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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

sábado, 13 de abril de 2019

Instinto religioso / por Rafael Comino Delgado



En conclusión, el Instinto Religioso está dentro  de la naturaleza humana quiérase o no, el hombre es un  ser religioso porque así ha sido creado y, como decía el filósofo británico Thomas Hobbes (1588-1679), "La Religión nunca podrá ser abolida de la naturaleza humana. Cualquier intento en esa dirección conducirá a que aparezcan otras religiones nuevas  a partir  de las antiguas". 

Instinto religioso

Rafael Comino Delgado
Catedrático de la Universidad de Cádiz
Según los filósofos griegos la Naturaleza es algo dinámico  que se encuentra en todos los seres y determina su comportamiento, su modo de proceder y vivir. 

Así pues, la Naturaleza dicta unas leyes que lo rigen todo, y naturalmente el comportamiento del hombre  y de los animales irracionales. Dichas leyes se expresan como inclinaciones o instintos  tanto en los irracionales como en el homo sapiens, si bien solo nos vamos a referir al ser humano, en  el  que son evidentes los instintos de conservación, de reproducción, de conocimiento,  de libertad, de de sociabilidad, de proteger y cuidar  su prole, etc. Entre esas leyes naturales  o instintos  está el distinguir entre lo que es bueno de lo que es malo. De tal forma que aquel comportamiento que se adapta o corresponde con  las inclinaciones naturales es un comportamiento bueno y al contrario.

Ya dichos sabios griegos, como Platón o Aristóteles, intuían que esa Naturaleza  era realmente un ser Superior, o Dios, pero ello no lo expresaban  tan claramente como después lo hicieron, entre otros, Tomás de Aquino. Para Santo Tomás (filósofo y  uno de los más grandes teólogos de la historia)   las leyes o inclinaciones, o instintos naturales están dictadas por Dios.

Algunas  de esas inclinaciones o instintos se dan tanto en los seres irracionales como en los humanos (instinto de conservación, de reproducción, de  proteger a su prole, de sociabilidad, etc.), pero otras  como la tendencia al conocimiento, a conocer la verdad de todo, a preguntase ¿por qué?, hacía la trascendencia, es decir,  hacia Dios o un ser Superior, son exclusivas de los racionales.
Por tanto los irracionales  actúan como actúan porque  están programados para actuar así  y no pueden cambiar, pero el hombre puede,  mediante su inteligencia, voluntad y libertad cambiar su conducta o comportamiento. 

Santo Tomás identificaba  la Ley natural con la ley Moral que inclina a hacer el bien y no el mal. Para él la ley natural es moral y racional, hasta el punto de afirmar,  "La ley natural no es  otra cosa que la luz de la inteligencia puesta en nosotros por Dios; por ella conocemos lo que se debe   hacer y lo que se debe evitar". Aquí quedan incluidos  los preceptos que rigen la vida Moral, de los cuales el principal es "hacer el bien y evitar el mal" base de todos los demás. Los fundamentos de la Religión Judía son:

a) Amarás al tu prójimo como a ti mismo,  y b) No hagas a los demás lo que no quieras te hagan a ti.
Y los de la cristiana:
a) Amar a Dios sobre todas las cosas y b) Al prójimo como a ti mismo. 

Teniendo en cuenta que la Ley Natural  viene dictada por la Naturaleza  y esta se basa en Dios, la Ley Natural es absolutamente  inmutable y  universal.
Dejado claro el concepto de ley Natural y que está impresa en la mente, psique o alma de cada hombre, luego cada uno actuará en su vida de acuerdo a esa ley o no. Puede actuar en contra de esa Ley Natural pero sabe que lo está haciendo. Por ejemplo, todo hombre sabe que matar a otro es malo,  pero a veces puede hacerlo por situaciones determinadas o condicionamientos determinados; por ejemplo para robarle, pero sabe que matar y robar es malo.

Todo lo expuesto nos lleva a pensar que  el hombre tiene en su mente el concepto de un ser Superior creador de todo, es decir, Dios,  y siempre lo ha buscado, quiera él o no quiera;  de eso no puede zafarse. Podrá decir  que es ateo (sin Dios) o actuar como ateo, pero la idea de Dios, o instinto religioso,  siempre la llevará consigo. De hecho los ateos se esfuerzan  en demostrar que Dios no existe (nunca lo conseguirán) más que los creyentes en demostrar que Dios existe (nunca lo conseguirán de forma física, para ser comprendido por todas mas mentes, pues la inteligencia humana es finita y Dios infinito). 

