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'El tarjetazo se lo iba a llevar Bellingham. Por hablar. ¿Qué pudo haber dicho? Sabíamos que dice "fuck" y que conoce las palabras "madre mía". Así que imaginamos cualquier cosa pero según Ancelotti dijo "fuck off" (amos, no me jodas) y no "fuck you" (que te jodan).'
Osasuna, 1; Real Madrid, 1.
De Negreira a los phrasal verbs
Hughes
Pura Golosina Deportiva
Hay quien pide al Madrid que abandone la competición. Que salgan del campo, que den un plantón a la Liga.
Eso lo puede hacer el Barcelona (ya lo hizo, a la Copa). Si se va, el Madrid arriesga estar en Champions, que es su competición, literalmente su competición: no hay otra.
El asunto es para tratarlo en otro sitio, no en esta croniquilla... Vamos, modestamente, al futebol. Vamos a por esos goles, vamos a por esos signos, vamos... ¡a por todas! (de la memoria emerge este estribillo butanístico).
El Madrid jugaba contra el Osasuna en el Sadar, aunque también se dice contra *Osasuna en *Sádar.
Muy buen inicio, juego bonito, trenzado, con Valverde de lateral, lo que detiene la sangría en la banda. Un conspiranoico diría que Ancelotti no le da nunca descanso para vengarse de los tuits críticos de Mina Bonino.
Cada pase largo a Mbappé era medio gol. Si los cracks fallaban algún regate, el equipo recuperaba pronto. El fallo era bienvenido, era riesgo, juego, reto, quite, lance, apuesta... entendíamos que donde hay fallo hay alegría.
El Madrid volaba, pasaba, robaba y los delanteros se movían en el vértigo del irsen.
La tarde entonces se prometía bonita... pero el fútbol español es un entramado de malas sombras.
Había escalonamientos lujosísimos, de los que excitan a cualquier jeque: Modric para Bellingham para Vini para Mbappé, escaleras de reyes, de ases, de balones dorados...
Algún plano a Fran García nos recordaba que estábamos en España, la poquedad del ser humano, el barro con el que estamos hechos. Su función es moral: no todos somos cracks. No todos somos Elon Musk.
El Madrid era dinámico, aunque conservaba esa tendencia al caracoleo máximo, al rizo, a meterse en la portería a base de vainica.
Pero en el 14 llegó el 0-1 con una jugada de toques rápidos, sin florituras. Líneas mourinhistas, trazos futuristas. Casi fascismo. Fue, en realidad, una incursión individual de Valverde con apoyos diversos, el más inteligente el de Brahim, y pase a un Mbappé llegador al primo palo.
Mbappé salía de las defensas como un saltamontes de las cañas. Es un nueve-rana. Cada balón a su carrera era un gran peligro.
El Madrid llegaba y en el área pasaban cosas que se consideraban ruido blanco. Todas ignoradas. A Ancelotti le sacaron una amarilla por pedir, iluso, penalti.
La hora era mala. En cuanto pasaban unos minutos sin Mbappé, la siesta se apoderaba del plumilla. Courtois paró una buena ocasión en el 31, no la dobló más.
Vinicius pudo marcar un gol en otra jugada de Mbappé. Falta letalidad. Hay cierta tendencia al más difícil todavía o a tener demasiado en cuenta al compañero, como una cortesía galáctica a destiempo.
Mbappé se iba cuando quería así que... codazo torácico a la siguiente. Nos suena esto.
El tarjetazo se lo iba a llevar Bellingham. Por hablar. ¿Qué pudo haber dicho? Sabíamos que dice "fuck" y que conoce las palabras "madre mía". Así que imaginamos cualquier cosa pero según Ancelotti dijo "fuck off" (amos, no me jodas) y no "fuck you" (que te jodan). Los phrasal verbs, han sido los phrasal verbs... A Munuera le fallan como a todo estudiante español de inglés.
El Madrid jugaría contra diez. Buena forma de preparar la vuelta europea.
A Fran García, el humano, demasiado humano, lo mandaron a Parla de un empujón y tuvo que dar la voltereta sobre la publicidad; cayó en el Otro lado del campo, el lado Willow, un territorio mágico donde están los recogepelotas, sus semejantes...
Ancelotti estaba caliente, más de lo normal, y así nos fuimos al descanso.
El Madrid volvió bien, con un combinativo Mbappé. A los diez minutos, llegó la única aproximación peligrosa del rival; una llegada de Moncayola que en la sala VOR no dejaron pasar. Se la quedaron, comenzaron a tirar de frames, de píxels hasta ver qué sacaban de ella...
Y como del cerdo, aprovechan hasta el último frame. Camavinga tocaba al osasunista después del chut. Era una jugada "residual", pero el VAR vive del residuo, lo recicla todo, y lo convirtió en penalti, como una semana antes contra el Atlético. El Madrid perdió una Liga cuando el VAR tiró una jugada atrás hasta buscar un penalti en el área opuesta y ahora pierde otra con pospenaltis o penaltis residuales. O se van muy atrás o se van al después.
Empataba Budimir y el Madrid tampoco se desmoralizó mucho. No lo hizo porque su juego ya era totalmente individual y así se nota menos. Lo más trenzado que había era la conexión entre Mbappé y Brahim, pero como el cambio, el único posible era sacar a Brahim por Rodrygo, pronto el Madrid quedó reducido a las aventuras personalísimas de Vinicius y al tiro lejano de Valverde.
Vini contra todos una y otra vez. Daba pena que tantísimos regates, algo tan difícil de ver, no sirvieran para nada.
En defensa el Madrid no sufría. La imagen de Fran García entre centrales, esa sensación de soledad en el bosque, era lo más cercano al miedo.
Vinicius se llevaba detrás a medio Osasuna como si fuera Benny Hill y dejaba a Modric el remate, pero no había suerte.
El Madrid era una solidaridad defensiva y luego individualidades como bengalas que salían de allí. Duraba el juego lo que cada una tardara en apagarse...
Lo intentaba Vinicius, lo intentaba Valverde y también lo intentaba Mbappé desde su campo. Todos querían marcar un gol de Ronaldo.
Sin rabia, sin ceder a la frustración que nadie merecía, íbamos aceptando el empate y hasta la situación, que es la que es.
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