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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

sábado, 8 de junio de 2019

LAS VENTAS. No hubo entendimiento / por Paco Mora


Antonio Ferrera (Foto: Javier Arroyo)

No se puede decir que los toros lidiados esta tarde fueron absolutamente malos. No, simplemente, ni ellos se adaptaron a sus lidiadores ni estos a ellos. Mañana será otro día y verá la tuerta los espárragos…
No hubo entendimiento

No hubo entendimiento 

Paco Mora
Ni si, ni no, ni blanco ni negro. La corrida de esta tarde ha tenido sus complicaciones, como las tienen los resultados electorales que nos mantienen a los españoles en vilo. Y la cosa ha acabado en tablas en Las Ventas, como en tablas continúan los partidos participantes en los comicios. Con una diferencia a favor de los toros, que cuando el ultimo dobla cada cual a su casa y San serení del Monte. Mientras el politiqueo en que nos tienen sumergidos los aspirantes al poder, que no es otra cosa que la lucha por el chollo, nos va a durar más que un traje de pana. Pero en el fondo, cosa parecida. Entre Ferrera, Urdiales, Marín y los seis pupilos de Alcurrucen no ha habido acuerdo y en ocasiones ni siquiera sintonía. ¡Como la vida misma! ¿Qué le vamos a hacer?

El primero de la tarde embistió con todo y mucho, y al extremeño solo se le han visto detalles de buen torero, porque lo es, pero no se ha producido la conjunción necesaria entre la velocidad en la embestida del toro y la impuesta por el torero a sus telas. No se puede decir que Ferrera haya estado mal con él, pero lo contrario tampoco. Ya lo ven, una vez más Ortega y Gasset: igualito que ocurre con el avispero político. Y es que como decía aquel: “Mire usted señora, España y yo somos así…” En el segundo de su lote, al de la tierra extrema y dura le ha faltado un “tris” para llegar a un pacto con el toro que hubiera podido ser beneficioso para él y para el público. Tampoco ninguno de los dos contendientes exigía un ministerio… Pero ya digo, falto el “tris”.

Más cerca estuvo del pacto de gobierno Urdiales en el quinto toro, pero cuando parecía que se llegaba al entendimiento el cuadrúpedo salía por los cerros de Úbeda y ni flores. Ginés Marín no tuvo siquiera la posibilidad de establecer conversaciones con su lote. Tampoco se puede decir que los toros lidiados esta tarde fueron absolutamente malos. No, simplemente, ni ellos se adaptaron a sus lidiadores ni estos a ellos. Mañana será otro día y verá la tuerta los espárragos…

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