La gran incoherencia del ateísmo es que quiere eliminar (matar) a Dios para sustituirlo por un hombre, naturalmente un dictador, pero ¿cómo van a matar al alguien que no existe según ellos? En este sentido Carlos Marx dijo en 1848 que en un siglo ya no habría Religión en el mundo, sin embargo  170 años después sigue habiendo Religión, hasta el punto de que según datos de la CIA WorldFactbook 2018, el 83% de la población mundial es creyente.

El monje cisterciense francés, Bernardo de Claraval decía: "El desconocimiento de  uno mismo genera soberbia  pero el desconocimiento de Dios genera desesperación", lo cual es una gran verdad, de tal manera que el  gran drama del ateo es precisamente que no cree en Dios, y por tanto no tienen esperanza en su vida, no le encuentra sentido a su vida, pero no puede demostrar que no existe, lo cual le produce desesperación y al mismo tiempo  alto grado de soberbia.  Tal es el nivel de soberbia y desesperación  que hay una asociación de "Ateos enfadados", que han tratado de instaurar "un día Internacional del derecho a la blasfemia", algo tan disparatado que el filosofo americano  de  New Jersey, Paul Kurtz, perteneciente a dicha asociación, decidió abandonarla porque eso ya le parecía demasiado estúpido.

Critican duramente a las religiones, especialmente a la católica,  acusándole de ser demasiado dogmática cuando, como dijera el escritor británico Gilbert Keit Chesterton, "el ateísmo es el más atrevido de los dogmas, porque  es la afirmación de un negativo universal".

Por tanto creemos poder  afirmar que la  Religiosidad  es algo innato, inherente al hombre, universal, lo que nos permite también afirmar que el  humano es un  Homo religiosus.

Los antropólogos, y en general los estudiosos del tema, proponen  tres teorías  para analizar el origen de la Religión:

a) Teoría subjetiva, según la cual la Religión se origina con el hombre, que tiene necesidad de un ser transcendente para dar  significado a la vida temporal en la tierra;
b) Teoría   evolucionista. Se cree que la Religión aparece con el hombre  como resultado de un proceso evolutivo cultural;
c) Teoría del monoteismo, originado al revelarse Dios al hombre.

Podemos seguir la teoría que deseemos, podemos  darle cuantas vueltas deseemos, podemos  profundizar en el estudio del origen de las  iglesias, pero al final siempre llegaremos al mismo punto, cual es que, "el ser humano tiene  necesidad de un Ser Superior, de Dios, aunque lo niegue".

Los antropólogos de la universidad de Oxford,  Oliver Scott Curry, Daniel Austin Mullins y Harvey Whitehouse, han realizado el estudio más amplio conocido en este sentido, (publicado en Current Antropology, 2019) y llegado a la conclusión, tras estudiar 60 culturas,  que hay siete normas éticas  comunes a la humanidad:

1) ayudar a la familia; 2) a la comunidad a la que se pertenece; 3) devolver favores; 4) ser valientes, 5) respetar a los mayores; 6) distribuir de manera justa los recursos; y 7) respetar las propiedades de los demás. 

Esos siete principios, valores o normas son comunes a la humanidad, forman un código moral de toda la humanidad; normas que tienen como objetivo el bien común, la cooperación,  y ante ellas uno se ve obligado a preguntarse, ¿quién se las ha dictado? Pues necesariamente debe ser un ser Superior que rige todo en Universo, y por ende al ser humano. En definitiva podemos decir que la "Religión es un Universal  cultural", frase que  no es propia pero que suscribo.

Nicholas Wade, en su libro, "El instinto de la Fe", afirma que el comportamiento religioso se remonta a  50.000  años o muchos más, y está ligado a la evolución del hombre.
Ya el sabio Cicerón decía: “La naturaleza misma ha impreso en la mente de todos la idea  de un  Dios”.
No hace muchos años,  se ha propuesto, por el genetista  Dean Hamer, (2007), el gen VMAT2 (gen de Dios) como el que "predispone a la espiritualidad”, Este gen regula la cantidad de Dopamina, Serotonina y Norepinefrina en el cerebro.

