Pebetero
Ignacio Ruiz Quintano
Abc
En la Europa del abejorro, que dice Draghi, ese personaje deRoger Corman, las Mujeres Progesistas de Andalucía quiebran mientras los hombres hacen nido en el sofá para no salir de él en los quince días que van a durar los Juegos de Londres, donde “The Economist” nos pinta a los españoles en la figura de un toro juanpedrero, humillado y agónico, un toro de Cultura, tan del gusto de la tauromaquia terminal que padecemos.
–Se coge un cerdo y se le castra –arrancaba una receta culinaria de doña Emilia Pardo Bazán.
Y eso es lo que, con el pretexto olímpico, quiere hacer doña Ana Botella con la plaza de Las Ventas: envolverla tan horteramente, al estilo Christo (el búlgaro, no el galileo), para que se juegue al baloncesto.
–Es para ahorrar –lo justifica.
Es la moda de coger lo ajeno y cargárselo.
Ana Botella con la plaza de Las Ventas, Eduardo Arroyo con el cordero místico de Van Eyck, un pintor de Almería con elCristo de la Legión, Calixto Bieito con todo clásico que se le cruce, y así.
Es gracioso que ahora que la Comunidad, con su tauromaquia cultural, ha acabado con los toros, el Ayuntamiento acabe con la plaza.
¡Oh, Austeridad! ¡Cuántos crímenes se cometen en tu nombre!
“Multiusos”… ¿para qué? ¿Para balneario de piperos? (Pipero: devorador de pipas de girasol, disciplina olímpica traída a España por los rusos que lucharon en el Frente Popular.) ¿Para repetir los juicios que la instrucción de Garzón echó a perder? ¿Para instalar las mesas del referéndum que demanda el sindicalismo vertical? Porque, puestos ahorrar, en vez de villa olímpica, ¿por qué no enviar a los atletas a familias de acogida? ¿O por qué no meter el tenis en el Teatro Real?
El abejorro zumbando alrededor del pebetero.
***
No hay comentarios:
Publicar un comentario