Oro para Ponce
Por Carlos Bueno
09/12/2009
Lo ha vuelto ha hacer. Ha vuelto a triunfar, y en este caso, una vez más, sin lucir alamares, sino vestido de calle.
Lo ha vuelto ha hacer. Ha vuelto a triunfar, y en este caso, una vez más, sin lucir alamares, sino vestido de calle.
La semana pasada Enrique Ponce recibió cuatro homenajes en tres días en su Valencia natal y en todos dejó constancia de su excelsa categoría personal.
El pasado sábado tuve la suerte de entrevistarle para el auditorio que acudió a verle recibir la Medalla de Oro al Mérito Taurino que le otorgó Serolo. Hablamos de su faceta como padre, de sus inquietudes y preocupaciones, de sus aficiones, de su relación con la prensa y, cómo no, de toreo.
Un extenso cuestionario al que Ponce contestó con atinada elocuencia, con gracia, con sinceridad y con elegancia, tal y como es en la plaza. Ya lo dijo Belmonte, se torea como se es.
Y es que el valenciano hace apología del toreo a todos los niveles. Sabe tratar con la prensa en su justa medida para, sin dejar que se adentren en intimidades, colocar al toreo en primera plana.
Él, que ya no necesita de aduladores ni escaparates, sigue responsabilizado con su profesión, y es por ello que atiende con simpatía a todo tipo de preguntas, accede a sesiones fotográficas e, incluso, aparece de forma indirecta en publicidad.
Es de sobra conocido que su encantadora esposa, Paloma Cuevas, protagoniza el spot publicitario de Ferrero Rocher. La condición para que aceptase la oferta era que en el anuncio apareciese una referencia taurina, el vestido de torear. Y la compañía chocolatera aceptó, como en su día hizo Emidio Tucci cuando El Litri vistió sus trajes para televisión en la plaza de Ronda.
Bravo por las empresas que no esconden su afición por los toros. Este tipo de publicidad favorece la normalización del torero en la sociedad actual, y la Fiesta necesita estar en el candelero de las tecnologías más novedosas si quiere permanecer vigente en el siglo XXI.Y a ello ha contribuido también Enrique Ponce.
Lo contó en sus últimas conferencias. Escucharle ha sido una delicia; ver el interés con que los congregados seguían sus explicaciones una alegría.
El toreo importa. Que se lo pregunten a los más jóvenes, que seguían boquiabiertos sus palabras, quizá sorprendidos por la profundidad de sus mensajes, tan alejados de la inmundicia que últimamente nos rodea en los medios de comunicación.
Bravo por Enrique Ponce, preocupado por crecer taurina y personalmente.
Bravo por el compromiso que sigue ejerciendo con la Fiesta.
Bravo por ser torero dentro y fuera de las plazas. Eso sólo le hace bien al presente y al futuro de los toros.
Fuente:
Avance Taurino http://www.avancetaurino.com/firmas.php
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