Durante la presentación, también se rindió homenaje a dos muy queridos amigos de Vidal y de todos nosotros: El Fray Miguel Gonzalo Liquete, capellán de la Basílica de Nuestra Señora de Atocha, y el Profesor Alberto Ignacio Pérez de Vargas.
No pudo estar presente en el acto el presidente del Centro Riojano y gran aficionado a los toros José Antonio Rupérez Cano, ni Rodrigo Pérez, por razones profesionales, y también faltó, debido a un gripazo, Juan Lamarca López, vicepresidente del Círculo de Amigos de la Dinastía Bienvenida, entidad del cual el Padre Liquete era el “guía espiritual” como Capellán desde la fundación de la asociación.
Dio la bienvenida a los asistentes en lugar del presidente del Centro, Gloria Martínez Manso y después pasó la palabra a Julián Agulla López, que explicó que este año se dio especial importancia al otro protagonista de la Fiesta: El toro bravo.
Después intervino Victorino Martín García, presidente de la Fundación del Toro de Lidia y propietario de la ya legendaria divisa de los “Victorinos”. Victorino recordó a su progenitor: “Mi padre tenía el valor o la osadía de apostar por un encaste que nadie quería: Albaserrada”. Hay que darle a Victorino Martin Andrés las gracias por salvar esas reses que estaban destinadas para el matadero. También recordó a Cobradiezmos que murió en octubre del año pasado. “Cobradiezmos representaba lo que buscamos todos los ganaderos: su bravura, casta y forma de humillar.”
Desglosó la personalidad del padre dominico Miguel Liquete, María Dolores Navarro Ruiz, concejala y presidenta del distrito del Arganzuela y también el sacerdote Iván Calvo. Este último tenía un especial recuerdo: “El Padre Liquete estuvo quince años en la Basílica de Nuestra Señora de Atocha, trabajando a tope, pero lo tenía dicho que las tardes del mes de mayo, no le pusiéramos ninguna misa, porque: ‘Tenía que ir todos los días a otro templo: Las Ventas’.” El Padre Iván también pronunció una frase muy conmovedora: “Cuando Miguel estaba en su lecho de muerte, rodeado de sus hermanos dominicos, les dijo: ‘No estéis tristes, puedo seros más útil en el cielo.’
Sergio González se encargó de hablar del profesor Alberto Ignacio Pérez de Vargas que falleció el 22 de diciembre pasado. Alberto siempre será recordado por su sabiduría, su distinción, su cordialidad y por su gran libro sobre su ciudad natal: “ALGECIRAS EN EL CORAZON Y EN LA MEMORIA”.
Al final del acto, brindaron todos los presentes con una copa de vino de La Rioja.
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