"...Ciertamente, como era previsible, El Rey claudicó ante Pedro Sánchez encargándole el mandato de formar gobierno que, en realidad, no sé qué será peor, que le deje formar gobierno o que lo logre; del modo que fuere, El Rey corre un serio peligro y los españoles ya podemos prepararnos para lo peor porque, que de la boca de Pedro Sánchez salga la palabra generosidad para solucionar un tema criminal que no es otro que amnistiar a una serie de hijos de puta que llevaron a cabo un golpe de estado, eso no lo entiende ni Dios..."
¿Generosidad?
Pla Ventura
Toros de Lidia/4 octubre, 2023
Escuchar a Pedro Sánchez en estos días es, sin lugar a dudas, como oír a un padre franciscano en el uso de la palabra. Cualquiera puede volverse loco escuchando a este personaje que, según él, es el presidente del gobierno de España. Y quizás tenga razón, aunque nunca haya ganado elección alguna. Por cierto, ¿qué le diría ayer al Rey de España en la entrevista que mantuvieron para que Sánchez forme un gobierno dado que, por lógica, si de votos asquerosos hablamos, Feijóo no pudo lograrlo? Sería curioso que lo supiéramos ¿verdad? Hombre, si le habló a su Majestad de generosidad, posiblemente el Rey quedaría anonadado. Yo sospecho que, como todo el mundo, el Rey sabe que se está jugando la corona y, lo que es peor, que dentro de muy poco tenga que huir como su bisabuelo de la república de aquellos años treinta, algo que en estos instantes está al caer.
Ciertamente, como era previsible, El Rey claudicó ante Pedro Sánchez encargándole el mandato de formar gobierno que, en realidad, no sé qué será peor, que le deje formar gobierno o que lo logre; del modo que fuere, El Rey corre un serio peligro y los españoles ya podemos prepararnos para lo peor porque, que de la boca de Pedro Sánchez salga la palabra generosidad para solucionar un tema criminal que no es otro que amnistiar a una serie de hijos de puta que llevaron a cabo un golpe de estado, eso no lo entiende ni Dios. Recordemos que, por otro golpe de estado como el de Antonio Tejero, sin coste económico alguno, el coronel se tiró treinta años a la sombra y, por lo mismo, pero con decenas de millones de daños económicos, Sánchez habla de generosidad para solucionar lo que él llama un conflicto político.
Se me eriza la piel al pensar que, un criminal como Puigdemont y sus secuaces, puedan regresar todos a España y, lo que es peor, en calidad de héroes, cuando hace tiempo que, había que haberles traído y encarcelarles con cadena perpetua. Pero como en la política de izquierda todo es una puta broma que nos llevará a la hecatombe en todos los sentidos, no nos queda otra opción que aguantar todo lo que nos venga que, por supuesto, no será nada bueno. Todos tenemos claro que, para que Sánchez sea presidente dependemos todos de un fugado de la justicia, un delincuente criminal que, por no tener, no tuvo cojones para quedarse con sus compañeros en Barcelona porque sabía que será detenido y, y lo que es más chocante, aquellos que se quedaron le siguen llamando presidente, digamos que, pese a su cobardía le siguen rindiendo pleitesía.
¿Será que Sánchez ha perdido el juicio? ¡Seguro que sí, pero para ejercer la maldad! ¿Qué tendrá en ese podrido cerebro que le acompaña día y noche? Basura al más alto nivel porque lo lógico es que un presidente llegue al mandato mediante las urnas pero, de la forma que este tipo aberrante lo quiere hacer, eso ya es el colmo del desacato; pero no nos rasguemos nadie las vestiduras que, lleva años siendo presidente sin haber ganado ninguna elección pero, como lo votos podridos de los indeseables de rigor le apoyan, alabado se Dios. ¿Y a eso le llaman democracia? Que Dios me perdone pero yo no me lo creo.
Y, como se sabe, la que tiene montada el tal Sánchez con toda la basura política que le acompaña es de órdago porque, claro, todo el mundo se ha dado cuenta de la importancia de sus votos para que el tipo indigno llegue a la presidencia de nuevo, todos le tienen cogido por los cojones para que haga lo que los demás le digan, sabedor de que el precio que tiene que pagar es infinito; no se trata solo de Puigdemont, son sus mismos compañeros que ahora tiene en su gobierno, ministros y ministras que, todos, desde su parcela le exigen lo imposible sabedores de que Sánchez lo hará posible. ¡Menudo es el tipo haciendo milagros!
Y con esa realidad tenemos que vivir, salvo que en el último minuto de un vuelco a lo que está tramando y convoque elecciones de nuevo que, dentro de la desgracia sería lo mejor. Pero tampoco lo tengo yo tan claro porque, las elecciones nuevas no creo que arreglen nada porque, pese a la realidad que estamos viviendo en las comunidades que ahora rige la derecha que, el cambio ha sido brutal, todo para favorecer a sus ciudadanos, algo que debería servirnos como lección, pese a todo, la puta basura de los votos de todos aquellos que apoyan a los que quieren destruir España sigue siendo muy grande. Repito, es cuestión de mirar a las comunidades citadas que, como mayor logro, han eliminado el impuesto de sucesiones y donaciones, amén de la rebaja de otros impuestos, algo que beneficia hasta los enfermos que votan destrucción.
Analicemos con rigor, ¿qué se puede esperar de un gobierno formado con Sánchez, separatistas, pro etarras, delincuentes y gentuza barriobajera?
Lo único que podemos esperar es el caos porque esa gentuza que nombro, por ejemplo, odian a las empresas; sí, a esos cientos de miles de empresarios que, con su gestión dan trabajo a millones de españoles; pues a esos que son la fuente de ingresos de España, Sánchez y sus ministros les odian por completo, hasta el punto de criticar a Amancio Ortega cuando, el hombre, además de los cientos de millones de impuestos que paga con sus empresas, de forma particular, hace una donación para comprar maquinaria para los hospitales o para Cáritas y, desde el gobierno le llaman indeseable.
Esto es lo que nos ha tocado vivir, hagámoslo de la manera menos traumática pero, no es un trago sencillo de digerir. Ver que España camina hacia el precipicio por culpa de un indeseable, eso no debería tener cabida en la democracia que, si eso se consuma, quedará claro que la democracia es un cuento chino.
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