"...La Alcaldía revocó hace más de dos años el contrato de arrendamiento de La Santamaría a la Corporación Taurina de Bogotá, alegando que los espacios públicos deben estar dedicados a "actividades de vida y no de muerte". César Rincón, el torero colombiano por excelencia, dijo muy emocionado que el acto es "un momento histórico" y una celebración porque la Corte Constitucional "ya avala la tauromaquia como una expresión cultural"..."
Por el derecho a la libertad y respeto a la tauromaquia
Colombia, México, Venezuela y España se unieron en Bogotá
Rubén D. Villafraz
En dicha concentración por Venezuela hicieron acto de presencia las entidades taurinas más representativas como son el Círculo Taurino Amigos de la Dinastía Bienvenida y la Fundación Cultural Hermanos Girón.
BOGOTÁ.- Figuras de la tauromaquia de Colombia, España y México se unieron el pasado miércoles para reivindicar el regreso de la fiesta brava a Bogotá en una manifestación de apoyo a ocho novilleros que desde hace más de cien días están apostados frente a la plaza de toros La Santamaría.
El acto, presidido por el diestro colombiano César Rincón, contó con el apoyo internacional de toreros españoles como Julián López, "El Juli"; José Mari Manzanares, Juan José Padilla, Miguel Abellán, Sebastián Castella, Alejandro Talavante, El Fandi, Curro Vásquez, Miguel Ángel Perera y Manuel Escribano. A ellos se juntaron, entre otros, los diestros mexicanos Héctor Octavio García "El Payo" y Diego Silveti, y el colombiano Luis Bolívar.
Al grito de "libertad" o "valientes", los centenares de aficionados que se agolpaban a un costado de La Santamaría de la capital colombiana recibieron con una gran ovación a los toreros, ganaderos y empresarios taurinos que respaldaron esta protesta. La manifestación por la reapertura de La Santamaría, cerrada desde que el alcalde bogotano, Gustavo Petro, prohibió las corridas en junio de 2012, reivindicó la libertad de la tauromaquia y reconoció los esfuerzos de los novilleros colombianos que ya completan 106 días de protesta con un plantón en las inmediaciones de la plaza.
La Alcaldía revocó hace más de dos años el contrato de arrendamiento de La Santamaría a la Corporación Taurina de Bogotá, alegando que los espacios públicos deben estar dedicados a "actividades de vida y no de muerte". César Rincón, el torero colombiano por excelencia, dijo muy emocionado que el acto es "un momento histórico" y una celebración porque la Corte Constitucional "ya avala la tauromaquia como una expresión cultural". La causa de los novilleros recibió un impulso en septiembre pasado cuando la Corte Constitucional de Colombia ordenó el regreso de las corridas a la plaza, al fallar una acción de tutela (recurso de amparo) en la que encontró "que no existe una norma legal que imponga la prohibición general de los espectáculos taurinos".
Según el tribunal, las autoridades de Bogotá deberán disponer lo necesario para la reanudación del espectáculo taurino en un plazo de seis meses y adoptar mecanismos contractuales y administrativos que garanticen la continuidad de la tauromaquia. "Hoy se ha dado un gran ejemplo por el coraje de esos novilleros y por la unión de todas las figuras del toreo", dijo a periodistas el español José Mari Manzanares.
El acto también contó con la lectura de un manifiesto a favor de la fiesta brava, escrito por el periodista y crítico taurino colombiano Antonio Caballero, que fue firmado por las personalidades presentes. El texto es suscrito por voces relevantes, entre los que destacan figuras como el nobel de Literatura de 2010 Mario Vargas Llosa, el cantautor español Joaquín Sabina y el pintor y escultor colombiano Fernando Botero.
La creciente expectación de esta causa llevó hoy a centenares de personalidades de la afición taurina española a celebrar una concentración paralela en Madrid como apoyo al toreo de Bogotá. / EFE
Manifiesto Libertario
Para nosotros, los aficionados a los toros, el toreo es una manifestación de alta cultura. No porque lo hayan cantado los poetas o pintado los pintores, ni porque Francia, burocráticamente, lo haya declarado Patrimonio Cultural Intangible de su tierra. Sino porque es una actividad que se expresa de muchos modos y es a la vez muchas cosas: una fiesta, un rito, un espectáculo, un combate, un sacrificio, un juego. Y un arte.
