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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

jueves, 1 de mayo de 2025

Sevilla.- Un gran «Profesor» de Alcurrucén /por Andrés Amorós

El Fandi, con el segundo de su lote, de nombre 'Profesor' y 535 kilos / EFE

'..Recuerdo lo que decía Vicente Zabala padre, en estos casos, cuando no se aprovechaba la gran calidad de un toro: «Dios es muy mal aficionado»… porque no da los mejores toros a los mejores toreros… Adapto yo el conocido verso del «Poema del Cid»«Dios, ¡qué buen Profesor, si tuviera un buen alumno!»..'

Un gran «Profesor» de Alcurrucén

-El empaque de David Galván cautiva a la Maestranza

Andrés Amorós
El Debate/30/04/2025 
Me incorporo a la Feria de Sevilla. Después del apagón, ha vuelto la luz y la normalidad a la semana de prefería: hay corridas de toros todos los días, y muy interesantes, antes de que tenga lugar, la próxima semana, la llamada «Feria de farolillos». Ya han cortado trofeos el sevillano Lama de Góngora, el valiente valenciano Román y dos novilleros que prometen, Marco Pérez (un todoterreno) y Zulueta, un artista. También ha mostrado su excelente estilo clásico el veterano Curro Díaz, con unas hermosas verónicas.

Si Pedro Sánchez está buscando qué «relato» puede dar del apagón, tan difícil de explicar, algo parecido me sucede a mí con este cartel. No sé qué tiene que ver el espectáculo de El Fandi con la estética de David Galván y de Ginés Marín.

Después de fuertes chaparrones, el sol brilla en la Plaza. Los toros de Alcurrucén, de encaste Núñez, salen sueltos pero van a más, sacan nobleza; destacan claramente los dos coloraos, cuarto y quinto; sobre todo, el cuarto, Profesor, un gran toro, que le corresponde al Fandi: no lo aprovecha suficientemente. El estilo de Galván conecta fácilmente con el público sevillano; pierde la oreja por los aceros pero deja buena impresión; Ginés Marín se muestra por encima de sus dos enemigos.

Veinticinco temporadas lleva el incombustible Fandi dando espectáculo con las banderillas. Tiene mucho oficio pero su estilo no es el preferido por los aficionados sevillanos. Lidia con el capote al primero, que sale suelto (como luego harán sus hermanos). En banderillas, le aplauden sobre todo el tercer par, al violín, el de menos mérito. El toro va a más, repite. El trasteo muestra oficio, no más. Entrando de lejos, deja un espadazo a la segunda.

El Fandi, con la capa ante 'Profesor'/EFE

No faltó el torero a su cita con las banderillas/EFE

Al cuarto, Profesor, un bonito colorao bragao de 535 kilos, lo lleva al caballo por chicuelinas (las terceras de la tarde). Clava banderillas desiguales y, de nuevo, aplauden sobre todo el par al violín (así está el público actual, hasta en la Maestranza). En la muleta, el toro repite, muestra bravura y nobleza. Fandila logra vistosos circulares de rodillas; como el toro no para, se come la muleta, el diestro sigue de rodillas. Luego, el trasteo es bullicioso pero buena parte del público se ha puesto de parte del gran toro. Entrando de lejos, mata a la segunda, desprendido, y el toro tiene también una muerte de bravo.

El gaditano David Galván ha logrado entrar en las Ferias después de una década como matador. Encandiló al público de Las Ventas con una faena singular, centrada en los muletazos por bajo. Su toreo posee una evidente plasticidad. Me parece advertir en él la influencia –buena, sin duda– del estilo de Enrique Ponce, con el que ha entrenado. Personalmente, tiene inquietudes artísticas; incluso de artistas de vanguardia, como Pina Bausch. Esta tarde, sólo la espada le impide cortar trofeos pero el público sevillano valora mucho su estilo. Sus dos faenas han merecido el honor de la música (la maravillosa música de la Banda de Tejera).

