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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

miércoles, 10 de diciembre de 2025

Fingida rivalidad / por Manuel Viera


 '..sin un enfrentamiento real se van agotando paciencias produciendo pesares y nulas alegrías emocionales para una afición cansada de engaños encubiertos. ¿Qué es eso del mano a mano?..'

Fingida rivalidad
Manuel Viera
Hace algún tiempo que el aficionado empezó a asimilar el sinsentido de esos “duelos” entre dos. Una fingida rivalidad en el ruedo que casi siempre termina en armisticio. Solo el hecho de anunciarlo en la cartelería debería implicar emoción, pero muy pocas veces conlleva a ello. Ni tan siquiera provoca ese morbillo por aquello de la “pelea” traspasando el propio valor, ni tampoco esa respuesta alternativa del uno al otro. Cada uno va a lo suyo. Y el resultado suele ser un bodrio, con una enorme carga de pesadez, que define el desencanto.

Y es que sin un enfrentamiento real se van agotando paciencias produciendo pesares y nulas alegrías emocionales para una afición cansada de engaños encubiertos. ¿Qué es eso del mano a mano? Quienes tienen la capacidad de ilusionar y encandilar pocas veces se prestan. Habría que analizar, entonces, el impacto que produce en el espectador un duelo sin armas. Un enfrentamiento en el que cada uno hace su toreo sin molestar al otro.

Ha habido tardes teñidas de desencanto durante la pasada temporada con estos desafíos entre dos. Y aunque durante la lidia siempre se acaba contando una historia, éstas de uno y otro carecieron de guion. Absurda emulación de una competencia que no la fue. Toreo que place, pero que no convence. Y en ocasiones hasta faltó el toro. Sin él el arte ni siquiera distrae. Se convierte en una absurda rutina de un espectáculo que no conmueve. En una diversión que refuerza la sensación de dudas sobre estos ilógicos “desafíos”. Dudas sobre una representación que alerta del pegote en que se convierte algunos de estos falsos encuentros.

Cada uno hace su toreo sin que ambos busquen la forma concisa y emocionante que justifique la supuesta competencia. A veces un simulacro de pique en el relato de un quite y poco más. Reflejo cabal de lo absurdo. La emoción ante la dependencia del toro. La mediocridad ante la falta de argumentos sólidos y convincentes. Historias sin rumbo en la que nada pareció lo que realmente fue.

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