Esta corrida suponía el regreso de los festejos taurinos tras la pandemia al coso melillense.
Melilla ha tenido corrida este 6 de septiembre en su conocida como «Mezquita del Toreo», la única plaza en activo de África. El Cordobés, El Fandi y Caballero han salido hombros del coso en una triunfal tarde con astados de Juan Albarrán. Esta corrida suponía el regreso de los festejos taurinos tras la pandemia al coso.
Plaza de toros de Melilla, Corrida del 75º aniversario del coso. Tres cuartos de entrada.
Toros de Juan Albarrán.
El Cordobés, dos orejas y oreja
El Fandi, dos oreja y rabo y oreja
Gonzalo Caballero, dos orejas en ambos
Emilio Buendía Pérez
Es 6 de septiembre y martes, 18:30 de la tarde. Hace 75 años se inauguró esta plaza de toros de Melilla, conocida como la Mezquita del Toreo, y en ese cartel figuraba un diestro inmortal ya para la historia de España y la tauromaquia. El gran Manolete iba a abrir ese festejo y por desgracia un toro de Miura, Islero, nos lo arrebató para todos y nuestra primera corrida pocos días antes, el 27 de agosto de ese año 1947.
Hoy, 75 años después, en Melilla podemos festejar esta corrida sin ningún patrocinio público, gracias a la labor sorda pero inexorable de un torero que lo fue de Melilla, Antonio Criado 'El Goy', que con sus contactos y portentosa gestión nos ha traído un festejo taurino muy digno, divertido y entregado a un publico ilusionado con un cartel muy poderoso que ha resultado en importante diversión, mucho “torero”, “torero” y triunfos múltiples con tres puertas grandes de los tres diestros.
Ha habido problemillas, quizás de la falta de entrenamiento en estas celebraciones sin apoyo público financiero, después de las pandemias y aislamientos y con muchos palos en las ruedas de la estirpe política que nos gobierna y quizás no lo hace para todos, Tirios y Troyanos, como deberían gestionar un buen político sin mencionar ninguno en particular.
La lidia ha sido lentora por diversos motivos, entre ellos la debilidad de las reses lidiadas, dos astados devueltos a los corrales, primero y cuarto, para desgracia del torero 'El Cordobés', quien no ha podido sincronizarse con el público y finalmente ha perjudicado a sus toros, ambos sobreros. Los toros devueltos han costado devolverlos, como que no querían, y esto ha retrasado la lidia.
Además, el riego del ruedo en dos ocasiones también ha ayudado a que la gente y espectadores den vía libre a sus apetitos y merendolas que muchos se traen a la plaza. Aquí las personas no traen palomitas, está claro.
Otro fenómeno que ha incidido en el alargamiento de la lidia, aunque el publico lo ha disfrutado, es la suelta de varias aves de corral que no querían abandonar el ruedo y ha costado capturar entre las risas de la concurrencia. Don Gustavo es lo que tiene, gran espectador y defensor de nuestra fiesta.
Y ahora pasemos a describir esta magnifica tarde de toros, por diestros y toros:
1. Manuel Díaz 'El Cordobés', que es un magnífico animador de la fiesta, en su primer toro, burraco y muy débil e incapacitado que hubo de ser devuelto, en cambio estuvo elegante y aseado en la faena del primer sobrero Castaño, que aunque tenia signos de mansitud, y se quejaba bufando de forma repetida, permitió una tanda de pases, mejores por el pitón derecho, y cabeceando en exceso por el izquierdo, con su estilo identificable, sus poses típicas de familia, y desquites y esos salto de la rana tan de familia. El público disfrutó con su trabajo bien realizado, no de gran estilo, y al final recibió dos orejas. En el cuarto de la tarde, ya de noche por la tardanza de la lidia, vemos de nuevo un castaño que resulto invalido, y el segundo sobrero, negro zaíno y meano, dio algo mas de juego y obtuvo, ya no estoy seguro, una segunda oreja. Salió por la puerta grande, y aunque el publico disfrutó con el, hoy no fue su tarde.
2. David Fandila 'El Fandi', para mí, el gran triunfador de esta tarde a pesar de la blandura de los astados, que tenían buena estampa, pero eran incapaces de llegar al final de la lidia con reservas, como los coches eléctricos que se quedan sin baterías. Durante la tarde puyas menores parecían dardos envenenados. Sin sangrar casi, y con unas banderillas, eso sí, de este extraordinario diestro que conquista sus orejas en el tercio de tal nombre, los toros terminan agotándose y casi no llegan a la muleta y ya impiden el lucimiento del maestro. Y en el capote hoy ha sido el rey, y este premio no se lo quita ninguno de los otros dos. Su segundo toro, castaño oscuro, capote magnifico como se ha comentado y sus banderillas roja y verdes por su ciudad, Granada , perfectas, y lo que es más impresionante y nunca visto en Melilla: una vuelta al ruedo casi completa con la mano del diestro en la testud del toro, que intenta alcanzar al mismo y este corriendo hacia atrás consigue agotar al animal, que desiste con síntomas de asfixia.… Mucho riesgo porque un traspiés puede significar la muerte…. Aplausos multitudinarios del respetable en pie, gritando "torero, torero"… Dos orejas y rabo a pesar de la débil muleta. En su segundo toro, no hay quinto malo, dice el refrán, igualmente espectacular en capote y banderillas, se administró una dosis supletoria, un cuarto par, y pareció resultar demoledor para el animal que costó levantar para una muleta que no pudo completar. Aun así, quiero creer que obtuvo una oreja gracias a una estocada de diez. Todo ello ganado obviamente capote y banderillas y no en el último tercio.
3. Gonzalo Caballero, tercer espada, que ha sido el triunfador en mi modesta opinión de medico cirujano, en la faena de muleta, especialmente en el sexto toro, negro zaíno, que en su primer toro casi no pudo llegar al final con reserva suficiente del animal. Eso si, todos ellos nobles salvo los dos primeros, que dieron algunos signos de mansedumbre. Este torero tiene estilo, hay arte, se mueve poco, hace un toreo más serio, de escuela de tauromaquia de calidad. Su muleta del seis le ha salvado, creo, la tarde aunque ha recibido trofeos de los dos astados que ha lidiado. Ha salido también a hombros como las otras dos figuras, aunque mi sentimiento es que hoy los trofeos estaban baratos, si bien creo que el respetable se merecía una tarde así.
Y, por cierto, todos los toreros estuvieron brillantes y sin fallos en la suerte final; no ha habido bajonazos, ni descabellos traumáticos, ni avisos. Aun así, empezó a las 18:30 y ha terminado a las 22 horas, pero el público se fue feliz.
Enhorabuena a la organización, que nos brindado una plaza casi llena, sin apoyo público, para el disfrute, diversión y tradición de nuestro país.
--Emilio Buendía Pérez es jefe cirujano de la plaza en este día histórico para nuestra plaza monumental de Melilla.
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