EL JULI INDULTA A "AGRESIVO" DE "TRIANA"
TOROS DE
“HUAGRAHUASI”, “MIRAFUENTE”, “TRIANA” Y “VISTAHERMOSA”
“HUAGRAHUASI”, “MIRAFUENTE”, “TRIANA” Y “VISTAHERMOSA”
JULIÁN LÓPEZ “EL JULI”
GUILLERMO ALBÁN
JOSELITO ADAME
El Juli, indultó el sexto toro de “Triana”, lidiando tres toros por cogida de Guillermo Albán, obteniendo las dos orejas y rabo simbólicos, oreja, y ovación.
Guillermo Albán, oreja en el único que mató
Joselito Adame, oreja, y fuerte petición con vuelta al ruedo.
Premio simbólico de dos orejas y rabo
“Del toro al infinito” Blogspot
Si inmensamente sublime fue el acto de Fundación de Quito por los españoles, no menos excelsa ha sido la actuación de Julián López “E Juli” al llevar a cabo su objetivo de no irse de vacío de esta feria y realizar una obra inmensa en el último toro del abono.
Un español a vuelto a llenar de júbilo a los hermanos ecuatorianos en esta fecha emblemática del seis de Diciembre, que que sella las fiestas de San Francisco de Quito con la fiesta Brava, con la corrida en el día grande.
Nuevamente ha sido un toro de José Luis Cobo, con el hierro de “Triana” y de nombre “Agresivo”, el que ha posibilitado la gran faena de Julián salvando la vida al ser indultado, al igual que su hermano “Gitanito” indultado por Castella en la sexta de feria.
El Juli había agotado ya sus escasas posibilidads de triunfo en el ferial, no había tenido suerte ni con los toros ni con la espada.
El destino quiso que el matador de Guayaquil Guillermo Albán resultara herido al matar a su primer toro, no pudiendo salir a lidiar el segundo de su lote, que fue a parar a manos de El Juli.
El toro, que mostró de salida sus buenas condiciones, no era fácil. Fue necesario que el Juli tirara de su enciclopedia de taurómaca para que, página a página, fuera explicando la leción magistral de esta feria y de algunas más.
El inicial trasteo por bajo y por ambos pitones advirtió al toro quien era el que mandaba allí, y los muletazos, ya erguido, por uno y otro lado sobando a la res le iban enseñado el camino por dónde embestir.
Puestos ya de acuerdo toro y torero dieron comienzo a la gran obra. El aplomo y fijeza de “Agresivo” precedía a una embestida noble humillada, su repetición aumentaba a cada serie, y ahí emergió un Juli con entrega total, la profundidad de su toreo en inmensos naturales abrochados con largos pases de pecho o medidos trincherazos, llevaron la emoción al público por el sentimiento, alegría y toreria que les imprimía El Juli. La comunión del público con el torero y con el toro aparecía en ceremonia de júbilo en la plaza de Iñaquito.
Muy pronto empezó la petición del indulto por los alborozados espectadores y el Juli no se conformó con lo hecho hasta ese momento. Olvidó la noción del tiempo y se recreó una y otra vez toreando para sí hasta que, ya sí, sonaron los clarines del indulto ordenado por la presidencia, y simulara la suerte de matar con la mano.
Guillermo Albán se mostró con oficio con el de “Mirafuente”. Toro sin grandes complicaciones con el que el gauyaquileño anduvo discreto y prudente en larga y variada labor.
Joselito Adame no tuvo su tarde. No llegó nunca a acoplarse con su lote en su variado toreo de capa ni con la pañosa en los últimos tercios. Sus entremeses en banderillas se le atragantaron al mejicano y al público también.
Se acabó la feria. Ha habido de todo y en tono menor, pero el remate de El Juli rememora por sí solo la gesta de España en América.
"6 de Diciembre en Quito"
“Del toro al infinito” Blogspot
Quito, Domingo 6/12/009
Hoy es un día de júbilo para Quito y es celebrado también por los demás pueblos ecuatorianos, al conmemorarse un aniversario más de su fundación española, realizada el 6 de Diciembre de 1534 por Sebastián de Benalcázar, que le dio intrínsecamente la categoría o sello hispano.
