Confiamos que esta imagen sea posible verla de nuevo.
Será tras el ChanAZo
EL CHAN(AZ)O
Antolín Castro
España
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El banderillero Vicente Yangüez ‘El Chano’ es el último herido gravísimamente por un astado en los ruedos europeos; o lo que es igual, con graves consecuencias.
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El percance sufrido en la plaza de Ávila nos conmocionó a todos, pero seguramente sea él quien mejor supo valorar y aceptar que se encontraba en una muy delicada situación. Todo un ejemplo.
Otro hombre entero, Antonio Picamills, quien fuera apoderado de Milagros de Perú, a cuyas órdenes iba en ese festejo El Chano, también se mostró entero… y cabal. Su preocupación fue trasladarlo al mejor centro especializado en la materia, que en España no es otro que el de Toledo. Las lesiones de tipo medular son el pan de cada día para su equipo médico.
Acertó Picamills, ahora portavoz de la familia del torero herido, y no paró de hacer gestiones para que allí fuera diagnosticado e intervenido desde el inicio. Hoy vemos como ha comenzado la rehabilitación, siquiera sea pasiva. Todo un éxito de decisión y gestión.
Viene ahora lo más difícil, lo más duro. Tras conocerse que la vértebra dañada, la L1, no terminó de romper la médula, sino que la dejó deshilachada, comenzaron a verse esperanzas por todos los lados. Habremos de ser cautos, pero es muy importante que seamos también optimistas. Del éxito de los pesimistas se sabe muy poco.
De la UCI lo trasladaron muy pronto, antes de lo previsto, a planta y esas inyecciones de moral no las está desperdiciando Vicente, quien se encuentra fuerte de ánimo a la vista del proceso. Nos queda mucho para verle de pie, pero empezamos a barajarlo como posible. Eso, en los primeros días, nadie alcanzaba a verlo.
Confiamos, finalmente, en el ‘Chanazo’, un nuevo calificativo que viene a decir que de la A hasta la Z hay un largo recorrido, -metido dentro de su propio apodo torero: ChanAZo- y que si eso forma parte del espíritu de un hombre, de un torero como El Chano, las posibilidades aumentan considerablemente hasta llegar a la cota del milagro. Por cierto, Milagros era su jefa de filas en ese día, algo que ha de ser posible también si alcanzamos a pedírselo al Todopoderoso.
El Chanazo es nuestra meta. El Chanazo, considerado como el máximo esfuerzo para ponerse de pie, caminar y quién sabe si vestirse de luces de nuevo, es el reto que a todos nos debe animar. Seguro que él está dispuesto a dar el campanazo, -perdón, el Chanazo- de la temporada y conseguirlo.
Todos habremos de remar, y quien lo considere oportuno rezar, para apoyar a Vicente, para mostrarle nuestro apoyo incondicional, pero sobre todo para decirle que eso es lo que esperamos de él. Que pueda dar el mejor capotazo de su vida, que pueda poner un par de banderillas en todo lo alto de la desgracia sufrida para que brote espontánea la ovación calurosa de todos los aficionados. Esas cosas las sabe hacer y por eso se las pedimos, seguros de que va a ser capaz de lograrlo.
El Chanazo es posible, y si todos somos necesarios, Vicente es el que mejor puede dar ese nuevo lance con su capote, con sus rehiletes. Primero será catalogado así su esfuerzo y después, cuando vuelva a verle la cara al toro, así habrán de llamarse los pares de banderillas ejecutados de dentro a fuera.
Torero, estamos en tiempos de creer y confiar en El Chanazo.
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