Morante ha cumplido todo cuanto un aficionado exige a quien se quiere llamar figura. Si luego unos días está bien, mal o regular, pasa a ser secundario en base a los lotes sorteados o, también puede ser, a los distintos estados de ánimo a la hora de hacer cada uno de los paseíllos.
Morante a toda vela
Antolín Castro
Opinión y Toros /12 Septiembre 2022
El diestro sevillano, Morante de la Puebla, camina a toda vela en busca del centenar de actuaciones.
Lo hace en plazas grandes y pequeñas, con todo tipo de ganaderías, alternando con todos los compañeros, con lo que esta temporada será, sin duda alguna, la más importante de su carrera, pero también una de las más interesantes que una figura haya protagonizado en los últimos tiempos.
Era impensable hace unos años que un torero decidiera realizar una campaña a base de torear encastes variados, alternar con quien le quieran poner al lado y ofrecerse a torear en grandes ciudades, pero también en pueblos, dando oportunidad de ser visto en directo por prácticamente cualquier aficionado. Sin rehuir nada.
Y lo cierto es que la temporada ha transcurrido, y transcurre, con más éxitos que fracasos, con más ganas que desidia, con inusitada improvisación ante los astados, ofreciendo una tauromaquia muy amplia y variada.
No va en detrimento del resto de las figuras que circulan por el escalafón, pero, y ya de entrada, su compromiso, el de Morante, deja vacía la falta de compromiso alguno de quienes solo torean si se cumplen todas las exigencias que siempre proponen en sus actuaciones.
El que no exige que vaya otro por delante, exige fechas y compañeros o los toros de las ganaderías que garantizan sus triunfos y salidas en hombros. Es decir, sin mostrar generosidad para adquirir compromisos o riesgos añadidos. Pudiendo elegir, para que van a prescindir de todos los privilegios.
Morante ha cumplido todo cuanto un aficionado exige a quien se quiere llamar figura. Si luego unos días está bien, mal o regular, pasa a ser secundario en base a los lotes sorteados o, también puede ser, a los distintos estados de ánimo a la hora de hacer cada uno de los paseíllos.
Yo lo valoro, pero no creo que se esté valorando, en general, como realmente merece. Tiempo atrás al de la Puebla le podíamos censurar muchas cosas y, sobre todo, actitud y disposición, hoy lo que debemos hacer es quitarnos el sombrero.
Si alguien se molesta por este encendido elogio a su proyecto de temporada o piensa que otros toreros hacen una temporada más comprometida, estarán en su derecho, pero yo les invito a que les propongan al resto de figuras un planteamiento igual que el del sevillano para la próxima temporada. De inmediato, lo aplaudiremos.
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