Como  los humanos tenemos una inteligencia muy limitada, finita,  y Dios es infinito, nos resultará imposible entenderle solo  mediante la razón, se necesita además la Fe, que como afirma Francis Collins, director, que fue,  del Proyecto Genoma Humano y varios años director del Instituto de la Salud de los Estados Unidos, la Fe es razón y revelación. 
Tan es así que San Agustin de Hipona, uno de los filósofos y teólogos más destacados  de la historia decía, “Si pudiste comprender algo, te ha engañado tu imaginación. Si pudiste comprenderlo, no es Dios; si en verdad se trata de Dios  no lo comprendiste".

A pesar de ello la mayoría de los  grandes científicos han reconocido que el Universo y el hombre no están por azar, como quieren  algunos, sino que  alguien, un ser Creador, es decir, Dios, los ha creado y lo rige todo.

 En este sentido Arthur Holly Compton, Premio Nobel de Física en 1927, afirmaba: "Mientras más vamos conociendo nuestro Universo, la probabilidad de que todo se haya dado por procesos casuales se vuelve cada vez más remota. Es por esto que cada vez son menos los hombres de ciencia que hoy defienden una postura atea", y Albert Eisntein decía, “Mientras más estudio la materia  más creo en la existencia de Dios". 
Ernst B. Chain, Premio Nobel de Medicina del año 1945, dijo: “La probabilidad de que un acontecimiento  como el origen de la molécula de ADN haya tenido lugar por casualidad es sencillamente minúscula, para considerarla con seriedad”. 

El profesor de Física nuclear y escritor Gerald Schoroeder, afirma que las probabilidades de que el universo y la vida hayan surgido por puro azar son las mismas que ganar tres veces seguidas la lotería, y continua, "antes de que podamos cobrar el tercer billete premiado, ya iríamos camino de la cárcel por haber hecho trampas". De hecho el fisiólogo Frank Boyer Salisbury, de la Universidad de Utah, hizo unos estudios matemáticos concluyendo que la probabilidad de que la molécula de ADN se originara de forma casual, es decir, al azar es sencillamente ninguna, luego debe existir alguien que dirigió ese proceso, y ese alguien, sin duda, es un ser Superior, llamémosle Dios, o como quieran,  pero es Superior.  

A este respecto, los defensores del Evolucionismo frente al Creacionismo, deben, en primer lugar, diferenciar, como hace François  Jacobs, (Premio Nobel de Medicina de 1965),  cosa que no siempre tienen en cuenta, la Microevolución (todos los organismos proceden de uno o varios que surgieron espontáneamente (¿cómo surgieron?) de la Macroevolución (admite  que las especies se derivan unas de otras por selección natural; se transforman unas en otras). En definitiva, la Microevolución no admite la aparición de organismos nuevos, mientras que la Macroevolción si la admite. 
Es importante señalar, como señala muy acertadamente el Papa EméritoJoseph Aloisius Ratzinger, que "el Creacionismo se refiere a la diferencia entre nada y algo, mientras que el Evolucionismo se refiere a que hay algo y algo diferente". La pregunta surge inmediatamente: ¿de dónde  salió ese algo? Alguien Superior lo tuvo que crear, pues Ex nihilo nihil fit (de la nada, nada surge).

En cualquier caso la Teoría de Darwin, de la evolución de las especies, tiene grandes lagunas, y muchos eslabones perdidos, que para algunos no es que estén perdidos, es que  sencillamente no existen. De hecho, el bioquímico molecular Michael Behe, defensor del "Diseño Inteligente", en la universidad de Lehigh  (Pensilvania), afirma  que cuanto más avanza la Bioquímica mas difícil resulta admitir la teoría de Darwin en su totalidad. A pesar de ello  algunos grupos ateos tratan de que el cumpleaños de Darwin sea considerado en el mundo como día festivo. 

A pesar de cuanto venimos exponiendo hay quien lo niega todo, y solo admite que el Universo y el ser humano, como todo lo demás, estamos aquí por puro azar, y para demostrarlo tratan de hacernos  creer teorías absolutamente maniqueas, que son rechazadas por una  elemental racionalidad. 

En conclusión, el Instinto Religioso está dentro  de la naturaleza humana quiérase o no, el hombre es un  ser religioso porque así ha sido creado y, como decía el filósofo británico Thomas Hobbes (1588-1679), "La Religión nunca podrá ser abolida de la naturaleza humana. Cualquier intento en esa dirección conducirá a que aparezcan otras religiones nuevas  a partir  de las antiguas". 

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