Pero el termómetro no impidió que los tres espadas se mostraran en su mejor versión en una corrida que, pese a todo y más allá de la anécdota, sirvió para que mostraran sus avales ante la pantalla y los centenares de espectadores que habían desafiado al infierno climático sentándose en el coqueto coso de Guillena, en el mismo lugar donde se levantaba el castillo almohade de la localidad, del que apenas quedan restos. Oliva Soto, que no volvió a fallar fue el gran triunfador de la tarde pero no hay que olvidar que Rafa Serna cuajó la faena más completa –se hartó de torear- ante el toro de mejor fondo y que Ruiz Muñoz, mucho más responsabilizado que en otras ocasiones, pudo mostrar su personalidad diferenciada.
El diestro camero se había lucido toreando de capa al primero de la tarde en un largo ramillete de verónicas antes de torearlo de muleta en una faena firme, asentada y muy bien trazada, por encima de un toro manejable pero que nunca humilló. Oliva mantuvo esa buena impresión con el noble cuarto, al que inició su labor sentado en una silla –un destartalado asiento de cocacola- cuajando una faena brillante y rítmica que apuró el escaso fondo de su enemigo.
Rafa Serna, por su parte, sorteó en primer lugar un ejemplar distraído y aquerenciado que planteó muchas dificultades a lo largo de toda su lidia aunque el diestro sevillano le plantó cara en una importantísima labor de gran fondo profesional. Volvió a mostrarse al mismo nivel con el quinto, un toro rajado pero de excelente fondo al que cuajó una sobresaliente, intensa e inteligente faena en la que brilló el toreo al natural y falló la espada.
El tercer espada era José Ruiz Muñoz, que toreó con personalidad al tercero, un toro noblón y sin raza que, a pesar de todo, le dejó estar siempre a gusto. Con el sexto, remiso y soso, volvió a dejar detalles de calidad en una faena templada y armónica que no pudo ir a más por la falta de contenido de su enemigo.
Ficha del festejo
Ganado: Se lidiaron seis toros de Manuel Blázquez, correctamente presentados. El primero sirvió pero se quedó un punto corto; deslucido y bronco el segundo; sin raza y noblón el tercero; desfondado el cuarto; de buenísimo fondo pero rajado el quinto y sin contenido el sexto.
Matadores:
Oliva Soto, de celeste y oro, oreja y dos orejas tras aviso
Rafa Serna, de merino y oro, ovación y vuelta al ruedo tras petición
José Ruiz Muñoz, de blanco y oro, ovación y ovación
Incidencias: La plaza registró media entrada en tarde de calor sofocante. El festejo comenzó con más de una hora de retraso por demora en la llegada de la UVI móvil para sustituir a la que se había previsto, que no contaba con la equipación necesaria para atender el espectáculo.
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