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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

sábado, 31 de octubre de 2015

Lima a punto / por Pedro Abad Schuster



"...Lima, la llamada Capital Mundial del Espectáculo oferta un año más su feria en Acho, porque hay mercado, inclusive para los artistas mundiales del momento y hay público que paga para sostener el espectáculo, el de los toros y los demás..."

Lima a punto

Se han hecho las cosas correctas. Se han respetado los cánones. En menos de un suspiro inicia el paseíllo de la 70ª Feria del Señor de los Milagros en la Plaza de Acho de Lima, Perú. Una feria que toma el nombre de la festividad y procesión más grande en este país. Una efigie milagrosa que ya ha salvado a mi madre en dos oportunidades.

Los inicios de ferias son inspiradores. Cada uno ocupa su lugar. Toros y toreros comparecen ante el llamado de los empresarios ante los aficionados expectantes de la Fiesta de los toros, frente a un periodismo imprescindible. Son siglos los que la protegen de los que ignoran de qué trata esto, y por qué da ingresos a miles de personas alrededor de la industria. Pero Lima este año es muy especial.

Una ciudad bañada por las aguas del mar; una metrópoli gigantesca que ha explosionado en sus comercios por la migración rural a la ciudad. Una ciudad desordenada por la claudicación de sus gobernantes; faltan técnicos dicen. Pero la verdad, la mía, es que falta decencia en la alta dirección del país. Lima, la llamada Capital Mundial del Espectáculo oferta un año más su feria en Acho, porque hay mercado, inclusive para los artistas mundiales del momento y hay público que paga para sostener el espectáculo, el de los toros y los demás.

Los días previos, es la comidilla en boca de los aficionados. Una feria a la altura de los mejores carteles, con toros españoles que reemplazan a los colombianos de años anteriores. Una empresa que reemplaza a la de Villafuerte, que creó tanta controversia. Un aniversario significativo, los 250 años de Acho, casi nada en un mundo con una cultura andina milenaria y la presencia española en nuestras tierras.

¿Qué decir? Morante en Lima, como siempre se le quiso ver, un artista de artistas, al lado del otro genio Talavante, y el mexicano Joselito Adame, el de aquella vez que salió a hombros junto a César Rincón cuando éste se despidió de los ruedos aztecas en la Nuevo Progreso de Guadalajara, mi plaza favorita. Y seguirán los demás domingos, para conocedores y los no tanto. Hasta ver a los peruanos Joaquín Galdós y a Andrés Roca Rey, el niño, el joven genio del toreo; además del indomable Juan Carlos Cubas, solo contra el mundo, desde la incontrastable tierra de mi padre Belisario, la eterna ciudad andina de Huancayo.

Allí estarán los aficionados venidos del interior y del exterior, porque eso despiertan los toros, cuando hay seriedad en la organización. Y vendrán las pasiones, esperamos que responda el aficionado a esta primera de abono, el cartel es soñado, los de Zalduendo deben responder para invitar a la siguiente con los legendarios Miura y un puesto más por la lesión de Ureña. 

Le seguirá la corrida en que se espera ver a Perera aunque no es seguro, junto a la revolución de López Simón y el francés Castella. Después, la corrida de la Quinta, el maestro Ponce, los peruanos. En fin, los invitamos a Acho, un espectáculo garantizado, desde dos horas antes de la corrida este domingo 1º de noviembre a las 3.30 de la tarde. 
Antes, desde la 6 de la mañana, estaremos con el Señor de los Milagros en su quinto y último recorrido del año, gracias porque mi madre sonríe y con ella la familia. Los toros en Lima, una Fiesta para toda la familia, una celebración mundial. Estemos atentos a los que allí sucederá en sus seis festejos, con dos ganaderías peruanas que generan expectativa, Santa Rosa de Lima de la familia Galdós, y Roberto Puga, la ganadería peruana más premiada en este país.


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