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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

jueves, 23 de julio de 2015

Guardiola, un hombre sin principios / por Juan Manuel Rodríguez



"...La ventaja que tuvo Guardiola, un hombre sin principios, es que quienes consintieron que jugara cuarenta y siete veces con España también carecían de ellos..."

Guardiola, un hombre sin principios
  •  Xavi, que es otro que tal baila, ha sido ciento treinta y tres veces internacional con la selección nacional y, en cuanto ha colgado las botas, ha repetido exactamente el mismo modus operandi de Guardiola: "El Estado español no nos escucha"..

Pep Guardiola fue cuarenta y siete veces internacional con España pero jamás, nunca, sintió aquella camiseta como suya. A Guardiola no le quedaba más remedio que jugar al fútbol con la selección del país grandecito que estaba debajo del suyo, uno pequeñito de ahí arriba, porque su país, el pequeñito, simplemente carecía de una selección propia. Aún no estando de acuerdo con él, aún no compartiendo sus ideales, servidor se habría quitado el sombrero si Guardiola hubiera decidido no jugar con España, no acudir a las convocatorias del seleccionador; si Guardiola hubiera dicho "no, yo no soy español", yo habría exclamado "¡por ahí va un hombre con principios!"... pero no, qué va, Guardiola dijo "sí" y después, por la espalda, hizo poesía de la nada, que es lo que realmente se le ha dado siempre bien.

Si tengo tanto respeto por la figura de Muhammad Ali es precisamente porque sus ideas le pasaron factura y porque él estuvo siempre dispuesto a pagarla. Y con intereses. A Ali sus ideas le costaron una fortuna y, entre otras cosas de menor importancia, ni más ni menos que el cinturón de campeón mundial. Equivocado o no, Ali creía en lo que estaba diciendo y eso merece ser respetado. Guardiola nunca se sintió español pero jugó con España porque le iba la vida comercial en ello. Acudió cuarenta y siete veces a la convocatoria del seleccionador de turno y, eso sí, jugó lo mejor que pudo... por Pep Guardiola. Fue a jugar cuarenta y siete veces con España y habría ido otras cuarenta y siete veces más porque le convenía promocionarse. Luego colgó las botas y, ya a resguardo y cuando salía gratis, se convirtió en el nuevo Francesc Macià.

Me sorprende que haga gente a la que le sorprenda lo que acaba de hacer Guardiola, que siempre ha sido un enemigo de España. Siempre. Xavi, que es otro que tal baila, ha sido ciento treinta y tres veces internacional con la selección nacional y, en cuanto ha colgado las botas, ha repetido exactamente el mismo modus operandi de Guardiola: "El Estado español no nos escucha"... Puede que, en el fondo, el problema no sea ni de Guardiola ni de Xavi sino de quien consiente que deportistas que no se sienten españoles vistan la camiseta de la selección nacional de España. Lo que dijo ayer Jorge Fernández Díaz lo llevo diciendo yo años, y sin ser ministro. Lo cómodo es mirar hacia otro lado y no meterse... "en política". La ventaja que tuvo Guardiola, un hombre sin principios, es que quienes consintieron que jugara cuarenta y siete veces con España también carecían de ellos.

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