Pensamos en el dolor de sus familiares y muy en particular el de su padre, nuestro querido amigo Golfredo Rojas, que con su cámara al hombro, su sonrisa y su acendrada y fraterna bonhomía derramada generosamente por el orbe taurino caló hondo en el corazón de todos los que tenemos el honor de gozar de su amistad. Con él, con Golfredo, compartimos afición e ilusión por el toro, anhelos patrióticos y espíritu de lucha por causas nobles. Pero también en estos momentos penosos también deseamos compartir su dolor, acompañándole con nuestro profundo pesar por la pérdida de su hija Zafiro que, sin duda, habrá acudido presta y gozosa a la llamada de Dios nuestro señor.
En nombre de nuestra asociación bienvenidista vaya nuestro gran abrazo con sentida emoción, amigo Golfredo, en unión de nuestras oraciones por el alma de Zafiro.
Juan Lamarca López
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