Nace Manolete y muere Ángel Soria
JULIO…MES DE PLÁCEMES Y TRISTEZA PARA ESPAÑA
Ángel Soria, novillero riojano, sufrió cornada mortal en Venezuela en 1948
JESUS ARAUJO “CASTOREÑO”
Mérida-Venezuela
La España eterna, idiomática y evangelizadora, es una nación a la cual la América india, le debe su identidad, cuna de gracia y salero, donde el talento brota de la tierra como mana bendito de una raza noble, intelectual y solidaria.
Libro abierto para las naciones del mundo, España posee la bendición divina de ser evangelizadora, alivio de fe que nos legaron cuando por guía divina, sus carabelas tocaron playas en el recóndito ultramar indígena.
La comunión y la navidad son parte de su legado, el tintinar de campanillas, luces, villancicos y aguinaldos llevan sello inigualable de Hispanidad, aunando a esto, la humildad del pesebre, que solo, en nuestra cultura, se puede ver.
Y en aquellos galeones de intrépidos marinos, vinieron aires de aquellas tierras con sabor taurino, legándonos así tan castizo lar, la alegría, reciedumbre y gracia de las corridas de toros cultivadas a través de la fiesta brava.
Evoco en este taurino julio que hace 95 años, en 1917, nació en Córdoba, la sultana, un niño que con el pasar de los años seria bandera de España…Manuel Laureano Rodríguez Sánchez, gracioso crío hijo de Doña Angustias Sánchez y del matador Manuel Rodríguez, chico el cual, muy pronto creció y heredo el mal de montera de su padre convirtiéndose en Manolete, espigado diestro con palio de predestinado.
Y Manolo, honrado y entregado, llevo a España en su espuerta hasta los mas recónditos sitios del orbe, indudablemente, había que “darle” de comer aparte, su oficio, mayestático, enhiesto y desparpajantemente sin maculas, lo mantuvieron en el podio de los elegidos, hoy día, descansando en paz en el Olimpo de los hombres de luces.
Y de la alegría de un advenimiento evocamos la tristeza de un óbito, letras que desempolvan a través del recuerdo a un hijo de la Rioja, quien, probando suerte, izo velas y levo anclas en su amada España para venir a atracar a tierras caribeñas de querencia Venezolana donde su don de gente, le granjeo amistades y su entrega y valía de torero admiración…Ángel Soria Velasco.
Fueron muchas las tardes triunfales que sumo este modesto torero (novillero) pues su hacer lo conoció Caracas, Maracay, La Victoria, Sartenejas y Guarenas, llegando a ganarse la simpatía de la afición en “Arenas de Valencia” donde actuó repetidas tardes.
Pero, la saña de la guadaña de la parca lo espero un 18 de julio de 1948 en la plaza donde era ídolo cuando alterno con Vicente Vega "Gitanillo Chico" y el Venezolano Juan Flores “Brillante Negro” con reses de los Hermanos Márquez, tocándole en suerte el toro “pollo pelón” el cual le infirió una cornada que le quito la vida.
Manolete cubierto de gloria un año antes había sido espoleado por las astas de “Islero” y Soria sin ser figura, fue llevado en volandas hasta su ultima morada bajo el cielo azul de la Valencia Venezolana por sus amigos y aficionados con el rojo y gualda del trapo sacro de su tierra sobre el ataúd, recuerdos respetuosos para dos caballeros de luces que le dieron a la fiesta grandeza y gloria bendita, elevando una callada oración a manera de ovación para que allá, en el cenit de sus sueños eternos, sus almas guíen a todos aquellos que en este mundo de taurinos, se vistan de luces…montera en mano…va por Uds.
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Ángel Soria Velasco (1918-1948)
Ilustración de la revista La Lidia sobre la vida de
Ángel Soria Velasco
Novillero español nacido en Rincón de Olivado (Logroño) el 25 de marzo de 1918. Muy niño se trasladó con su familia a Valladolid, primero, y, luego, llegó a Madrid, donde comenzó a estudiar el bachillerato en el Instituto de San Isidro. Pequeño de estatura y gigante de corazón prendió pronto en él la afición taurina y abandonó las aulas para asistir a tentaderos y encerronas camperas.
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