La gran seguridad de Andy Younes en sí mismo es la principal base de su natural valor, exento de alardes que no necesita. Y su innato buen gusto, la segunda razón de sus triunfos cantados. Me parece, pues, que este francés va a dar mucho que hablar en todo los confines taurinos del mundo durante bastante tiempo.
Otro golpe cantado de Andy Younes
Apareció en la puerta de cuadrillas vestido de carmelita y oro. Un terno muy serio y quizá demasiado obscuro para un rubito tan joven. Un terno, sin embargo, propio de toreros mayores, de los que gobiernan. Desde que le vi por primera vez en Mont de Marsan en una novillada matinal, me llamó grandemente la atención y lo cierto es que, cada vez que le veo, me gusta más. Me interesa más porque este Younes es, ante todo, capaz. Un torero de los que saben resolver cualquier papeleta. Pero es que, además, es un torero de clase. Por lo tanto, es un torero de golpe cantado porque es de los que, solo por verle anunciado en los carteles, ofrece la seguridad de que va a triunfar. En Valencia ya conocían al galo y estoy seguro de que en cualquier plaza donde comparezca, cuantos le vean no olvidarán su nombre ni sus magistrales quehaceres.
Ayer le correspondió el segundo novillo de la tarde. De José Vázquez como toda la corrida, bastante cuajados los seis aunque muy desiguales de cornamenta y de diverso juego con predominio de los buenos. Este segundo, gachón, salió huyendo de su propia sombra. Se pegó dos vueltas al ruedo antes de que se parara y tardeara mucho en los cites capoteros de Andy. Fue al caballo por su cuenta y salió suelto de los dos encuentros. Una vez banderilleado certeramente por el peón Morenito de Arles, Andy brindó al público su faena en los medios y allí mismo la inició sobre la mano derecha. Los medios es el mejor sitio para someter a los mansos. Siempre puesta la muleta en la cara del burel, fue desgranando la faena que transcurrió de menos a más y de más a muy más en un par de rondas al natural de soberbia factura, no solo por el finísimo trazo de cada muletazo, también por como los dio derecho, templado, relajado… a gusto y con gusto. Tan a gusto estaba Younes con el novillo, ya cambiado a mejor por tan bien toreado y sin pausas, que se pasó de metraje. Pero no importó. Cerró la faena con la mejor tanda por redondos y con circulares invertidos a los que sumó unas giraldillas. La estocada cayó trasera pero fue eficaz. Y cayó la primera oreja de la tarde.
El quinto novillo, segundo para Younes, con hechuras de toro y bien puesto de cara, también salió suelto pero metió la cara en los lances de brega y fue más bravo en el caballo que su anterior oponente. Muy bien lo picó Puchino que fue aplaudido. La faena comenzó de rodillas con la mano derecha rematando con el de pecho en pie. Y por la fácil embestida del animal por ese pitón, los redondos tuvieron categoría superior, por lo que el trasteo lo basó a derechas – apenas toreó al natural – para cerrar otra vez con circulares invertidos que exprimieron al novillo como un limón. Pinchó antes de agarrar la estocada definitiva y ese pinchazo le privó de cortar la segunda oreja porque la faena había sido de dos.
La gran seguridad de Andy Younes en sí mismo es la principal base de su natural valor, exento de alardes que no necesita. Y su innato buen gusto, la segunda razón de sus triunfos cantados. Me parece, pues, que este francés va a dar mucho que hablar en todo los confines taurinos del mundo durante bastante tiempo.
El valenciano Cristián Climent, a quien protege y aconseja El Soro, no tuvo suerte con el primer novillo aunque de salida pudo lucirse por verónicas desclasadas aprovechando su inicial nobleza. Pero de seguido, el animal esperó y persiguió mucho en banderillas, desluciendo en parte el tercio que cubrió al matador. Salió suelto de casi todos los muletazos que dio Climent que por poco resultó arrollado. Fatal con la espada, tardó en liquidar al animal de dos pinchazos, estocada baja y descabello. Fue silenciado.
Con el cuarto, al que recibió con larga cambiada de rodillas a porta gayola lejana, seguida de estimables lances y quitando tras cada encuentro con el caballo a pies juntos primero y por gaoneras después, tanto el propio matador como los espectadores, nos dimos cuenta de la bondad del animal que, a la postre, fue el mejor del envío. Climent se lo brindó a El Soro pero no correspondió al honor en una faena que empezó de rodillas sin quietud, siguió sobre ambas manos sin mayor interés aunque con el público muy entregado al novillero y terminó de nuevo arrodillado. Volvió a fallar con la espada de un infamante sartenazo, dos pinchazos y descabello con el resultado de escuchar un aviso y posteriores palmas, saliendo Climent a saludar sin que se lo pidiera el público.
El para mí desconocido Marcos – me comentaron que es hijo del empresario de la plaza de Cuenca y que cursa estudios universitarios en Madrid – es un muchacho altísimo, ayer magníficamente vestido de estreno con un precioso terno grana y oro muy recamado. No es cuestión de dictar ninguna sentencia sobre su porvenir dado su caso novedoso para mí. Tendré que verle más y ya veremos donde y cuando. Ayer cubrió discretamente el expediente porque voluntad no le faltó y hasta cortó la oreja del noble sexto pese a lo baja que resultó su estocada.
Un pero inevitable: Dada la gran estatura de Marcos, se ve obligado a torear muy doblado, agachado y por lo tanto forzado y antiestético. Quien más destacó en su actuación fue el banderillero Iván García al parear al tercer novillo. Quien le iba a decir a Iván que va a ganar mucho más dinero siendo subalterno que de matador.
No hay comentarios:
Publicar un comentario