Las artes se definen por sí mismas, sin necesidad de demostración teórica: son como el movimiento, que se demuestra andando. Y en consecuencia se defienden también por sí mismas. Pero el arte del toreo, como todas las artes, tiene un enemigo, que es el poder. El de la Iglesia lo ha perseguido durante siglos, el de las autoridades civiles ha querido prohibirlo en muchas épocas y lugares, tanto cuando son despóticas – dictaduras o monarquías de derecho divino –como cuando se pretenden democráticas en virtud del derecho de las mayorías a gobernar. Olvidando el otro elemento esencial de la democracia, que es el respeto por las minorías.
Es esta última modalidad de acoso la que nos tiene reunidos hoy aquí, ante esta plaza de toros de Santamaría arbitrariamente clausurada por el capricho de un alcalde, que lo justifica en nombre de la estrecha aritmética que le dio el triunfo electoral.
Los aficionados a los toros somos una minoría, y sabemos que nuestros gustos no son universalmente compartidos. Por eso no aspiramos a imponerlos sobre los de otras minorías haciéndolos obligatorios, ni queremos tampoco prohibir los suyos, que pueden ser tan variados como la ópera o las carreras de motocicletas o la práctica del espiritismo, las procesiones religiosas o las maratones de marcha a pie. Sólo pretendemos que, recíprocamente, no nos impongan los suyos ni nos supriman los nuestros. No queremos ni mandar ni prohibir. Pero nos resistimos a que nos prohíban y nos manden.
No se trata únicamente de reclamar el derecho a asistir como espectadores a las corridas de toros. Se trata también de defender el derecho a elegir el propio oficio. En este caso, la profesión de torero, como lo desean estos jóvenes novilleros que llevan meses acampando frente a las puertas cerradas de la plaza de toros, como refugiados de una guerra.
O como lo hicieron estas figuras del toreo venidas de España, México y Francia, y por supuesto también de Colombia, para acompañarlos en persona en una manifestación de solidaridad con ellos y de coherencia con sus propias vidas. Estamos aquí, en suma, para exigir la libertad. La libertad de expresión. La libertad de elección. La libertad del placer. Contenidas todas en el eterno sueño libertario que es la prohibición de prohibir.
Quien quiera suscribir este Manifiesto, bienvenido sea. Ya lo haga por su afición a los toros, o por su interés en el arte, o por su tolerancia hacia los gustos ajenos, o por su respeto por los derechos de las minorías, o por su amor a la libertad. Este es un Manifiesto para hombres libres.
En corto y por derecho
ESTA TARDE EN MARACAIBO, la segunda y ultimas de las funciones taurinas en el marco de la Feria de la Virgen de la Chiquinquirá. Toros de Lic. Hugo Domingo Molina, para un cartel compuesto por “El Cordobés”, El Fandi, el mexicano “El Canelo” –quien hace su presentación como matador en Venezuela, tras haberlo hecho como novillero con gravísima cornada en el 2009 en San Cristóbal- y Rafael Orellana. Echa el cerrojo dicho festejo a lo que bien pudo ser un fin de semana taurino histórico, que se ha quedado en mera anécdota, tras la suspensión de la Feria de Valencia, de la que a partir de mañana la Empresa Taurina Don Fabio Grisolía comenzaran a devolver el importe económico de los abonos a todos quienes depositaron en los señalados Alex Pereira y Nelson Grisolía la confianza para llevar a buen a puerto una cita que la han hundido al foso de la incertidumbre de cara al futuro.
EN LIMA y la PLAZA MÉXICO, prosigue sus respectivas temporadas. En el ruedo de Acho, en la cuarta corrida de abono, estarán actuando los diestros españoles “Finito de Córdoba”, Miguel Ángel Perera y Alejandro Talavante, lidiando toros colombianos del maestro César Rincón. Por cierto en esta plaza, la pasada semana Enrique Ponce se encumbraría cortando par de orejas, compartiendo salida en hombros con el francés Sebastián Castella. En la arena de Insurgentes por su parte toros del hierro de Villa Carmela, para los mexicanos Fermín Rivera y José Mauricio, junto al “pirata” Juan José Padilla, escenario donde la pasada semana salieron en hombros el mexicano Arturo Saldivar y el extremeño Alejandro Talavante. / RDV @rubenvillafraz
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