El segundo, muy suelto, derriba al picador, al buscarle las vueltas. Brinda David al público y enseguida comienza a torear con quietud y buen gusto. El toro se quiere ir de la suerte pero se deja. Galván luce una suavidad y un empaque que conectan fácilmente con este público. Rugen los olés y, en seguida, suena la música. Una faena medida, muy sevillana. Entra a matar en corto, como se debe, y deja la espada pero el toro no cae, suena el aviso y se atranca con el descabello: ha perdido la oreja.

David Galván, durante la lidia del primero de su lote esta tarde en la Maestranza/EFE

El quinto, muy bonito, es recibido con aplausos. Galván lo va haciendo, con series cortas; acompaña con la cintura, liga los muletazos con gusto y torería. Al toro, muy noble, le falta transmitir emoción. Arranca la música muy avanzada la faena, que ha ido a más. Cuando el toro se para, el diestro recurre a unos encimismos y muletazos invertidos que, en mi opinión, no encajan bien en su estética. Al matar, la historia se repite: entra con decisión pero la espada queda vertical, suena el aviso y se esfuma el posible trofeo.

Desde su presentación como novillero, en Olivenza, hace unos cuantos años, he cantado yo las evidentes cualidades de Ginés Marín: inteligencia, facilidad, clase. Ha triunfado ya en las Plazas más exigentes pero siempre espero más de él.

Al tercero, que mansea en el capote, lo mete en seguida en la muleta, con gran facilidad. Traza muletazos clásicos, naturales mandones, alargando la embestida, pero el toro «dice» muy poco. Ni siquiera los efectistas muletazos invertidos calientan al público. Mata a la segunda: ha estado sobrado, le ha faltado toro.

El último flaquea, se escuchan pitos. Espera el toro en banderillas, aguanta mucho Víctor del Pozo. La faena de Ginés es muy correcta pero le falta chispa: el toro no da para más. Agarra una buena estocada. Hay que seguir esperándole, con toros que transmitan más.

Nos quedamos todos con el recuerdo de «Profesor», un gran toro. Recuerdo lo que decía Vicente Zabala padre, en estos casos, cuando no se aprovechaba la gran calidad de un toro: «Dios es muy mal aficionado»… porque no da los mejores toros a los mejores toreros… Adapto yo el conocido verso del «Poema del Cid»: «Dios, ¡qué buen Profesor, si tuviera un buen alumno!».

Salimos de la Plaza, ya, con la ilusión por el sevillanísimo cartel del jueves: Morante, Juan Ortega y Pablo Aguado. Los aficionados sevillanos se acuestan hoy soñando ya con las maravillas que van a ver mañana. Se cumplirá luego o no pero sin esa ilusión no acudiríamos a las Plazas de toros.

POSTDATA: En el edificio de la Diputación, al lado de la Catedral, frente al Archivo de Indias, se expone una muestra de carteles históricos de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla: una verdadera maravilla, desde el punto de vista histórico y estético. Admiro allí bellísimos carteles de Ruano Llopis, Roberto Domingo… También, cosas tan curiosas como el que podemos considerar primer cartel de Sevilla; las mojigangas; las mujeres toreras; la gloriosa época de Joselito y Belmonte; los ecos de la guerra civil; las corridas de la Prensa… Sin embargo, ni un cartel anuncia esta exposición, en el exterior, ni se menciona en muchas guías. Miles de turistas pasan al lado de ese edificio sin saber qué se exhibe allí. Misterios de Sevilla…

FICHA
Sevilla. Plaza de toros de la Real Maestranza de Caballería. Feria de Abril. Miércoles 30 de abril. Dos tercios de entrada.
Toros de Alcurrucén: salen sueltos pero van a más; en general, nobles. Destaca el muy bravo cuarto.
EL FANDI, de rioja y oro, pinchazo, estocada corta y descabello (silencio). En el cuarto, pinchazo y estocada desprendida (saludos).
DAVID GALVÁN, de canela y oro, estocada y cuatro descabellos (aviso, saludos). En el quinto, estocada vertical y cuatro descabellos (aviso, saludos).
GINÉS MARÍN, de azul marino y oro, pinchazo y media (aviso, saludos). En el sexto, buena estocada (palmas de despedida).

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