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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

viernes, 12 de febrero de 2016

VENEZUELA: SOBRE LA URGENCIA DEL CAMBIO POLÍTICO / por Fortunato González Cruz


“La inauguración de la nueva Asamblea Nacional venezolana será clave para la democracia en Venezuela”

"...Los venezolanos estamos frente al espectáculo bochornoso de la manipulación desvergonzada de la Constitución para imponer una revolución que no tiene asidero en la Carta Magna, y ahora para desconocer la voluntad de los venezolanos expresada el 6 de diciembre..."


SOBRE LA URGENCIA DEL CAMBIO POLÍTICO

Fortunato González Cruz*
El Estado es una institución que surge desde la sociedad como instrumento para alcanzar el bienestar y la prosperidad. El poder para establecer y mantener un orden social, como tiende al abuso, se organiza, se regula y se legitima. Para ello existe una Constitución a la que deben someterse todos por igual: gobernantes y gobernados. También las leyes que sólo deben emanar del cuerpo legislativo. El Congreso o Asamblea representa la soberanía popular porque los diputados son electos en forma directa. Y es la suprema felicidad la única guía de sus actuaciones.

Luego de la evolución de las teorías políticas sobre el poder y el Estado, hoy no son sostenibles las que afirmaban la preeminencia del Estado sobre la sociedad, mucho menos las que identificaban a los gobernantes con las instituciones políticas, como en las monarquías absolutas. Atrás también quedaron las tesis que le atribuían poderes superiores a los tribunales constitucionales en el ejercicio de su potestad de intérpretes finales de la Constitución. Los casos español y colombiano, que son ejemplos de extralimitación de las funciones de control de la constitucionalidad de los actos del poder público, pasaron a la historia. Pero en Venezuela pareciera que los magistrados no son ni abogados, ni juristas, ni políticos, sino subalternos dóciles del Ejecutivo, o mejor, de Nicolás Maduro y el grupo que recibió un contundente rechazo el pasado 6 de diciembre.

Los dos únicos poderes cuyos titulares emanan directamente de la voluntad popular son el Legislativo y el Ejecutivo. Los demás son elegidos en segundo grado por la Asamblea Nacional según los procedimientos constitucionales, que pueden ser desarrollados por leyes que respeten de manera absoluta la voluntad constitucional. Pero ya hace tiempo que la Constitución perdió su vigencia plena por el desconocimiento de los poderes, ahora fácticos, que se fueron por la vía de una revolución sin otra ley que sus elucubraciones y desvaríos ideológicos.

Los venezolanos estamos frente al espectáculo bochornoso de la manipulación desvergonzada de la Constitución para imponer una revolución que no tiene asidero en la Carta Magna, y ahora para desconocer la voluntad de los venezolanos expresada el 6 de diciembre. A estas alturas y para colmo con el país en ruinas, no queda más camino que, dentro de las previsiones constitucionales, deshacer las trampas montadas en la anterior Asamblea Nacional y renovar el Tribunal Supremo en pleno, y abrir las vías más sensatas y eficaces para restituir la institucionalidad democrática, cumplir y hacer cumplir la Constitución, y enfrentar la crisis con toda la radicalidad que demanda.
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**Fortunato González, es Catedrático de la U.L.A. de Mérida-Venezuela / Miembro de la Academia de Ciencias Políticas y Sociales / Fundador y Director de la Cátedra de Tauromaquia "G. Briceño Ferrigni" de la U.L.A.

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