Hoy es un día de júbilo para Quito y es celebrado también por los demás pueblos ecuatorianos, al conmemorarse un aniversario más de su fundación española, realizada el 6 de Diciembre de 1534 por Sebastián de Benalcázar, que le dio intrínsecamente la categoría o sello hispano.
Si inmensamente sublime fue el acto de Fundación de Quito por los españoles, no menos excelsa ha sido la actuación de Julián López “E Juli” al llevar a cabo su objetivo de no irse de vacío de esta feria y realizar una obra inmensa en el último toro del abono.
Un español a vuelto a llenar de júbilo a los hermanos ecuatorianos en esta fecha emblemática del seis de Diciembre, que que sella las fiestas de San Francisco de Quito con la fiesta Brava, con la corrida en el día grande.
Nuevamente ha sido un toro de José Luis Cobo, con el hierro de “Triana” y de nombre “Agresivo”, el que ha posibilitado la gran faena de Julián salvando la vida al ser indultado, al igual que su hermano “Gitanito” indultado por Castella en la sexta de feria.
El Juli había agotado ya sus escasas posibilidads de triunfo en el ferial, no había tenido suerte ni con los toros ni con la espada.
El destino quiso que el matador de Guayaquil Guillermo Albán resultara herido al matar a su primer toro, no pudiendo salir a lidiar el segundo de su lote, que fue a parar a manos de El Juli.
El ansia de triunfo de El Juli la puso de manifiesto nada más salir el toro trianero, al que lanceó con variedad, llevándolo al calaballo dónde Salvador Nuñez le administró un sensacional puyazo que le dejó a la entera disposición del madrileño.
El toro, que mostró de salida sus buenas condiciones, no era fácil. Fue necesario que el Juli tirara de su enciclopedia de taurómaca para que, página a página, fuera explicando la leción magistral de esta feria y de algunas más.
El inicial trasteo por bajo y por ambos pitones advirtió al toro quien era el que mandaba allí, y los muletazos, ya erguido, por uno y otro lado sobando a la res le iban enseñado el camino por dónde embestir.
Puestos ya de acuerdo toro y torero dieron comienzo a la gran obra. El aplomo y fijeza de “Agresivo” precedía a una embestida noble humillada, su repetición aumentaba a cada serie, y ahí emergió un Juli con entrega total, la profundidad de su toreo en inmensos naturales abrochados con largos pases de pecho o medidos trincherazos, llevaron la emoción al público por el sentimiento, alegría y toreria que les imprimía El Juli. La comunión del público con el torero y con el toro aparecía en ceremonia de júbilo en la plaza de Iñaquito.
Muy pronto empezó la petición del indulto por los alborozados espectadores y el Juli no se conformó con lo hecho hasta ese momento. Olvidó la noción del tiempo y se recreó una y otra vez toreando para sí hasta que, ya sí, sonaron los clarines del indulto ordenado por la presidencia, y simulara la suerte de matar con la mano.
El premio simbólico de las orejas y rabo fueron a sus manos cerrando la feria con un broche de oro saliendo a hombros por la puerta grande entre las aclmaciones del público que reventó la plaza.
Guillermo Albán se mostró con oficio con el de “Mirafuente”. Toro sin grandes complicaciones con el que el gauyaquileño anduvo discreto y prudente en larga y variada labor.
Mató de una estocada, y esperando que doblara la res en tablas recibió un derrote derribándole al suelo y fracturándose la muñeca. Ello provocó la petición de oreja que el usía concedió, y que paseó por el anillo con visibles muestras de dolor.
Joselito Adame no tuvo su tarde. No llegó nunca a acoplarse con su lote en su variado toreo de capa ni con la pañosa en los últimos tercios. Sus entremeses en banderillas se le atragantaron al mejicano y al público también.
En su primero cortó una benévola oreja trás un bajonazo de efecto fulminante.
En su segundo en faena de similar corte y mayor acierto tuvo una fuerte petición de oreja que el presidente no atendió, por lo que se llevó una sonora bronca.
En su segundo en faena de similar corte y mayor acierto tuvo una fuerte petición de oreja que el presidente no atendió, por lo que se llevó una sonora bronca.
Se acabó la feria. Ha habido de todo y en tono menor, pero el remate de El Juli rememora por sí solo la gesta de España en América.
No hay comentarios:
Publicar un comentario