la suerte suprema

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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

lunes, 17 de noviembre de 2014

BOGOTÁ, ANOET Y FANDIÑO / por Antolín Castro


Fandiño apoyó la fiesta en Bogotá, ahora quiere hacerlo en directo en Las Ventas


"...Por delante todo es bueno: Unión del mundo del toro para protestar contra un alcalde anti todo, porque no solo rechaza el mundo del toro, también rechaza las decisiones de los tribunales, como es la Corte Constitucional de Colombia. Como buen terrorista, mantiene de forma cerril que las cosas por las que se lucha desde ese plano son únicamente las que son de su exclusivo interés. El pueblo, la ciudadanía, la democracia se la pasa por el ‘arco del triunfo’..."

BOGOTÁ, ANOET Y FANDIÑO


España
17/11/2014.- La pasada semana estos fueron los focos de la noticia: Bogotá, ANOET y Fandiño. En ese orden se produjeron, pero sin embargo, si alteramos el orden, como en aritmética, no se altera el producto. No es malo que haya varias noticias taurinas de importante calado en una semana, lo que sí es malo es lo que subyace detrás de cada una de ellas.

Por delante todo es bueno: Unión del mundo del toro para protestar contra un alcalde anti todo, porque no solo rechaza el mundo del toro, también rechaza las decisiones de los tribunales, como es la Corte Constitucional de Colombia. Como buen terrorista, mantiene de forma cerril que las cosas por las que se lucha desde ese plano son únicamente las que son de su exclusivo interés. El pueblo, la ciudadanía, la democracia se la pasa por el ‘arco del triunfo’. Así seguirá a pesar de esa presión ciudadana que representa la lucha de esos novilleros anónimos. Por lo menos, una vez, las cabezas del mundo del toro, han estado con los humildes. Que cunda ese sentido y ejemplo.

Bueno es también, en alguna medida, que hagan autocrítica las asociaciones empresariales, describiendo en clave económica la ruina y quiebra que atraviesa la fiesta que, no nos engañemos, es la que ellos han organizado y defendido, olvidando las preferencias y gustos de los aficionados. Olvidando también a quienes predicábamos en el desierto como voces sueltas del sistema. Debe ser por eso que a la hora de ponerlo de manifiesto solo convoquen a determinados medios que se han distinguido por alertar bastante menos, poco o nada, de la quiebra y si por dar jabón a la fiesta por ellos ofrecida.

Mejor noticia es la que se anuncia para el Domingo de Ramos de 2015 en Madrid. Iván Fandiño pretende encerrarse con seis toros seis, sin que ninguno sea del encaste dominante. Es decir, no habrá Domecq ese día y se podrán ver toros de encastes diferentes, de las llamadas ganaderías toristas. A elegir entre Victorino, Cuadri, Miura, Palha, Adolfo, Cebada, Partido de Resina, Escolar… Todo un reto muy diferente de lo que acostumbramos en el mundo de algodones en el que se desenvuelven las figuras.

Decíamos que siendo buenas noticias lo que subyace no es tan bueno y así es. Detrás de cada una visualizamos un mal que afecta de forma muy clara y persistente a la Fiesta con mayúsculas. Los enemigos que hay fuera cuentan con armas difíciles de combatir. El tal Petro además de odiar los toros, tiene el poder de la alcaldía y, también, una amplia ciudadanía que no apoya el mundo del toro. Si se contara de forma masiva con la gente habrían apoyado en masa la manifestación del día 12 y eso si le habría planteado dudas al alcalde. No hay una corriente popular a favor de los toros y con eso cuentan quienes le hacen frente. No es solo Petro, es que socialmente estamos en clara minoría.

Los empresarios, que se quejan de sus pérdidas, no se quejan de lo que han perdido los aficionados con una fiesta, la ofrecida y defendida mayoritariamente por ellos, descafeinada y ayuna de emociones. Haber protegido, y convertido en ídolos, a toreros de muy poco tirón para la afición por su escaso compromiso con la autenticidad, ha sido y es un error que se está pagando muy caro. Son ellos quienes concursan por las plazas, los que hacen los carteles y las ferias y ahora dicen que pierden. Lo que de verdad han perdido, ellos como máximos representantes de la organización, es la confianza de los que pasan, o tenían que pasar, por taquilla. Esa es la pérdida más difícil de recuperar.

Iván Fandiño, con el anuncio que se hace, quiere poner negro sobre blanco y en ese proyecto lo que de verdad se pone de manifiesto, por eso llama la atención, es de qué adolece la Fiesta, de enfrentamientos de verdad, de compromiso con la profesión. Siendo bueno, no deja de ser una gota de agua en el océano, como hizo Perera en San Isidro matando la corrida de Adolfo. No puede ser una vez y nada más. La Fiesta necesita, para subsistir, abandonar ese estado de cursilería en el torero y bobaliconería en el toro. Recuperar el toro íntegro y el toreo auténtico es la única opción posible. Quizá pueda ser ya demasiado tarde, pero al menos Fandiño da un gran paso dando la cara. 

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