez y Casado. Ese es el secreto de su éxito: todos ellos, y alguno que otro de menor enjundia, son el mínimo común denominador de la idiosincrasia colectiva de eso que, por pereza mental y a falta de neologismo que mejor lo conceptualice y defina, aún llamamos pueblo español. ¡Qué eufemismo!

Ese rebaño frívolo y maleducado, ignorante e irresponsable, apátrida vocacional y genéticamente idiota, ha devenido masa de maniobra electoral a la que sus paradigmas políticos apelan de vez en cuando para legitimar y reforzar su statu quo. Nada más. Fiesta de la Democracia, le llaman a ese vomitorio por el que los tontos del voto desfilan con una papeleta en la mano, para introducirla en el único tótem ante el que el rebaño inclina la cabeza como los bueyes de las hecatombes en los altares de los dioses paganos. Por supuesto la Fiesta de la Democracia, sus vísperas y su resaca, es mucho más importante en el imaginario colectivo del rebaño que la Fiesta de la Hispanidad. He ahí, no el síntoma, sino el certificado de defunción del Pueblo Español adjunto al certificado de nacimiento de este rebaño pastueño que vota, paga y calla y que jamás se subleva, que ante nada se rebela y que acepta sin rechistar el látigo y el expolio, la injusticia y el abuso porque están legitimados por las urnas.

Hace muchísimos años, tantos que parece el sueño de otra vida que no es la mía, tomaba café en una terraza de la Via Veneto, en Roma, con Indro Montanelli. El maestro italiano rompió mi silencio ausente: ¿qué miras y que buscas tan callado, Eduardo? Busco Césares, Indro, le respondí. Se reía el maestro como solo un italiano sabe hacerlo. Empeño inútil, me dijo, se extinguieron, no quedan ni sus centuriones, el italiano de hoy es un ser antropomorfo, atildado y currutaco que solo busca la comodidad y el dolce far niente.

¿Pueblo Español? No lo busques, también se extinguió. Sólo hay rebaño de cuyos parideros democráticos salen sujetos como Zapatero y Rajoy, como Sánchez y Casado.

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