"...La indiscutible maestría del valenciano quedó demostrada una vez más con ganado impracticable para los demás toreros. Pero la afición prefiere – preferimos todos – que tales “inventos” sean esporádicos y no frecuentes. Los salvamentos del naufragio ganadero son de agradecer, sobre todo por parte de los criadores de semejantes productos por llamarlos de alguna manera..."
Ponce se salva en una corrida insalvable
La corrida de Las Ramblas lidiada ayer en la plaza de toros de Murcia con calor y dos tercios de entrada fue sencillamente inaguantable por su absoluta falta de raza y escasísima fuerza. De lo acontecido por lo que respecta a lo que hicieron los tres diestros que la mataron, únicamente merece comentar que Enrique Ponce, objeto de un homenaje previo a la lidia del primer toro por sus 25 años de alternativa que se materializó con el obsequio de una reproducción de la Virgen de la Fuensanta, patrona de la ciudad, que le fue entregada por el Presidente del Club Taurino de Murcia, don Alfonso Avilés, resultó el único triunfador del festejo por cortar tres orejas, una del toro que abrió plaza y dos del cuarto, exclusivamente gracias a su tantas veces demostrada habilidad técnica que, en estos casos, otras tantas veces hemos dado en llamar faenas “inventadas”. No es cuestión de volver a definir de qué se trata tal cuestión. Claro que, para que tales “inventos” fueran premiados, era necesario que cada uno se cerrara con una sola y certera estocada. Y así fue. Ponce salió de la plaza en hombros al final del festejo.
La indiscutible maestría del valenciano quedó demostrada una vez más con ganado impracticable para los demás toreros. Pero la afición prefiere – preferimos todos – que tales “inventos” sean esporádicos y no frecuentes. Los salvamentos del naufragio ganadero son de agradecer, sobre todo por parte de los criadores de semejantes productos por llamarlos de alguna manera. Pero como no solo ayer, sino en tantas y tantas corridas lidiadas esta temporada y no solamente en las que participa Ponce, sucede que tenemos que ver lidiar – es un decir – ganado de tan pobres características, muchos estamos hartos.
Por lo que respecta a las actuaciones de José María Manzanares y de Cayetano, los dos toros del lote del alicantino no soportaron su honda manera de torear y, como en esta tarde, le falló sus tantas veces infalible espada, quedó sin premio.
Cayetano, por su parte, sí que estuvo acertado a la hora de matar. Pero sus dos toros fueron los que, además de su falta de raza, presentaron problemas. Cayetano se vio a merced del tercero en su propósito de gestualizar el buen toreo que quiso y no pudo hacer. Y aún menos ante el sexto que fue calamitoso por su invalidez. Cayetano cortó la oreja del tercero a cuenta de las muchas y los muchos espectadores que no cesaron de piropearle. Vamos, que la cortó por guapo.
Esta segunda corrida de Murcia la vimos, además, más pendientes de lo que acababa de suceder en Salamanca que de lo poco que sucedía ante nuestros ojos en directo gracias a internet a través de nuestros teléfonos móviles. La terrible cornada sufrida por Miguel Ángel Perera, las tremendas imágenes de la cogida y la tensa espera hasta saber cuales habían sido la gravedad de las heridas en su vientre, paliaron en gran parte el interés que estaba deparando el festejo murciano.
Lamentamos profundamente esta nueva y gravísima cornada sufrida por Perera, llevado de sus inagotables ganas de triunfar en esta temporada en la que sus habituales triunfos de la pasada, no se están logrando con la misma regularidad y de ahí los gestos del extremeño que sale cada tarde a triunfar como sea. Antier, también como ayer en Salamanca, también recibió Perera a su primer toro de Domingo Hernández con verónicas recetadas con las dos rodillas en tierra sin previos tantos, a la buena de Dios. Y eso es muy peligroso. Desgraciadamente, ayer quedó fatalmente demostrado en el coso de La Glorieta de la capital charra. Deseamos su pronto restablecimiento.
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