Que Miguel Ángel Perera esté dispuesto a matar seis toros en la ya tradicional corrida de Asprona de Albacete, está siendo motivo de críticas acervas y sumamente injustas por parte de los que siempre están dispuestos a minusvalorar lo que se hace, lo que no se hace y todo lo contrario.
"...El toreo como espectáculo necesita una actualización tanto en el fondo como en la forma. Y que rememos todos en la misma dirección para vencer a los “antis” que nos acorralan casi impunemente. Pero, primero tenemos que acabar con el enemigo que se agazapa dentro de la propia Fiesta, que es el que más daño le está haciendo..."
¡Qué pocos vamos quedando!
Este maltratado país nuestro tal parece que haya perdido la aguja de marear y navegara a la deriva. Que Miguel Ángel Perera esté dispuesto a matar seis toros en la ya tradicional corrida de Asprona de Albacete, está siendo motivo de críticas acervas y sumamente injustas por parte de los que siempre están dispuestos a minusvalorar lo que se hace, lo que no se hace y todo lo contrario. Lean las reacciones a la noticia en este mismo portal. Son los eternos disconformes, los cabreados de siempre, los que suelen ir a la ópera agazapados y atentos, más que para disfrutar con el “bell canto”, a la espera de que se le escape un “gallo” al tenor a la “prima donna” o la más ligera e imperceptible disonancia a la orquesta. Y si no se produce ninguna anomalía salen decepcionados. Como decía aquel; “qué pocos vamos quedando, pero qué mala leche tenemos…”.
Perera llegó a una feria de Albacete por la vía de la sustitución y de eso hace cinco o seis años. Otros tantos que ha toreado en dicho serial tres y hasta cuatro corridas de toros con éxito y abriendo la puerta grande de la plaza de la Calle de la Feria en la mayor parte de ellas. En Albacete remontó su carrera y jamás lo ha olvidado, por lo que considera a la manchega una de sus plazas talismán. Ahora, cuando todavía no se ha repuesto de la cruel cornada de Salamanca, que estuvo a punto de costarle la vida, no le han dolido prendas para anunciarse en solitario con seis toros en una corrida benéfica de la que no se llevará ni un euro. ¿Merece crítica esa actitud? Muy al contrario, merece respeto, admiración y agradecimiento, aunque sólo sea en nombre de los acogidos en la institución que patrocina la corrida.
Dámaso González lo hizo en varias ocasiones, también torearon esa corrida “gratis et amore” Manuel Caballero e incluso Manuel Amador padre, que la inauguró organizada por la célebre “mamá del millón”, Mercedes Carbó. Decimos, y existen razones para decirlo, que el toreo como espectáculo necesita una actualización tanto en el fondo como en la forma. Y que rememos todos en la misma dirección para vencer a los “antis” que nos acorralan casi impunemente. Pero, primero tenemos que acabar con el enemigo que se agazapa dentro de la propia Fiesta, que es el que más daño le está haciendo.
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